Murió el actor Jean Rochefort
El legendario intérprete francés, que murió a los 87 años, era conocido por su tupido bigote y gran versatilidad: actuó en más de cien películas a las órdenes de Bertrand Tavernier, Patrice Leconte y Luis Buñuel, entre muchos otros
El actor Jean Rochefort, una de las grandes figuras del cine francés, murió en la madrugada de hoy a los 87 años, confirmó su hija Clémence a medios de ese país.
Intérprete ecléctico y apasionado, considerado la encarnación del "gentleman" a la francesa, Rochefort era conocido por su poblado bigote, sus aires de seductor con sentido del humor y sobre todo por su timbre de voz único, grave y penetrante. "Formo parte del patrimonio francés. Está el jamón de Bayona, Philippe Noiret, Jean-Pierre Marielle y yo", bromeaba Rochefort, que trabajó en cerca de 150 películas y bajo las órdenes de directores como Bertrand Tavernier, Patrice Leconte y el español Fernando Trueba.
En su prolífica filmografía se destacan títulos como Alto, rubio y con un zapato negro, con Pierre Richard y Mireille Darc; Intimidades de un seductor (1974), con Marcello Mastroianni; El relojero de Saint-Paul (1973), de Bertrand Tavernier; Elefante con una trompa enorme (1975); ¿Quién está matando a los grandes chefs de Europa?, de Ted Kotcheff (1978), con Jacqueline Bisset y George Segal;El marido de la peluquera (1990) y Tango: la maté porque era mía (1993), ambas de Patrice Leconte, así como Pret a Porter (1994), de Robert Altman.
En 1974 trabajó a las órdenes de Luis Buñuel en El fantasma de la libertad y un año después recibió su primer César por su papel de reparto en Que empiece la fiesta. El segundo lo obtuvo en 1977, por El cangrejo tambor, de Pierre Schoendoerffer. Luego se le sumó un lauro honorífico por su carrera.
En 1999, la Academia de Cine francesa le entregó el César de honor en reconocimiento a toda su carrera, que además del cine contó con varias producciones teatrales y de TV. Entre sus últimos trabajos se destaca el largometraje inconcluso The Man Who Killed Don Quixote (2001), de Terry Gilliam. El rol de Don Quijote fue escrito a su medida, pero una hernia de disco le obligó a someterse a una operación. El rodaje –que sufrió además otros problemas– se suspendió y la película nunca vio la luz. "Un sueño roto... Un golpe muy duro. Me había implicado enormemente en este cometido y un pequeño nervio de varios milímetros no estuvo de acuerdo", dijo Rochefort en ese momento. Gilliam retomó finalmente su proyecto, sin el actor francés. Tras 17 años, el rodaje en España y Portugal finalizó en junio último. "Soy un Don Quijote de la realidad, no estoy hecho para un Don Quijote de ficción –afirmó–. He cometido actos quijotescos en mi existencia. Muchos. Pero no había cámara" para filmarlos, dijo este gran apasionado de la equitación y militante antitaurino.
Nacido en París en el seno de una familia burguesa, había ingresado en el Conservatorio en los años 50, con Jean-Paul Belmondo, Jean-Pierre Marielle, Bruno Cremer y Claude Rich como compañeros de promoción. Pese a su reputación de actor cómico, Rochefort era difícil de clasificar, con una apariencia a la vez convencional y de "chilflado" –como aseguraba Patrice Leconte–, y una participación tanto en films populares como en el cine de autor.
Tras rodar con Fernando Trueba El artista y la modelo (2012), inspirada en el escultor Aristide Maillol, Rochefort afirmó que dejaba el cine, aunque luego rodó a las órdenes de Philippe Le Guay Floride (2015), donde encarnaba a un anciano que enfrentaba problemas de memoria.
"Jean era un hombre elegante en su forma de actuar, de ser, de reír contigo, de soñar contigo", comentó el guionista Jean-Loup Dabadie a Radio France Internacional.
Agencias DPA y AFP
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