Murió George Segal, un actor en el que todos confiaban
Tenía 87 años; el actor de Un toque de distinción y Elsa & Fred protagonizó en los últimos años la serie The Goldbergs
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A los 87 años murió este martes el actor George Segal. Fue su esposa, Sonia Segal, quien dio la noticia. “La familia está devastada al anunciar que esta mañana George Segal murió debido a complicaciones de la cirugía de bypass”, expresó a través de un comunicado que difundieron medios estadounidenses como la publicación especializada Deadline.
Desde los viejos afiches de sus grandes comedias de los años 70 y las imágenes más recientes de su paso por la muy recomendable serie Los Goldberg a George Segal le salía con toda naturalidad siempre el mismo gesto. Para el talentoso y admirado actor que acaba de fallecer a los 87 años en Santa Rosa, California, reírse parecía lo más natural del mundo. Su lugar en Hollywood fue siempre la comedia. Propios y extraños lo reconocían como una de las figuras más dotadas para el género en una época muy propicia para ese lucimiento.
En la década del 70, sin ser un hombre especialmente apolíneo, Segal se consagró como un gran seductor de la pantalla en comedias ligeras, elegantes y sofisticadas que requerían protagonistas talentosos como él. El público recompensaba esa presencia. En 1973, gracias a Un toque de distinción, y con Glenda Jackson como enamorada, Segal era el astro principal de una comedia que rompía récords de boletería en el Río de la Plata. Pocas comedias tan inteligentes llegaron a durar tanto tiempo en cartelera.
Pero más allá de esa virtud innata, a Segal le sobraba destreza actoral para moverse en otros terrenos. Y fue así como ganó su única nominación al Oscar en 1966 personificando al humillado y timorato Nick en la versión cinematográfica de ¿Quién le teme a Virginia Woolf? Y en ese tiempo ratificó esas condiciones en algunos otros papeles muy alejados de la comedia, como El caudillo de los desalmados, Talla de valientes, Invitación a un pistolero y La masacre de Chicago 1929.
La gran vida de Segal en la comedia de Hollywood arrancó a fines de la década del 60 con La estrella del sur y El amor es así, sus primeros roles protagónicos. Pero había empezado a escribir su historia artística desde muy chico. Nacido el 13 de febrero de 1934 en Nueva York, Segal fue casi un niño prodigio. A los ocho años manejaba su propio show de magia y poco después se convirtió en el líder de una banda de jazz escolar. Allí cantaba y tocaba el banjo, instrumento que más tarde, en diferentes épocas de su carrera, utilizó para lucirse en sus presentaciones y espectáculos unipersonales.
Llegó al cine y a la TV después de una persistente carrera en Broadway y en los clubes de jazz neoyorquinos, y encontró en la pantalla el mejor vehículo para explotar su carismática personalidad actoral. Vivió su apogeo artístico en los años 70, de la mano de comedias en los que mostraba sobre todo su destreza para interpretar personajes capaces a la vez de seducir a la mujer más bella y dejarse llevar por todo tipo de neurosis. El mejor ejemplo es Yo quiero a mamá, pero.. (Where’s Poppa, 1970), una gran comedia negra de Carl Reiner en la que interpreta a un abogado que encuentra a la mujer de sus sueños pero al mismo tiempo necesita sacarse de encima a su madre senil. Ese mismo año compartió con Barbra Streisand otro éxito, El búho y la gatita.
Después llegaron otros títulos de comedia muy destacados, como el citado Un toque de distinción, Racha de suerte (California Split, dirigida por Robert Altman), Ruleta rusa, El zorro y la duquesa (junto a Goldie Hawn), No robarás a menos que sea necesario y ¿Quién está matando a los grandes chefs? con Jacqueline Bisset en la cumbre de su belleza. El cierre de esa etapa feliz fue en compañía de Natalie Wood con La última pareja de casados.
Después llegó una etapa de cierto ostracismo cinematográfico en los años 80, década que Segal dedicó mayormente a su reencuentro con la música. Se reivindicó durante la década siguiente como hábil y confiable actor de reparto en la serie de Mirá quién habla y junto a Bette Midler en Por los muchachos. Más cerca lo recordaremos como el mejor amigo de Jeff Bridges en El espejo tiene dos caras y como parte del destacado elenco de la versión hollywoodense de Elsa & Fred.
Segal también se hizo popular por sus papeles en comedias televisivas como el editor de revistas Jack Gallo en Just Shoot Me, que le valió una nominación al Globo de Oro. En ese ámbito supo darle un digno y feliz cierre a su carrera con el mejor papel que tuvo en la pantalla chica, el del abuelo Pops Solomon en Los Goldberg, una de las series que mejor retrata la vida en los años 80.
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