Pedro Almodóvar también se rindió a los pies de Netflix: en América latina, su nuevo film se estrenará exclusivamente en la plataforma
Madres paralelas, premiada en el festival de Venecia, llegará a la región en 2022 a través del sistema de streaming sin pasar por las salas de cine
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En 2017, cuando Pedro Almodóvar presidió el jurado del festival de Cannes, más allá de la calidad de las películas en competencia, debió aclarar de qué lado de la grieta cinematográfica se ubicaba cuando la dirección de la muestra cinéfila intentó ponerle límites a la participación de los films producidos por y para Netflix. En aquel momento, mientras los mandamases de la plataforma hablaban de una suerte de bloqueo de la industria audiovisual francesa, Almodóvar aprovechó la presentación oficial del jurado para sentar su posición: “No deberían bajo ninguna circunstancia cambiar el modo de distribución del cine a los espectadores. La única solución, me parece, es que las nuevas plataformas acepten y suscriban a las reglas existentes que ya son cumplidas y respetadas por el resto de los canales de distribución”, leyó en inglés. El manchego y Netflix se ubicaban en veredas opuestas.
Mucho ha pasado desde el momento en que Almodóvar juraba pelear “por algo que temo que las nuevas generaciones no tienen en cuenta: la capacidad de hipnotizar a los espectadores que tiene la gran pantalla”. Hoy se anunció que su nueva película, Madres paralelas, estará disponible en 2022 exclusivamente en Netflix para toda América latina.
Pasó una pandemia, sí, pero además el enorme crecimiento en cantidad y repercusión de las producciones españolas en la plataforma. Con las series La casa de papel y Elite como grandes polos de atracción de suscriptores en todo el mundo, y el impacto cultural que tuvieron esas ficciones a nivel global pero especialmente en América Latina, la intención de Netflix es clara: a través de la producción propia y las adquisiciones de renombre monopolizar la distribución audiovisual de España y centralizar los derechos para la región que en este momento están repartidos en otras plataformas, como Qubit.tv y Mubi.
De hecho, esta última plataforma acaba de anunciar que en noviembre tendrá un nuevo ciclo dedicado a Almodóvar con películas que extienden su colección: Hable con ella, La mala educación y Volver. En su catálogo ya figuran Mujeres al borde de un ataque de nervios, Entre tinieblas, Carne trémula, Kika, La flor de mi secreto, Tacones lejanos, Todo sobre mi madre, La ley del deseo, Átame y ¿Qué hecho yo para merecer esto?, la mayoría también disponibles en Amazon Prime Video y Movistar Play. Semejante reparto probablemente no resista ante el avance de Netflix sobre los derechos del autor en la región.
De hecho, Netflix ya tiene los derechos de streaming de quince películas de Almodóvar para el territorio español. Y aunque para el mercado norteamericano la distribución de Madres paralelas seguirá en manos de Sony Picture Classsics, en Latinoamérica solo podrá verse en cines si, como hizo con El irlandés de Martin Scorsese, decide exhibirla en las salas unos días antes del estreno en la plataforma.
“Estamos muy ilusionados con el contrato con Netflix para la distribución de Madres paralelas en Latinoamérica. Es un territorio muy importante para las películas de Pedro por su potencial, su diversidad y por la lealtad de los fans que siguen las películas de Almodóvar desde hace mucho tiempo. Esperamos con este nuevo contrato mejorar las condiciones de acceso a los fans ya existentes y además poder añadir nuevo público que haga crecer la población del planeta almodovariano”, dijeron en el anuncio del acuerdo Esther García y Agustín Almodóvar, responsables de El Deseo, la productora del realizador. Las declaraciones de parte de quienes hasta hace poco defendían la presencia del cine de autor en las salas da cuenta del problemático momento que atraviesa la distribución audiovisual que funciona al margen de los grandes estudios de cine y los sistemas de streaming. Esos que cada vez más parecen entender que la regionalización de contenidos, sea cinematográficos o televisivos, debe pasar por sus manos y estrenarse en los términos de éstas.
Para poner en contexto la noticia de hoy, queda claro que el estreno local de Dolor y gloria en 2019 anticipó lo que vendría. Más allá de las casi unánimes críticas positivas que recibió la película, pasó en apenas un mes de estar en 74 salas a solo 14. A pesar de la falta de cartel, la película vendió un total de 180.000 entradas en todo su recorrido comercial y se ubicó a nivel local como la cuarta más vista en la prolífica carrera del cineasta español.
“Personalmente no me imagino que la Palma de Oro o cualquier otro tipo de premio pueda ir para un film que no se vea en la pantalla grande. Esto no significa que no esté abierto o que no aprecie las nuevas tecnologías y oportunidades que brinda el streaming”, había dicho Almodóvar en 2017 en su discurso en Cannes. Y claro, ya pasadas las grandes muestras de cine de este año y la triunfal presentación de Madres paralelas en Venecia -con premio a la mejor actriz para Penélope Cruz incluido-, el hecho de que su nuevo film no llegue a las pantallas de cine de Latinoamérica parece ser un buen negocio para el cineasta que hasta hace poco se ufanaba de defender el poder hipnótico de ver una película en las salas.
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