Osmar Núñez, mejor actor del festival de Biarritz
Fue por La mirada invisible, de Gabriel Lerman; los premios principales fueron para la mexicana Revolución y la boliviana Zona Sur
BIARRITZ.- Ayer en la noche de Biarritz, la Gare du Midi se vistió de fiesta para la gala de clausura, en la que la Argentina se llevó dos premios. Por su trabajo en La mirada invisible , de Gabriel Lerman, el ascendente Osmar Núñez recibió en persona el premio a Mejor Actor. Por su parte, Martín Piroyansky recibió una mención especial por su divertido corto No me ama , que él mismo protagoniza.
Mejor película, según el jurado oficial y el de la crítica, para sorpresa de muchos, resultó Revolución , la despareja compilación de cortos de importantes directores (Carlos Reygadas, Gael García Bernal y Mariana Chenillo, entre otros) que observan el centenario de la Revolución Mexicana desde la perspectiva del presente. El premio especial del jurado recayó en Zona Sur , del boliviano Juan Carlos Valdivia, mientras que el Abrazo destinado a mejor actuación femenina fue compartido por las brasileñas Nanda Costa, Amanda Diniz y Kika Farias por sus trabajos en Sueños robados , de Sandra Werneck.
En materia de documentales el palmarés mayor fue para Diario de un a busca, de Flávia Castro, mientras que del grupo de cortos resultó elegido el cubano Los minutos, las horas , de Janina Marques Ribeiro. El premio del público fue para 5 x Favela , de varios directores noveles, producido por Carlos Diegues.
En los últimos días de muestra, las miradas de los seguidores del festival de la costa vasca francesa siguieron a las importantes figuras del cine latinoamericano convocadas, como Guillermo Arriaga, Luis Sepúlveda, Carlos Diegues, Gustavo Cova, Lucía Puenzo, Nahuel Pérez Biscayart, y los galardonados Núñez y Piroyansky, entre otros. Las últimas películas vistas en la selección oficial fueron dos argentinas, La mirada invisible , de Gabriel Lerman, y Boogie, el aceitoso , de Gustavo Cova, ambas muy bien recibidas. Mientras la primera fue juzgada y aprobada por su particular mirada a los años difíciles de la vida argentina desde la perspectiva de una preceptora en un colegio secundario y su perverso jefe, la segunda fue aplaudida por un público principalmente joven, que festejó los códigos de humor y serie negra que Roberto Fontanarrosa dio al original traducidos rigurosamente al lenguaje de la animación por el mismo responsable de la exitosa Gaturro .
Brasil llegó con dos propuestas no del todo logradas y, en ambos casos fragmentadas. La primera fue 5 x Favela, de cinco jóvenes realizadores de origen humilde encargados de contar historias que tienen lugar en las favelas cariocas. El resultado es desparejo, ya que transitan de la comedia al drama violento. Sobresale el episodio "Concierto para violín", la historia de un policía forzado a enfrentar a quienes recuerda como sus mejores amigos de la infancia y a tomar una decisión frente a su trágico destino.
La otra brasileña fue Sueños robados , de Sandra Werneck, que resume los momentos cruciales de las vidas de tres amigas, mujeres marginales que tratan, pero no pueden, materializar sus sueños. Warneck no logró que los tres relatos entrecruzados en el montaje sean igual de rigurosos, y todos caen, no obstante sus convincentes actuaciones, en lugares comunes. La grata sorpresa olvidada a la hora de los premios fue Los colores de la montaña . Para su ópera prima que viene de ser premiada en Horizontes Latinos de San Sebastián, Juan Carlos Arbelaez eligió el paisaje rural de montaña, con un grupo de niños que tratan de educarse en una pequeña escuela atenazada por los conflictos que enfrentan a guerrilleros de las FARC con las fuerzas militares y paramilitares, violencia de la que tanto ellos como sus familias terminan siendo principales víctimas. Con muy buena caligrafía e impecables actuaciones del grupo de niños protagonista, Arbelaez emociona, y así lo entendió el público que, además, le brindó su mejor aplauso y reconocimiento. No ocurrió lo mismo con La vida de los peces , del chileno Matías Bize, sobre la poco trascendente historia de un joven que ha emigrado a Alemania hace una década, pero que decide visitar su país antes de asentarse en Berlín, donde se reencontrará con un viejo amor. Un relato prolijo, pero que no logró entusiasmar al público y tampoco, a juzgar por los resultados, al jurado.