Oscar contra el prejuicio racial
La fiesta tuvo sorpresas: desde la presencia de Woody Allen hasta el premio a dos intérpretes negros en papeles protagónicos
Más allá de la frustración que para los argentinos representó la derrota de "El hijo de la novia" en la categoría Mejor película hablada en idioma no inglés a manos del film bosnio "No man´s land" ("Tierra de nadie"), la septuagésimo cuarta edición de los Oscar tuvo, por lo menos para la sociedad estadounidense, características de hecho histórico.
La ceremonia de este año será recordada como la que marcó el definitivo reconocimiento de la industria del cine a la comunidad negra. Tras décadas de protestas y enfrentamientos entre los líderes sociales y los artistas de la comunidad afroamericana con la Academia de Hollywood, finalmente anteanoche se alcanzó la tan deseada reconciliación.
Si bien algunos titulares resaltaron el triunfo de "Una mente brillante" en cuatro categorías principales (película, dirección, guión adaptado y actriz de reparto), los medios norteamericanos destacaron con mucho mayor espacio y emoción la elección de Denzel Washington y Halle Berry como mejor actor y actriz protagónicos, respectivamente, en una ceremonia conducida por otra intérprete negra (Whoopi Goldberg) y en la que Sidney Poitier recibió un Oscar honorario, a los 75 años, por su carrera, con la platea ovacionándolo de pie.
Poitier había sido el primer y único afroamericano que obtuvo, en 1964, la estatuilla al mejor actor protagónico por "Una voz en las sombras".
No extrañó entonces que Washington -que en 1990 también había logrado un galardón por "Gloria", pero como intérprete secundario- le dedicara el premio conseguido por su papel de un policía corrupto, violento y manipulador en "Día de entrenamiento" al propio Poitier, al que reivindicó como pionero y como mentor de varias generaciones. Washington superó en su categoría a otra estrella afroamericana, Will Smith, que encarnó al célebre boxeador en el film "Alí".
Todavía mayor tono emotivo tuvo la consagración de la bella actriz Halle Berry, que superó a las favoritas Sissy Spacek ("En el dormitorio") y Nicole Kidman ("Moulin Rouge"). Tras un incontenible ataque de llanto y un extenso discurso, la protagonista de "Monster´s ball", en la que interpreta a una mujer que se enamora del asesino de su marido, agradeció conmovida el hecho de ser la primera intérprete negra en ganar el Oscar en la categoría de actriz protagónica. "Se han roto todas las barreras raciales; esto es mucho más grande que yo", reconoció, mientras en el auditorio muchos colegas lloraban a la par de ella.
Más allá del previsible triunfo de "Una mente brillante", film grandilocuente y sentimental sobre el triunfo de la voluntad contra todas las dificultades de esas que tanto gustan a la Academia, no hubo este año grandes ganadores. Incluso esta versión cinematográfica de la historia de John Forbes Nash Jr., un matemático que se sobrepuso a la esquizofrenia y ganó el premio Nobel, recibió apenas cuatro de las ocho estatuillas a las que estaba nominada.
Ron Howard -uno de los directores más prototípicos y representativos de la industria- finalmente alcanzó su primer Oscar, mientras que el obediente guionista Akiva Goldsman también se llevó su estatuilla, al igual que Jennifer Connelly (mejor actriz de reparto). De nada sirvió la campaña montada contra "Una mente brillante" por los supuestos excesos sexuales y declaraciones antisemitas de Nash, presente con su esposa en el flamante teatro Kodak. En cambio, Russell Crowe (otro neozelandés derrotado anteanoche) no pudo emular a Tom Hanks y Spencer Tracy, quienes ganaron en la categoría de actor principal en dos años consecutivos.
También con cuatro distinciones, "El señor de los anillos-La comunidad del anillo" resultó una de las grandes perdedoras de la velada, ya que contaba con el mayor números de candidaturas (trece) y sólo triunfó en rubros menores: fotografía, música, efectos visuales y maquillaje.
Tampoco les fue demasiado bien a Robert Altman y su film de misterio británico "Gosford Park", que se alzó con uno (mejor guión original) de los siete premios a los que aspiraba, y al musical "Moulin Rouge", que tenía ocho nominaciones y consiguió dos reconocimientos (vestuario y dirección de arte). Todavía peores resultaron las cosas para el film francés "Amélie" y para el melodrama independiente "En el dormitorio", que se quedaron con las manos vacías cuando aspiraban a cinco galardones cada una.
La compañía Miramax, que lanzó tanto "En el dormitorio" como "Amélie", fue la gran derrotada de la noche, ya que apenas tuvo el premio consuelo del Oscar al inglés Jim Broadbent, que venció a sus compatriotas y favoritos Ian McKellen ("El señor de los anillos") y Ben Kingsley ("Bestia salvaje") en el rubro de actor secundario.
"Shrek" ratificó su favoritismo en la nueva categoría de film animado, pero su principal rival -"Monsters Inc."- se llevó el premio consuelo a mejor canción (Randy Newman ganó finalmente un Oscar luego de 16 nominaciones superando nada menos que a Paul McCartney y Sting). Por su parte, los dos films bélicos del año completaron el cuadro de ganadores en rubros técnicos. "La caída del Halcón Negro" se quedó con las estatuillas de sonido y edición, mientras que "Pearl Harbor" venció en la categoría de edición de sonido.
La ceremonia, que duró cuatro horas y veinte minutos, estuvo marcada por las huellas de los atentados del 11 de septiembre último. Tom Cruise abrió la noche con un discurso sobre la importancia del cine en medio de la tragedia y Whoopi Goldberg la cerró con un homenaje a los policías y bomberos caídos durante las operaciones de rescate en las Torres Gemelas. Hasta Woody Allen -que nunca antes había concurrido a una entrega del Oscar a pesar de haber ganado dos premios y conseguido veinte nominaciones- viajó a Hollywood para presentar un homenaje a las películas filmadas en Nueva York que dirigió Nora Ephron ("Tienes un e-mail", "Cuando Harry conoció a Sally").
Con un logrado espectáculo del Cirque du Soleil, con buenos números musicales (los cinco candidatos cantaron ininterrumpidamente, mientras John Williams dirigió un popurrí de grandes éxitos de películas) y con merecidos homenajes a Poitier, a Robert Redford, al género documental y a los artistas muertos en el último año (entre ellos Jack Lemmon, Anthony Quinn, George Harrison, Budd Boeticher y Ted Demme), la ceremonia, acorde con el tono austero de estos tiempos, fue mucho mejor producida y resultó así bastante más llevadera que en años anteriores.
Independientes
A la hora de los balances, la septuagésimo cuarta entrega de los premios Oscar dejó la sensación de un fuerte quiebre entre el cine industrial y el independiente. Los premios concedidos a "Una mente brillante", "El señor de los anillos", "Día de entrenamiento" o "La caída del Halcón Negro" en detrimento de "Gosford Park", "En el dormitorio", "Amélie" o "Memento" marcaron una clara inclinación de Hollywood por los productos más convencionales o más vinculados con los grandes estudios.
Precisamente, los derrotados del Oscar fueron los grandes ganadores de los Independent Spirit Awards, máximos galardones del cine off-Hollywood, que también se entregaron el último fin de semana. "Memento" ganó como mejor película, dirección (Christopher Nolan), guión y actriz de reparto (Carrie-Anne Moss), mientras que "En el dormitorio" se quedó con otras tres distinciones: opera prima, actor (Tom Wilkinson) y actriz (Sissy Spacek). Como mejor film extranjero fue reconocida la producción francesa "Amélie". Lo que se dice, otra forma de entender el cine.
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