Murió Lina Wertmüller, la directora de Pascualino siete bellezas y Mimí metalúrgico
Fue la primera mujer en recibir una nominación al Oscar como directora en 1977, asistente de dirección de Federico Fellini, la gran señora del cine italiano lanzó la carrera de Giancarlo Giannini e hizo época con su mirada mordaz e irreverente sobre la sociedad de su país
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ROMA.- A los 93 años, murió hoy en su casa de Piazza del Popolo de esta capital Lina Wertmüller, una de las grandes protagonistas del cine italiano y primera mujer candidata al Oscar como mejor directora en 1977 por Pascualino siete bellezas, film que protagonizaba Giancarlo Giannini, actor con el que tuvo una especial unión artística.
Nacida el 14 de agosto de 1928 en esta ciudad, en el seno de una familia aristocrática de origen suizo –su verdadero nombre era Arcangela Felice Assunta Wertmüller von Elgg Spanol von Braueich –la cineasta no sólo fue pionera en cuanto mujer en la dirección de películas inolvidables, marcadas por su mirada mordaz e irreverente, sino también fue autora de teatro y de televisión y asistente de dirección de Federico Fellini.
Como recordó el diario La Repubblica, cuando recibió el Oscar honorario a su carrera, en 2019, con su habitual ironía Wertmüller dijo: “Hay que cambiarle el nombre a esta estatuilla, llamémosla con un nombre de mujer, Ana”.
Famosa por llevar anteojos blancos (un documental sobre su vida se llamó Detrás de los anteojos blancos), viuda del gran escenógrafo Enrico Job, si bien su familia no era del ambiente del espectáculo –su padre era abogado-, de joven enseguida se sintió atraída por ese mundo. A los 17 años se anotó en la academia teatral de Piero Sharoff y comenzó también a trabajar como directora y animadora del teatro de marionetas de Maria Signorelli.
Como contó hace años a LA NACION, llegó al cine gracias al destino. “Salté por un golpe de suerte, porque Flora [Carabella, su amiga desde la infancia] se casó con Marcello [Mastroianni]. Y si bien era necesario tener cabeza, debo decir que, en Roma, también era necesario tener culo”, confió, con la desfachatez y cinismo que la caracterizaban.
Lo cierto es que llegó a la pantalla grande después de un largo período de teatro y TV, donde es recordada especialmente por el extraordinario guión de Il giornalino di Gian Burrasca, clásico italiano sobre las travesuras de un chico malísimo, que protagonizó Rita Pavone y que se convirtió en una serie de culto.
Asistente de dirección de Fellini en La dolce vita y en 8 y medio, su primera película como directora fue en 1963 I basilischi, sobre los burgueses del sur de Italia, que le valió un premio en el festival de Locarno. Pero su carrera dio un giro al lanzar la joven pareja formada por Giancarlo Giannini y Mariangela Melato. Con Mimi metalúrgico herido en el honor, Amor y anarquía e Insólito destino, entre otros trabajos, Wertmüller se consagró como una gran comediante, “capaz de indagar en las plagas de la sociedad italiana, con una irónica visión de las clases sociales, empujando sobre el tono grotesco”, destacó el Corriere della Sera.
El éxito internacional llegó de la mano del ya mencionado Pascualino siete bellezas, nominado a cuatro Oscar: no sólo a la dirección, sino también al guion y a la mejor película extranjera. Su protagonista, Giannini, también había sido candidato a mejor actor.
La gran señora del cine italiano también es recordada por películas a medida de actrices cómplices, en primer lugar, de la gran Sophia Loren, con Amor, muerte, tarantela y vino; Sábado, domingo y lunes; Francesca y Demasiado amor. Pero fue autora de muchos otros títulos como Mimi metalúrgico y Noche de lluvia, con Candice Bergen.
Cuando solían preguntarle si había tenido dificultades como cineasta por ser mujer, Wertmüller solía contestar: “Nunca me importó eso, fui derecho por mi camino”.
Su muerte enluteció al mundo artístico italiano. “Fue la persona más importante que encontré en mi vida”, reaccionó Giannini, de 79 años, que en declaraciones al Corriere della Sera recordó que fue ella su verdadera maestra y quien lo descubrió en un teatro cuando él tenía 22 años. ¿Cómo era en el set? “Muy decidida, a menudo también agresiva. Entendía la psicología de actores y actrices. Nos sacaba lo mejor. Nos divertíamos mucho. Éramos una linda pareja profesional porque yo lograba poner en práctica las ideas de Lina”.
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