Netflix: Beckett, el nombre de una frenética cacería humana en paradisíacos paisajes griegos
Con una comprometida actuación del ascendente John David Washington (Tenet), este inusual policial europeo tiene una premisa, la del falso culpable, que la hace perfecta para los fanáticos de Hitchcock
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Beckett (Brasil-Italia-Grecia/2021). Dirección: Ferdinando Cito Filomarino. Guion: Kevin Rice. Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom. Música: Ryuichi Sakamoto. Edición: Walter Fasano. Elenco: John David Washington, Vicky Krieps, Boyd Holbrook, Alicia Vikander, Panos Koronis. Duración: 110 minutos. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena
La trama de Beckett tiene una premisa hitchcockiana, la del falso culpable. El protagonista de esta historia es un hombre común que en un instante se encuentra envuelto en una complicadísima trama policial, acusado y perseguido por algo que le es completamente ajeno, y convertido en el blanco de una frenética cacería humana. La perplejidad del personaje principal -cuyo apellido le da título al relato- se transfiere al espectador, testigo de un rompecabezas que debe resolver mientras escapa de toda clase de peligros y amenazas solo con lo que lleva puesto.
La crónica de esa huida constante, que tiene en la entrega y el compromiso de John David Washington al intérprete ideal, es el punto más alto de esta curiosa expresión del policial europeo, menos apoyado en la revelación de las pistas clásicas del género que en la descripción de todos los climas que rodean y acompañan la escapatoria por sí misma. En ese primer tramo, cuando toda la atención se concentra sin demasiadas explicaciones en las distintas etapas de la evasión, es cuando Beckett mejor funciona. Queda frente a nuestra vista la soledad absoluta en la que un inocente queda a merced de voluntades ajenas, así como el esfuerzo sobrehumano con el que trata de torcer ese aparente destino y encontrarle alguna comprensión en los escasos momentos de pausa y lucidez.
Todo transcurre en escenarios de la geografía griega ajenos a la habitual mirada del cine. Son lugares alejados de la mirada turística o pintoresquista, en los que el protagonista (un hombre común y corriente de vacaciones cuya vida cambia al sufrir un accidente automovilístico) se encuentra rodeado de desconfianza y hostilidad, hasta que las primeras manos amigas lo ayudan a comprender la complicada madeja que lo envuelve.
Esa enrevesada trama que mezcla corrupción, venalidad e intencionalidades ligadas a la situación política real vivida en Grecia durante la última década aporta más confusión que claridad en el último tramo, cuando Beckett empieza a transformarse, un poco caprichosamente, en un personaje más activo y decidido en la trama de acción, como si fuese una versión amateur de Jason Bourne. La sostenida tensión del primer tramo alcanza para equilibrar todo lo que empieza más adelante a hacerse menos espontáneo y se expone a demasiadas vueltas y explicaciones. Justo cuando Beckett deja de ser lo que mostraba al principio, con mucha más credibilidad y angustia.
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