Netflix: en El protector, Liam Neeson es un héroe de western a la sombra de Clint Eastwood
La película fue escrita y dirigida por Robert Lorenz, que trabajó durante 20 años junto a Eastwood; mañana, Neeson regresará a las salas con otra historia de redención: Venganza implacable
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Entre 1997 y 2014, Robert Lorenz fue la mano derecha de Clint Eastwood. Con el tiempo fue ganando cada vez más responsabilidades. Después de comenzar junto a él como director de segunda unidad en títulos como Poder absoluto y Medianoche en el jardín del bien y del mal, pasó a ser primero asistente de director y luego productor de casi todas las películas que Eastwood hizo en la primera mitad de la década pasada. Ese camino llegó a su culminación en la magnífica Curvas de la vida (2014), disponible en HBO Max, una de las pocas películas en la que Eastwood actúa a las órdenes de otro director. En este caso, alguien de su propia escuela.
En los días previos al estreno de El protector (The Marksman), que puede verse ahora en Netflix, Lorenz contó que mientras hacía Curvas de la vida empezó a sentir que había llegado el momento de empezar un camino propio y probar suerte por primera vez lejos de su mentor. En esas entrevistas reveló algo más: estuvo muy cerca de ser el director de Gran Torino, pero Eastwood terminó imponiendo su deseo de hacerse cargo de esa película.
El protector se estrenó el 10 de junio en los cines de la Argentina y fue uno de los pocos lanzamientos que acompañó la reapertura de las salas luego de una segunda pausa impuesta por el coronavirus. Pasó inadvertido, como cualquiera podría imaginarlo. Fue una pena que llegara en ese momento, alejado de cualquier perspectiva de normalidad. Es una de esas películas que adquieren plenitud y potencia plena cuando la vemos en un cine. No solo por sus escenarios, extraordinariamente aprovechados en toda su plenitud a través de la pantalla ancha. Sus personajes están tan arraigados al espacio en el que se desplazan que sus acciones adquieren todavía más sentido cuando las vemos de ese modo.
Es también la segunda película como director de Lorenz y la primera en toda su carrera en la que no comparte crédito alguno con Eastwood. Pero esa presencia es imposible de ocultar, parece que no se terminará de ir nunca del todo de las cercanías de Lorenz. En un momento de la acción vemos a sus dos protagonistas, el experimentado Liam Neeson y el desconocido Jacob Pérez (un actor infantil de origen latino que se luce con apenas 11 años) en una habitación de hotel. El televisor encendido muestra allí escenas de La marca de la horca (1968), uno de los primeros westerns protagonizados por Eastwood en Estados Unidos.
La sombra de Eastwood es tan fuerte que es imposible no imaginarlo en la piel del personaje protagónico, un veterano ranchero de Arizona llamado Jim Hanson, cuya propiedad está muy cerca del muro fronterizo que separa a los Estados Unidos de México, un lugar de tránsito constante para la inmigración ilegal.
Hanson está acostumbrado a dar aviso a las patrullas fronterizas apenas observa los desplazamientos de alguno de esos sufridos buscadores del sueño americano. Pero está mucho más preocupado por las deudas que acumula y que pueden llevarlo en cualquier momento a quedarse sin su casa, a punto de ser ejecutada por un banco. Cría escuálidas cabezas de ganado que no le garantizan el sustento y está sobrecalificado para otro tipo de trabajos más rudimentarios. Como si todo eso fuera poco, soporta el dolor de la reciente muerte de su esposa. Solo una hija que forma parte de las fuerzas estadounidenses que patrullan la frontera le sirve de sostén y precario equilibrio emocional.
Hanson tiene el rostro familiar de Liam Neeson, un actor de gran personalidad, dueño de una presencia cinematográfica muy poderosa. Y, sobre todo, una figura que en la última década y media de incansable trabajo (no para de hacer películas) se reinventó en el cine como figura del cine de acción. En casi todas las apariciones de esta última y fecunda etapa de su carrera, el aguerrido Neeson (que exhibe a sus 69 años una admirable vitalidad) encarna distintas variantes de un personaje reconocible: un héroe que carga en su interior dolores del pasado y encuentra en un determinado momento el modo de demostrar sus valores y encontrarle renovado sentido a una existencia marcada cada vez más por el desencanto.
