Alta mar: navegar entre Agatha Christie y Gran Hotel
Alta mar (España, 2019) / Creadores: Ramón Campos y Gema Neira / Elenco: Ivana Baquero, Alejandra Onieva, Jon Kortajarena, Eloy Azorín, Eduardo Blanco, José Sacristán, Chiqui Fernández, Tamar Novas, Luis Bermejo / Disponible en: Netflix / Nuestra opinión: buena
Las primeras imágenes de Alta mar traen a la memoria los recuerdos de la anciana Rose en la Titanic de James Cameron: el sombrero que asoma en la puerta del auto, las corridas para el embarque, los emotivos saludos desde cubierta. La silueta de la imponente embarcación aquí es guiño e intento de filiación, vocación de conectarse con ese mundo de glamour y tragedias que definió a aquella travesía de comienzos del siglo XX. Pero los intentos de la nueva serie de Ramón Campos y Gema R. Neira de nutrirse de otros fenómenos culturales y ficcionales no concluyen allí: hay algo del engranaje del enigma de la literatura de Agatha Christie, un poco del romance de los melodramas de travesía y desencuentros como La extraña pasajera con Bette Davis (situados en la década del 40), y mucho del armazón de época y misterio que el propio Campos puso a prueba en la exitosa Gran Hotel.
Pensada como una historia coral de muertes y venganzas, Alta mar ve diluida su ambición de identidad en el ejercicio de la copia. Es un poco de todo y no termina siendo algo propio, pese a que en ese balance de intriga y amoríos cruzados obtiene algunos logros con más astucia que otros. Uno de los aciertos es el juego con el policial clásico, con el crimen de salón, ese en el que todos los personajes pueden ser potenciales asesinos. Sin embargo, la serie combina esa estrategia con las tensiones entre la primera y la tercera clase, los intereses de la compañía naviera, la locura del capitán (el porteño Eduardo Blanco), y el misterio de una muerte reciente que todavía sobrevuela el viaje desde España hacia Brasil.
La llegada a puerto de las hermanas Villanueva está signada por presagios. Una misteriosa mujer, perseguida por un amante celoso, les pide refugio en la valija de equipaje. A partir de allí esa presencia clandestina despierta la solidaridad y el espíritu aventurero de Eva, la más independiente y sagaz de las Villanueva, insistente en sus pesquisas y zigzagueante en su movimiento. Es sobre su ingenio que la serie arriba a los mejores momentos, no solo por la intuitiva actuación de Alejandra Onieva que sobresale entre el elenco (junto con el oficio de Sacristán), sino porque su personaje es algo más que intérprete de misteriosas señales. Eva es la novelista de la historia, quien conjuga en su imaginario la calidez y la inteligencia sin dejarse llevar por las trampas del relato en el que se sumerge. La falta de riesgo la hace ir sobre escalones sólidos y afirmar un recorrido novelesco que pendula entre presente y pasado, entre la intuición de Hércules Poirot y los previsibles arrebatos del melodrama.