Netflix: Spenser Confidential es cine de acción en su veta más superficial y efímera
Spenser: Confidencial (Spenser Confidential, Estados Unidos/2020)Dirección: Peter Berg Guion: Sean O’Keefe y Brian Helgeland, basado en la novela Robert B. Parker’s Wonderland, de Ace Atkins Fotografía: Tobias Schliessler Edición: Mike Sale Música: Steve Jablonsky Elenco: Mark Wahlberg, Winston Duke, Alan Arkin, Iliza Shlesinger, Michael Gaston, Bokeem Woodbine y Marc Maron Duración: 111 minutos Disponible en: Netflix Nuestra opinión: Regular
Con cuatro películas en el lapso de cinco años –El sobreviviente (2013), Día del atentado (2016),Horizonte profundo (2016) y Milla 22: El escape (2018)– el director Peter Berg y el astro Mark Wahlberg conformaron una de las duplas más rentables de Hollywood dentro del género de acción. Por eso, no sorprendió demasiado que Netflix los tentara para "pasarse" al territorio del streaming con un quinto largometraje en conjunto. Y lo hicieron recuperando un personaje, Spenser, surgido del universo literario, pero también con múltiples incursiones en la pantalla chica y grande (desde la serie ochentista Spenser investigador hasta tres largometrajes).
Lejos del espíritu del policial noir del original literario, la dupla "WahlBERG" apuesta en Spenser: Confidencial por el thriller clásico con algo de comedia (con eje en la autoparodia) y elementos propios de las buddy movies. Ya desde el prólogo sabremos que Spenser, un policía de la ciudad de Boston, no solo ha perdido su puesto sino que además ha sido sentenciado a cinco años de prisión por golpear brutalmente a Boylan (Michael Gaston), uno de sus superiores. Tras cumplir su condena (no sin antes molerse a golpes con varios integrantes del grupo neonazi Nación Aria), Spenser se reencuentra con Henry (el gran Alan Arkin, próximo a cumplir 86 años), su viejo entrenador de boxeo, pero descubre que en su habitación ahora vive Hawk (Winston Duke), un gigantesco luchador profesional afroamericano.
En principio, la tensión entre ambos es ostensible (Hawk se ha ganado incluso las preferencias de la perrita que supo ser de Spenser), pero –quedó dicho– estamos en el terreno de la buddy movie por lo que este improbable dúo terminará enfrentándose pocos minutos después a una acumulación de policias corruptos y mafiosos irlandeses. Pese a que unos de los dos guionistas es el cotizado Brian Helgeland (Los Angeles al desnudo, Río místico), no hay en Spenser: Confidencial un solo elemento que no resulte un reciclaje de ideas y situaciones básicas vistas en decenas de thrillers previos. Quizás las únicas sorpresas agradables sean los más que dignos papeles secundarios a cargo del rapero Post Malone y –en menor medida– del multifacético Marc Maron (GLOW) como un periodista del diario Boston Globe.
El protagonista –devenido un justiciero malhablado pero bienintencionado que termina haciendo lo correcto con los recursos menos convencionales para limpiar un sistema putrefacto– es un ejemplo de un cine superficial, efímero y testosterónico (el único personaje femenino es el de la patética exnovia de Spenser, interpretada por Iliza Shlesinger) que puede funcionar a nivel masivo en un ámbito sin demasiadas exigencias (y con abono mensual) como el de Netflix, pero que se ubica lejos de lo que un cinéfilo puede exigir a la hora de pagar una entrada en una sala comercial. En este sentido, no hay que remontarse tan lejos para encontrar una película como Horizonte profundo en la que la química director-actor funcionaba mucho mejor.
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