Netflix: Beauty es un fallido homenaje a la figura de Whitney Houston
El largometraje de Andrew Dosunmu, escrito por Lena Waithe, se queda en la superficie de una historia de superación que tiene un correlato directo con la vida de la estrella de la música
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Beauty (Estados Unidos/2022). Dirección: Andrew Dosunmu. Guion: Lena Waithe. Fotografía: Benoît Delhomme. Edición: Oriana Soddu. Música: Philip Miller. Elenco: Niecy Nash, Aleyse Shannon, Giancarlo Esposito, Gracie Marie Bradley, Sharon Stone, Kyle Bary, James Urbaniak. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: regular.
Pocas historias tan desperdiciadas como la de Beauty, la película de Andrew Dosunmu con guion de Lena Waithe (Master of None, The Chi, Queen & Slim), que parte de una prometedora base y se descarrila con sorprendente celeridad. Gracie Marie Bradley interpreta a Beauty, una joven cantante que mantiene oculto un noviazgo con otra mujer, Jasmine (Aleyse Shannon), debido a la naturaleza conservadora de su familia. Además de su deseo reprimido de poder vivir su relación libremente con la mujer que ama, la protagonista tiene otro anhelo que se va desarrollando en paralelo y que también está atado a las imposiciones familiares: triunfar en el mundo de la música con lo que los demás describen como “una voz que llegó de otro mundo”.
El primer problema de Beauty, ya disponible en Netflix luego de su paso por el Festival de Cine de Tribeca, es uno que perjudica todo el metraje: Bradley no canta en ningún tramo del film. Cuando lo hace, su voz se cubre con la banda sonora de Philip Miller o bien con las de grandes leyendas de la música. De esta forma, a la estructura de biopic que toma el film (los comienzos de Beauty en Nueva Jersey en los 80, su lucha para hacerse un lugar entre las divas del momento, y su eventual ascenso a la fama) le falta la pieza más importante: nada menos que ver a la joven interpretar una canción para que haya un “gancho” acorde a la propuesta.
Por el contrario, el fallido guion de Waithe hace que Beauty sea definida por terceros, como si estuviera generando una expectativa por escuchar finalmente a esa voz única en su generación, para luego no cumplirla. Mediante ese truco, Waithe no solo subestima al espectador sino que lleva a la película de Dosunmu a un estadio del que nunca sale. A la cuarta vez que se nos dice que el talento de Beauty es indiscutible, el interés ya está perdido, y poco ayuda que todo el derrotero de la protagonista esté repleto de lugares comunes.
En este sentido, tenemos al padre déspota que quiere aprovecharse del dinero de su hija (Giancarlo Esposito, quien hace lo mejor que puede con el débil texto que se le brindó); a la madre que obliga a su hija a alejarse de la mujer que ama para que su futuro profesional no se vea perjudicado (Niecy Nash, la única intérprete que sale airosa del film); y a la representante que le plantea a Beauty cómo debe forjar su carrera (Sharon Stone, desaprovechada).
Con todas esas puertas abiertas, a la película le cuesta encontrar un espacio para desarrollar el vínculo entre la cantante y su pareja, lo único que podría haber resultado atractivo, sobre todo si tenemos en cuenta que el guion de Waithe, escritora y directora abiertamente queer, comienza esbozando cómo es el vínculo romántico entre Beauty y Jasmine. En este punto, el film oficia como una suerte de biopic no oficial de Whitney Houston, con demasiados paralelismos con la fallecida cantante como para ignorar que se buscó hacerle un homenaje.
La relación entre Beauty y Jasmine busca ser un espejo de la que tuvo la diva con su asistente Robyn Crawford, el personaje de la madre recuerda al de la mamá de la propia Houston, quien también fue cantante e inspiró a su hija a seguir su camino, entre otras similitudes. Asimismo, como no escuchamos a Beauty cantar, el director incluye imágenes de archivo de intérpretes enormes como Donna Summer, Judy Garland y Aretha Franklin, entre otras. Así, comprendemos que Beauty nunca tuvo un rumbo claro. No es una historia de amor LGBTQ+, tampoco es un digno tributo a Houston, y tampoco es un largometraje que conmueva a pesar de todas las adversidades que enfrenta su protagonista. Todo ese encanto que se nos promete en un comienzo, se evapora como la voz de Gracie Marie Bradley.
Cuándo verla. Beauty ya se encuentra disponible en Netflix.
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