Néstor Perlongher, rescatado del tiempo
Santiago Loza y una singular mirada documental
Para muchos, el nombre de Néstor Perlongher puede no decir nada; sin embargo, después de ver Rosa Patria puede empezar a tener una presencia que, hasta ahora y por diversos motivos, se circunscribía casi en forma excluyente a círculos de iniciados.
Perlongher nació en Avellaneda en 1949 y murió en San Pablo, Brasil, en 1992, víctima de sida, a los 43 años. Primero poeta, fue en la década del 70 uno de los fundadores del Frente de Liberación Homosexual. Perseguido por la derecha y resistido por la izquierda conservadora, una vez iniciada la última dictadura militar fue encarcelado y procesado. Cinco años más tarde, ya graduado como sociólogo, marchó a Brasil, donde completó una maestría en antropología. Quizá para quienes no lo conocían esta breve introducción aclare el panorama. Pero no es suficiente.
En este lugar de descubrimiento se detiene Santiago Loza, el cineasta independiente autor de obras como Extraño, Cuatro mujeres descalzas, La invención de la carne y la todavía más fresca Artico , que ahora incursiona en el campo documental, en un intento de seguir una línea de transgresión que, en este caso al menos, tiene que ver con recuperar a un personaje del que se tiene poco o ningún registro, a partir de la reconstrucción de quienes lo conocieron, admiraron y aún hoy, casi dos décadas después de su despedida, siguen valorándolo como clave en diferentes niveles.
Loza recrea algunas de sus versiones de la vida, empalmándolas con testimonios contundentes, como los de Fernando Noy, Rodolfo Fogwill, Alejandro Ricagno, María Inés Aldaburu, Flavio Ripisardi, Ernesto Hollman y Sara Torres, entre otros, cada uno con una aproximación diferente al personaje y a sus enigmas.
La propuesta de Loza lo reconstruye sin mostrarlo (sí con recreaciones actuadas) y revela una verdad: que la lucha de muchos homosexuales militantes argentinos no fue sólo por una cuestión sexual personal, sino por una libertad muchísimo más amplia y de todos. Claro está que es difícil que quienes los detractaron en su momento o lo siguen condenando en la actualidad puedan siquiera darse cuenta de lo que significó. Perlongher luchó en las filas del FHL y llegó a convertirse en autor de culto de la última poesía argentina. Trotskista, anarquista, libre, el sida lo sorprendió joven. Desde entonces, el cine le debía un homenaje como éste, con algunas oportunas licencias a las convenciones del género (la media luz, por ejemplo) que permiten entender mejor su ideario.
Rosa Patria se proyecta los jueves, a las 20.30, y viernes, a las 18, en el Malba (Figueroa Alcorta 3415, entradas a 15 pesos, estudiantes y jubilados, 8).