Murió Patrick Swayze, un duro que sabía ser romántico
Ex bailarín, se lució en dramas y films de acción
Patrick Swayze, célebre por sus roles protagónicos en los dramas románticos Dirty Dancing y Ghost, la sombra del amor, murió anteayer, en su casa de Los Angeles, rodeado por su familia, de cáncer de páncreas, informó su representante, Annette Wolf, a la agencia AP. Tenía 57 años.
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Llegó finalmente la noticia que todo Hollywood desde hace un buen tiempo aguardaba con resignación. Pero aún esperado, el anuncio llenó de tristeza aún a quienes se habían acostumbrado desde enero de 2008 a hablar de Patrick Swayze casi siempre a través de rumores, chismes, trascendidos, especulaciones y toda clase de comentarios alarmistas sobre su estado de salud. Desde entonces, al saberse que padecía cáncer de páncreas -una de las manifestaciones más letales de la enfermedad- el actor quedó expuesto al permanente acoso de los paparazzi y los medios sensacionalistas que todo el tiempo hablaban sin escrúpulos de "semanas de vida" y de un "inminente desenlace".
Golpeado por el diagnóstico más duro que puede recibir un hombre que alcanzó la fama mundial a favor de su fortaleza física ("Sí, tengo miedo. Sí, estoy angustiado. Y me pregunto todo el tiempo ¿por qué a mí?", confesó en enero último por TV), Swayze eligió siempre reaccionar a la adversidad con entereza. "Me encanta el trabajo duro. Al final del día me siento siempre orgulloso de lo que hice", dijo hace poco, al terminar uno de los capítulos de su último trabajo, la serie policial The Beast , de la que sólo pudo completar la primera temporada. Y también con la mejor disposición de ánimo: a fines de mayo -luego de verse obligado a desmentir rumores sobre su fallecimiento- se conoció su última foto, en la que aparece sonriente y con aire tranquilo en su propiedad rural de Nuevo México junto a su esposa y a dos mascotas. Allí también luce extremadamente delgado, muy lejos de la poderosa energía y del vigor que paseó en sus mejores momentos.
Expresión corporal
En la pantalla, Swayze era un seductor que sabía reforzar una apostura innata con el mejor aprovechamiento posible de su físico. Nacido en Houston (Texas) el 18 de agosto de 1952 como Patrick Wayne Swayze, heredó buena parte de las dotes de su madre, Patsy, coreógrafa y dueña de una escuela de danzas en esa ciudad. Allí conoció los primeros rudimentos de una formación que le permitió obtener dos títulos al graduarse más tarde en la escuela secundaria Waltrip, uno oficial y el otro de características más personales, que ponderaba su talento para expresarse a través del baile y los movimientos corporales.
Los genes paternos complementaron ese costado sensible y expresivo tan bien aprovechado más tarde. Jesse Wayne Swayze era boxeador y se propuso adiestrar a Patrick y a sus otros cuatro hermanos en el deporte y la gimnasia. Casi podría decirse que Roadhouse, el duro (1989) es casi un homenaje figurado al legado paterno. Allí, Swayze encarna a un "apagabroncas" (traducción del título original) que se ocupa de controlar las grescas que se desatan en los locales nocturnos.
En aquel momento, Swayze vivía el apogeo de su carrera artística, gracias al impresionante éxito de dos de sus trabajos precedentes. En Baile caliente ( Dirty Dancing , 1987) conquistó a la platea femenina a través del baile a través de cuadros de poderosa atracción con música de los años 60 y una partenaire inmejorable, Jennifer Grey. En Ghost, la sombra del amor , tres años después, se consagró definitivamente como galán junto a Demi Moore en una historia sobre el poder del amor por encima de la muerte que fue en 1990 la preferida del público y desde allí se ubicó entre las grandes historias románticas del cine de su tiempo.
Tan atlético y encantador en la vida diaria como en su actividad profesional, Swayze llegó hasta ese envidiable lugar sin ser un desconocido. Se había formado en la exigente escuela gimnástica del Disney On Parade, integró el Harkness Ballet y se animó a hacer teatro musical junto a Joel Grey, el gran actor de Cabaret y padre de Jennifer. Todo lo que prometía lo ratificó al reemplazar a John Travolta en la puesta escénica de Grease .
