Películas y series para descubrir por qué Israel es una potencia emergente del streaming
Desde hace unos años, Israel viene desarrollando con mucha decisión su industria audiovisual. Fruto de ese impulso aparecieron películas y series de buena calidad y con buena respuesta en términos de audiencia, además de una camada interesante de cineastas muy valorados en el circuito de festivales (Nadav Lapid, ganador del premio mayor del Bafici en 2012 con la excelente Policeman, Ari Folman, el documentalista Avi Mograbi, entre otros).
A nivel comercial, tres series son nave insignia de ese panorama ahora renovado que hasta principios de los años 90 era muy diferente, con apenas un par de canales de aire cargados de noticieros, películas viejas y shows infantiles y la televisión pirata como única alternativa para los más curiosos: Fauda, Cuando los héroes vuelan y Hatufim, adaptada por la industria norteamericana para crear Homeland, un suceso internacional, al que siguieron otros, desde En terapia a Euphoria, ambas para HBO. Aquí presentamos una lista de recomendaciones de las producciones de Israel que se pueden encontrar en plataformas de streaming: cinco series (una documental) y tres largometrajes (dos ficciones y un documental).
Our Boys (2019)
Esta muy buena serie de Tawfik Abu Wael, Joseph Cedar y Hagai Levi recibió un impulso publicitario inesperado cuando Benjamin Netanyahu la calificó de antisemita y llamó a boicotearla. En realidad, esa desinhibida expresión de deseos del primer ministro israelí se transformó en un anzuelo para una gran cantidad de público en todo el mundo. Y picar, en este caso, valió la pena. Partiendo de un dramático suceso real –el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en 2014, adjudicado a Hamas y disparador de la Operación Margen Protector, que dejó unos dos mil muertos y once mil heridos–, esta historia contada en diez capítulos construidos con una precisión formidable reflexiona sobre cómo un entorno violento y conflictivo determina vínculos familiares y sociales, exhibe las miserias que sobrevuelan en el ambiente cotidiano en cada una de las partes en disputa y no ensaya tesis ni soluciones. Tampoco propone héroes. Apenas exhibe la devastación. Disponible en HBO Go.
Cuando los héroes vuelan (2018)
Cuatro veteranos del ejército israelí distanciados por una cuenta pendiente del pasado (algo que una profusión de flashbacks explicará durante demasiado tiempo a lo largo de la serie) se reencuentran para una misión especial en la tupida selva colombiana: el rescate de una joven, hermana de uno de ellos, que creían muerta pero en realidad vive atrapada en la secta de un extravagante gurú que se hace llamar "Padre Pálido". El escenario es ideal para una ficción que tiene a la acción como uno de sus motores principales. El guion, inspirado libremente en una novela de Amir Gutfreund, tiene demasiadas resoluciones convencionales, pero aun así la serie creada por Omri Givon –que fue premiada en el festival de Cannes de 2018– mantiene un ritmo vertiginoso, su virtud más evidente, por encima de los pasajes donde se vuelve artificialmente sentimental. Disponible en Netflix.
Fauda (2017)
Esta intensa, y muy exitosa serie creada por Lior Raz y Avi Issacharoff, que ya va su por tercera temporada, asume un punto de vista favorable a las posturas más estrictas del Estado de Israel. Raz y Issacharoff son dos exmilitares de las Fuerzas de Defensa de ese país, y esta ficción despertó un enérgico llamado al boicot de los activistas del Movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), que la tacharon de "racista y legitimadora de los criminales de guerra". Pero hay muchas grietas en la historia que dejan espacio para una interpretación distinta. Y en términos narativos, el producto es de una eficacia indudable. Hay acción, tensión permanente y una galería de personajes muy bien delineados entre los que se destaca Doron (Raz), furibundo agente de una unidad antiterrorista del ejército israelí. Disponible en Netflix.