Una de esas variantes es el héroe de El protector, un hombre que se siente golpeado por la vida y casi descartado después de haber hecho todo lo que la sociedad esperaba de él. Y otra expresión del personaje ya clásico de esta etapa de la carrera de Neeson es la de esa persona que durante mucho tiempo eligió ponerse del lado del mal y ahora emprende un camino de redención y arrepentimiento sin poder abandonar del todo ese pasado que todavía le pide rendición de cuentas.
Con estos últimos rasgos nos reencontramos este jueves con Neeson, pero en los cines, como figura central de otra muestra de su inagotable presencia en la pantalla: Venganza implacable (Honest Thief), escrita y dirigida por Mark Williams, cocreador de la exitosa serie Ozark. y además uno de los productores de El protector. En Venganza implacable, Neeson es un experto ladrón de bancos convencido en un momento de su vida de la necesidad de arrepentirse, pagar sus pecados e iniciar una nueva vida marcada por el amor. Es un personaje que se mueve todo el tiempo en un ambiente urbano. Su vida pasada y su anhelo de futuro no salen de la geografía de cemento de Boston.
En cambio, el mundo de Neeson en El protector es el de las distancias infinitas y los escenarios dominados por la naturaleza. Jim Hanson vive alejado del mundo en una propiedad rural, no imagina su existencia en otro lugar y cuando el destino lo coloca en la necesidad de ayudar a un niño mexicano que trata de escapar de un cartel de la droga cruzando la frontera esa peripecia lo llevará hacia un viaje siempre dominado por los espacios abiertos.
El protector tiene todas las características, y sobre todo la identidad, de un western contemporáneo. Su protagonista es un hombre del Oeste que vive en una tierra sin ley y siente que no alcanza con la confianza en las instituciones para hacer justicia y lograr que los más débiles puedan ser protegidos. Lo ayudan una puntería infalible (la traducción literal de “marksman” es tirador), un sentido de justicia absoluto y una clara desconfianza en las instituciones.
La puesta en escena de Lorenz enriquece todavía más el cuadro. Se vale de un guión aparentemente convencional para mostrar, con sutileza admirable, todo lo que se pone en discusión en materia de valores cada vez que Hollywood quiere volver a un cine más clásico: las decisiones del protagonista, lo que deja atrás, el espíritu de sacrificio, la conciencia de un destino.
En ese sentido, Jim Hanson podría identificarse perfectamente con varios de los personajes interpretados por Eastwood a lo largo de su carrera. El hombre desconfiado, solitario, desengañado por la vida y receloso de otro camino que no sea el marcado por sus propios valores, tiene mucho que ver con su carrera. Que le toque en este caso encarnarlo a Neeson se explica sólo por una cuestión de edad. A sus 91 años, Eastwood ya no podría interpretar a personajes así, solo dirigirlos.
La sombra de Eastwood siempre está presente, pero el carisma actoral de Neeson es tan poderoso que no le cuesta adueñarse del papel. El hombre duro, áspero y golpeado por la vida que de a poco deja que el ánimo y el corazón asomen en medio de su coraza es un héroe que Eastwood nos fue revelando cada vez más a lo largo del tiempo. Solo un puñado de actores de formación y estirpe clásica podrían encarnarlo con la misma convicción. Liam Neeson pertenece a esa pequeña hermandad en la que reconocemos también, por ejemplo, a Kevin Costner, Bradley Cooper o Jeff Bridges.
Lorenz aprovecha al máximo la fibra actoral de su protagonista y construye en El protector un relato que se sustenta en el magnetismo de su personaje central. El Hanson de Neeson es un héroe del western, pero también un veterano de guerra, personaje que el director conoce muy bien después de haber hecho junto a Eastwood películas como Francotirador y La conquista del honor. Veinte años atrás, El protector hubiese sido una historia ideal para ser interpretada por Clint Eastwood. Le toca a Liam Neeson ocupar ese lugar. El irlandés es un moderno hombre del Oeste. Y un héroe con todas las letras.
El protector (The Marksman) está disponible en Netflix; Venganza implacable se estrena este jueves en las salas.
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