Noruego, con el corazón al Sur
El director Erik Gustavson se inclina por la cultura y los temas americanos
Erik Gustavson es uno de los más importantes cineastas de Noruega y sus films recorrieron exitosamente varios de los más prestigiosos festivales del mundo. Ahora llegó por quinta vez a Buenos Aires, en esta oportunidad para presentar un ciclo de cinco de sus largometrajes y de uno de sus cortos, que se exhibirán desde hoy y hasta el martes en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín.
Los títulos que integran esta retrospectiva son "Herman", "El telegrafista" y "No me escuchas", ya conocidos por el público porteño, y en carácter de preestrenos se verán "Weekend" y "El mundo de Sofía", además del cortometraje "Rendez-vous".
En perfecto español, Gustavson se refiere, durante el diálogo con LA NACION, a sus comienzos artísticos: "A los 16 años comencé a trabajar en teatro. En 1973 viajé durante cuatro meses por los Estados Unidos y un año después me inicié en el cine como ayudante de producción y de fotografía. Posteriormente me dediqué a la dirección y a la producción y recorrí más de medio mundo con mis películas... En este sentido me siento un vagabundo de esa vocación y de ese amor que siento por la cinematografía".
El realizador, nacido en Oslo en 1955, demostró a través de sus películas una gran variedad temática. Basta notar las enormes diferencias que hay entre su elegantísima y aparentemente ligera comedia "El telegrafista" y el durísimo drama "Weekend", o la comedia "No me escuchas", que a pesar de su humor negro demuestra una honda preocupación por las complejas relaciones humanas.
-¿El tema de la sociedad y de la familia son elementos que siempre le sirvieron de guía para su producción?
-Sí. El tema de la familia, de la pareja, de las relaciones entre los seres humanos, me interesa mucho. Yo procedo de una familia desestructurada, y con los años doy cada vez más importancia a la familia. A mi entender la familia es la sociedad en pequeño, la microsociedad. Si la macrosociedad va a lograr desarrollarse en una dirección que tenga en cuenta lo mejor del ser humano tiene que basarse en los principios y valores de esa sociedad en pequeño.
-Su biografía muestra una gran afinidad con el mundo latino, con América latina y con el sur de Europa. ¿Qué importancia tiene para su evolución de cineasta esta atracción por el Sur, por otras culturas?
-Es evidente que uno es producto de sus orígenes. Siguen siendo parte de mí las montañas noruegas, la luz de mi país. Pero la cultura latina me produce mayor placer. A los 17 años vine por primera vez a América latina, donde permanecí casi un año. Me enamoré hondamente de América latina, me empapé de sus símbolos. Iba con poncho y bebía mate. Para mí, en aquella época de juventud sólo existían "Cien años de soledad", la nueva trova cubana, la melancolía de Gardel y la política de Víctor Jara. Todo esto, de alguna manera, se reflejó en mis películas, que, por supuesto, son noruegas pero poseen cierto clima de esta parte del continente.
Gustavson sorbe plácidamente su taza de café y recala en el momento actual de la cinematografía de su país: "La política de financiación de cine en Noruega ha sido muy buena, en el sentido de que el Estado subvenciona gran parte del presupuesto de las películas. Ultimamente tuvieron lugar ciertos cambios que han empeorado algo esta situación, pero sigue siendo mucho mejor que en muchos otros países. Noruega produce aproximadamente diez largometrajes por año, tiene una escuela de cine en Oslo y permite el nacimiento de nuevos directores. Recientemente nuestro séptimo arte tuvo una gran satisfacción, ya que el film "Elling" fue nominado para el Oscar a la mejor película extranjera, lo que es un apoyo invalorable para el esfuerzo de nuestros artistas".
-¿Cuáles son sus planes cinematográficos inmediatos?
-De Buenos Aires viajo a Oslo y de allí a Italia, para comenzar el rodaje de "Todo o nada", una historia acerca del novelista Henrik Ibsen en ese país. Casi a continuación regresaré a la Argentina para filmar "Nos vemos en la Patagonia", un guión escrito por Martín Salinas que cuenta las peripecias de un anarquista noruego y sus aventuras en el extremo sur de la Argentina a fines del siglo XIX.
Gustavson no puede ocultar su satisfacción por esta nueva visita a Buenos Aires. "Estoy muy feliz, porque tanto la Fundación Cinemateca Argentina como la embajada y el Instituto Noruego de Cine me permitieron este viaje y, sobre todo, comunicarme con el público porteño con mis films, que son, en realidad, el espejo de mi vida y de mi vocación.
Todo el ciclo
- Dentro del ciclo de films de Erik Gustavson que se realizará en la sala Leopoldo Lugones, hoy, a las 14.30 y a las 19.30, se exhibirá "Herman", y a las 17 y a las 22, "El telegrafista". Mañana, a las 14.30 y a las 19.30, se verá "No me escuchas", y a las 17 y a las 22, "Weekend", y el martes, a las 14.30, 18 y 21, se proyectará "El mundo de Sofía". El precio de las localidades es de tres pesos.
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