Hostages (2013)
Adaptada para el mercado estadounidense por CBS y para el británico por BBC Four, esta serie de Omri Givon y Rotem Shamir tiene un punto de partida atrapante: un grupo terrorista no identificado, que algunas pistas tienden a situar inicialmente en los barrios fundamentalistas de Jerusalén, se propone matar al primer ministro israelí. Y el plan para conseguir ese objetivo es lo suficientemente complicado como para que se pueda ir desarrollando capítulo a capítulo una trama llena de intrigas y alternativas: el secuestro de una familia entera para que una cirujana se haga cargo del asesinato, simulando un accidente quirúrgico durante una operación programada. Sobre el final de la primera temporada, las excesivas vueltas de tuerca del guion debilitan el verosímil de la historia, que además se ramifica demasiado. Pero ritmo no escasea. Y el televidente contemporáneo parece privilegiar esa demanda. Disponible en Netflix.
El Mossad (2017)
Esta notable serie documental arranca con una frase de John Le Carré, antiguo agente del espionaje internacional y magistral creador de relatos relacionados con el asunto ambientados en los años de la Guerra Fría: "Los servicios secretos son la medida de la salud política de una nación y la expresión auténtica de su subconsciente". Y lo cierto es que mucho de lo que cuentan los altos funcionarios de la inteligencia israelí que aparecen en este ciclo de Duki Dror, Yossi Melman y Chen Shelach es tan magnético como inquietante. Aunque muchos la invalidaron pegándole muy pronto la etiqueta de propaganda, no está garantizado que los espectadores se lleven una buena impresión de las políticas del Estado de Israel. Disponible en Netflix.
Tormenta de arena (2016)
Muy celebrada en su país –ganó varios premios y fue elegida como candidata israelí al Oscar–, es la ópera prima de la directora Elite Sexer y cuenta la la historia de una madre beduina cuyo marido tiene una segunda esposa más joven. También se quedó con el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance, que destacó la decisión de poner el foco en la rígida y enraizada tradición patriarcal de una comunidad acostumbrada a vivir en un entorno hostil y organizada con una definida estructura de clases. Los problemas que aborda son universales: el amor, los lazos familiares, las relaciones de poder y los cambios que se producen en un sistema de valores de larga tradición que luce demasiado conservador para los más jóvenes. La actuación de Lammis Ammar, actriz israelí de origen árabe, es excelente. Disponible en Netflix.
O Jerusalem (2006)
Más interesante por el período histórico que aborda –el fin del protectorado británico en Palestina a fines de la década del 40– que por cómo desarrolla el tema, tiene como protagonistas a dos amigos que viven en Nueva York, uno judío y el otro árabe. Creado el Estado de Israel, ambos vuelven a Jerusalén y viven de manera diferente el día a día de una zona atravesada por los conflictos. Excesivamente concentrado en desplegar y equilibrar todos los puntos de vista –el israelí, el palestino, incluso el inglés– Élie Chouraqui, realizador francés de origen judío, apela a demasiados recursos dramáticos típicos de la telenovela, lo que debilita a su ficción. Disponible en Amazon Prime Video.
One of Us (2017)
El cine y la TV han ido delineando un perfil entre amable y paródico de los judíos ultraortodoxos durante años: basta con pensar en el rabino Herzl Krastosky (el padre del payaso Krusty en Los Simpson), el personaje de Melanie Griffith en el gran thriller de Sidney Lumet Una extraña entre nosotros o las descabelladas aventuras de Rabbi Jacob, el simpático personaje del popular comediante francés Louis de Funès, entre muchos otros ejemplos. Ahora parece haber llegado la hora de las críticas: al gran éxito de la miniserie de Netflix Poco ortodoxa se suma este documental que cuenta la dramática historia de tres jóvenes que deciden abandonar la comunidad jasídica neoyorquina en la que nacieron y deben enfrentarse con un entorno que les resulta ajeno y muchas veces agresivo. Disponible en Netflix.
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