Netflix: con La red avispa, el cine de autor vuelve a entrar en el debate político sobre el caso cubano
No es habitual que un director admirado por el universo cinéfilo y dueño de una trayectoria indiscutida decida cambiar sobre la marcha y trabajar en la reedición de una película ya presentada en público. Y menos habitual todavía es que algo así haya ocurrido en medio de una crucial temporada de festivales, el momento en que se toma la mayoría de las decisiones sobre el destino de una obra cinematográfica en su recorrido internacional.
Es lo que ocurrió en el último tramo de 2019 con La red avispa (Wasp Network),del francés Olivier Assayas. La obra más reciente del aplaudido realizador de Irma Vep,Personal Shopper y Los destinos sentimentales fue presentada nada menos que en los festivales de Venecia, Toronto y San Sebastián 2019 con un montaje que según propia confesión fue terminado casi a última hora. La tibia respuesta de la crítica y del público llevó inmediatamente a Assayas a decidir cambios en la edición del film.
"Ha cambiado muchos pequeños detalles que le dan a la película más fluidez y un mejor sentido de continuidad", dijo Assayas después de presentar su versión reeditada en el Festival de Nueva York a principios de octubre. Es la que llegará a partir de mañana a Netflix, que decidió asegurarse los derechos para el estreno global directo de La red avispa en su plataforma luego de aquélla accidentada recorrida por el mundo festivalero.
¿De qué habla La red avispa? El nombre de la película alude al caso real de un grupo de cinco espías cubanos que logran infiltrarse durante los años 90 en un grupo anticastrista que operaba desde la península de Florida con el objetivo de llevar adelante acciones violentas de desestabilización en la isla. La infiltración llegó también a la organización conocida como Hermanos al Rescate, integrada por voluntarios dedicados a ayudar a los balseros que escapaban de Cuba con la intención de llegar a Estados Unidos.
Cinco de esos oficiales de inteligencia cubanos, conocidos en Estados Unidos como los "Miami Five" y en Cuba como "Los Cinco Héroes" fueron capturados en 1998, sentenciados a prisión en Miami y finalmente liberados entre 2011 y 2014. El primero fue René González (interpretado en la película por el actor venezolano Edgar Ramírez). Los últimos tres formaron parte de un intercambio de prisioneros acordado entre los gobiernos de Raúl Castro y Barack Obama.
Hablada casi en partes iguales en castellano y en inglés, La red avispa tiene un elenco protagónico internacional de extracción latina encabezado, además de Ramírez, por el brasileño Wagner Moura, la española Penélope Cruz, el mexicano Gael García Bernal, la hispano-cubana Ana de Armas y nuestro compatriota Leonardo Sbaraglia, que personifica al dirigente anticastrista José Basulto, muy activo en esos tiempos desde el exilio en Miami y su zona de influencia en la conducción de Hermanos al Rescate.
Assayas reconoció que el tema era a priori demasiado complejo y arduo de entender, lo que llevó en aquélla primera versión exhibida en Venecia y en Toronto a recargar las explicaciones y hacerla por momentos casi ininteligible. "Cuando la estaba editando estaba obsesionado con ser todo lo justo posible, dar los hechos, ser lo más preciso posible. Y cuando presentamos la película me di cuenta de que estábamos sobrecargando a la audiencia con fechas, lugares, hechos, y eso era perjudicial para la película. Ahora que la reeditamos, se parece más a la versión final que hubiera presentado de haber tenido tiempo", admitió el director. De todas maneras, aclaró el director que la edición final no iba a provocar algún cambio significativo en la duración de la película. Dijo que hay una diferencia casi imperceptible de tres minutos entre una y otra.
"Me impresionó el trabajo que hicieron todos los actores", agregó el director al señalar que ninguno de ellos era cubano, a excepción de Ana de Armas, que curiosamente habla casi todo el tiempo en inglés. Contó que para cada uno de ellos se contrató a un experto encargado de entrenarlos en el uso del acento de los habitantes de la isla. Coproducida entre Brasil, Francia, España y Bélgica, la película fue escrita por Assayas a partir del libro Los últimos soldados de la Guerra Fría, del escritor brasileño Fernando Morais.
"La trama de la película explora tanto la política moderna como el submundo de la información y la desinformación, algo que en ese tiempo se conocía como propaganda", declaró Assayas con cierto espíritu didáctico a la prensa internacional. El hecho de haber logrado que parte del rodaje se hiciera en la propia ciudad de La Habana expuso por momentos al director a algunas de las situaciones a las que alude en su nueva obra.
Assayas se propuso tomar distancia de los debates ideológicos más intensos para mostrar desde otra perspectiva las vidas de un grupo de personas que se transforman "en espías proletarios con vidas muy complicadas, que no tenían nada que ver con James Bond". Pero debió admitir que durante la filmación en Cuba hubo cierto tipo de vigilancia por parte de las autoridades.
"Al principio, cuando pensamos en filmar en Cuba, recibimos una negativa muy potente. Pero con el tiempo las cosas cambiaron. Eso sí, cuando se hace una película allí uno sabe que va a ser observado. Y en un momento nos pidieron que cambiáramos una escena en la que uno de los personajes abofetea a su mujer. Así lo hicimos. Cuando llegábamos al final las cosas se habían complicado un poco con las autoridades, por lo que estábamos muy felices de irnos. Ellos también", describió el director.
Ese debate continuó en la presentación de la película en el Festival de Nueva York, alterada por la irrupción de algunos activistas anticastristas que cuestionaron el enfoque elegido por Assayas. Quejas del mismo tenor fueron planteadas por la escritora cubana Zoé Valdés, que inclusive pidió un boicot de la película al calificarla de "propaganda en favor del comunismo y en contra de los derechos humanos". También cuestionó con dureza la "falta absoluta de compasión con los pilotos de Hermanos al Rescate que fueron atacados por cazabombarderos cubanos en 1996". Cuatro integrantes de la organización murieron en ese operativo al ser derribadas con misiles las dos avionetas en las que viajaban. El gobierno de Cuba justificó la medida al argumentar que su espacio aéreo había sido violado.
Valdés dijo que mantuvo "discusiones privadas y directas" con Assayas, que al enterarse de las críticas quiso comunicarse con ella. El director francés no se refirió a estas conversaciones, pero tomó partido en la controversia. Dijo: "Ciertamente no soy pro Cuba, nunca lo he sido. No soy procastrista. Estoy a favor de la democracia en Cuba y creo que esa postura está claramente reflejada en la película. Pero también pienso que de algún modo también es interesante representar a los espías. Este tipo de personajes siempre nos han fascinado a nosotros, los cineastas".
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