Desde el cine, en tanto, lo recordaremos siempre por su trilogía más exitosa ( Ghost, Baile caliente y El duro ), pero para llegar hasta allí primero supo destacarse nada menos que de la mano de Francis Ford Coppola como uno de Los marginados ( The Outsiders ), en compañía de Tom Cruise, Matt Dillon, Rob Lowe, Emilio Estevez, Diane Lane y otras promesas, y en títulos de acción como la exitosísima Punto límite (aquella de los surfers que robaban bancos con máscaras de presidentes norteamericanos), Los valientes, Los jóvenes defensores, Nacido para ganar y Steel Dawn , una suerte de versión futurista del western Shane, el desconocido , que no pasó por los cines locales y en donde compartió cartel con su esposa en la vida real, la actriz y bailarina Lisa Niemi. Cuando se conocieron, él tenía 19 años y ella, 15; se casaron en 1975 y a partir de allí construyeron uno de los matrimonios más firmes, envidiados y admirables de la colonia hollywoodense.
Trailer de Ghost
En el libro de memorias que ambos preparaban y que no tardará en conocerse, seguramente aparecerá el testimonio de un actor que en el pico de su popularidad eligió apartarse del estereotipo. Así, de encarnar al enamorado de Ghost pasó casi sin escalas a convertirse en el protagonista de La ciudad de la alegría , un relato de fuerte carga testimonial ambientado en los barrios más pobres de Calcuta. Y con ese mismo estado de ánimo declinó más de una oferta millonaria para rodar la continuación de Dirty Dancing y sólo aceptó ser instructor y preparador de baile en su precuela, Noches de La Habana (2004).
Por entonces había vuelto triunfante a Broadway para personificar a Billy Flynt en una reposición del exitosísimo musical Chicago , mientras la continuidad de su carrera cinematográfica no contaba con la repercusión de otrora, tal vez con la única excepción del Allan Quatermain que encarnó en una versión televisiva en forma de miniserie de Las minas del Rey Salomón .
La historia más reciente de Swayze, como todos saben, estuvo por lo general muy lejos de los sets. Desde que hizo público el cáncer que lo aquejaba, todo lo demás pasó a segundo plano. Ya no se hablaba de cine y sí, en cambio, de sus confesiones de alcohólico recuperado y de una adicción al cigarrillo que jamás pudo vencer, ni siquiera en los últimos tiempos, como factores que favorecieron el desarrollo de la enfermedad que le costó la vida.
Hasta que llegó otra vez la TV en su ayuda. En este caso a través de Charles Barker, un veterano policía de pocas pulgas y estilo poco ortodoxo que le permitió en 2008 regresar a los primeros planos como figura central de The Beast , emitida por A&E. Con las huellas del cáncer marcadas en su físico magro, pero todavía fibroso, llevó adelante con admirable determinación la primera temporada, pero no tuvo fuerzas para acometer la segunda. La energía que le quedaba prefirió utilizarla en un llamamiento al Congreso norteamericano para elevar al máximo los fondos públicos destinados a la lucha contra el cáncer. En una carta pública enviada a The Washington Post , reclamó una suma cercana a los 10.000 millones de dólares para construir el "futuro próspero y saludable" que no pudo ver. Pocas veces en los últimos tiempos, con la excepción de Farrah Fawcett, Hollywood lloró tanto la pérdida de uno de los suyos.
Las estrellas lo lloran
- Demi Mooore en Twitter . "Patrick, sos tan querido por tanta gente. Tu luz brillará por siempre en nuestras vidas."
- Jennifer Grey . "Cuando pienso en él recuerdo estar abrazados cuando éramos chicos, bailando, practicando cómo levantarme en ese lago congelado, divirtiéndonos como locos haciendo esa peliculita que pensamos que nadie iría a ver", sobre Dirty Dancing.
- Whoopi Goldberg . "Patrick era un buen hombre, un tipo muy gracioso y una persona a la que le debo demasiado. Creo en el mensaje de Ghost, así que siempre estará cerca."
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