Mujeres Terminator: cuando las actrices se animan a la acción
La dama en peligro, atada a las vías del tren o secuestrada por hombres con malas intenciones es un lugar común del cine desde sus inicios folletinescos. Estas mujeres frágiles e indefensas siempre son rescatadas por hombres valientes, los héroes de la película en cuestión. Pero a medida que pasó el tiempo se fue abriendo camino en la pantalla grande un tipo de personaje femenino que se enfrenta al peligro, cuida de sí misma y se convierte en la heroína del film.
Existen desde hace mucho –es imposible no pensar en la teniente Ripley de Sigourney Weaver o en la Sarah Connor de Linda Hamilton–, pero en este preciso momento en la historia, este tipo de heroínas parecen ser lo que la sociedad pide a gritos y el cine está dispuesto a entregarle.
Entre los estrenos de esta semana hay dos películas con protagonistas mujeres que no necesitan ser rescatadas. Por un lado está La chica en la telaraña, la nueva aventura cinematográfica de Lisbeth Salander, el personaje creado por Stieg Larsson en la serie de novelas Millenium. También llega a los cines Viudas, de Steve McQueen, en la que un grupo de mujeres cuyos maridos mueren en un atraco se juntan para llevar a cabo el robo que ellos habían planeado y no llegaron a ejecutar.
Salander se convirtió en un ícono de ficción que representa a la mujer que busca venganza y justicia sin temer recurrir a la violencia extrema para conseguirlo. Primero sorprendió en los libros de Larsson y luego en las adaptaciones cinematográficas, interpretada por Noomi Rapace, en la trilogía sueca, y luego por Rooney Mara, en La chica del dragón tatuado, de David Fincher. Lisbeth, la hacker justiciera, tiene ahora el rostro de Claire Foy , más conocida como la reina Elizabeth II en The Crown. "Su objetivo es hacer que los hombres paguen –explicó Foy a The Hollywood Reporter–. Lisbeth los pone en una posición vulnerable. Muchas veces lo hace con medios cuestionables pero con una moral muy clara: si alguien le hace algo malo a otra persona debería ser llevado a la Justicia. ¿Qué tiene de malo ser una persona enojada si ese enojo está dirigido a algo que nos aterroriza?".
En plena era del #MeToo, tal vez no haya un personaje que mejor represente esa furia. Basta que esa protagonista transfiera dinero de las cuentas de los abusadores a la de las mujeres a las que hicieron daño, o tatuarle a su propio atacante la frase: "Soy un cerdo sádico y violador".
"Cuando estábamos haciendo la película empezó a pasar lo de #MeToo y me sentí muy feliz. Estábamos haciendo esto de nuevo por una razón", dijo la actriz a Rolling Stone. Foy, a quien veremos la semana próxima como la esposa de Neil Armstrong en El primer hombre en la Luna, aclara que Lisbeth no es una activista que forma parte de un movimiento, sino alguien que actúa en solitario con un objetivo claro: hacer justicia por mano propia.
"No lo hace por las mujeres, lo hace para castigar a los hombres. ¡Ella no representa una causa! Trabaja por fuera de la forma en la que la sociedad cree que debería hacerse justicia. Se mete en las computadoras de las personas y se apodera de sus secretos. No juzga. Tiene sexo con quien quiere, cuando quiere".
Agradables y queribles no más
Las mujeres de Viudas son un caso distinto de empoderamiento femenino. Todo comienza con la muerte de los esposos de las protagonistas, ladrones de profesión, quienes dejan una deuda que sus viudas deben saldar cometiendo un robo planeado por ellos.
Steve McQueen, el director de 12 años de esclavitud, realizó esta adaptación de una miniserie británica de los 80 junto a Gillian Flynn, la autora de Perdida, especialista en personajes femeninos que se escapan de las convenciones de Hollywood. En el casting, McQueen también apostó a la diversidad con Viola Davis como protagonista, secundada por Michelle Rodriguez , Elizabeth Debicki y Cynthia Erivo, además de un elenco que incluye a Carrie Coon, Colin Ferrell, Liam Neeson, Daniel Kaluuya, Jon Bernthal y Robert Duvall, entre otros. "Este tipo de papel no suele estar disponible para una mujer de color –dijo Davis a Variety–. La gente intenta ser demasiado amable con las mujeres. Las hacen lindas, queribles. Están pensadas para satisfacer las fantasías masculinas y la mirada masculina. Esta película no hace eso".
Viudas se aparta de la típica protagonista de película de acción, ya que se trata de mujeres comunes empujadas por necesidad a la vida criminal, pero que encuentran en sí mismas y en su unión como grupo la fortaleza para hacer lo que sea necesario para poder atravesar el duelo y continuar con sus vidas.
"Es un tipo distinto de mujer ruda –explicó Davis a Screenrant–. Creo que las mujeres de esta película redefinen lo que significa ser fuerte. Su fuerza es su crudeza, su vulnerabilidad, el hecho de que se les permite ser mujeres y se les permite hacer su duelo. Eso es lo que se destaca. Y sí, llevan a cabo un asalto. Sí, tienen armas. Sí, tienen su cuota de diálogos y de escenas de mujeres rudas. Pero lo más poderoso es que ganan en autonomía y recuperan su valor".
Una de las claves de estos personajes femeninos poderosos es su complejidad, que escapan a las reglas de lo que una heroína de Hollywood debería ser según los estudios. Las acciones de personajes como Lisbeth Salander o las mujeres de Viudas no están dentro de la legalidad o moralidad, pero nacen de la necesidad de obtener algún tipo de venganza o justicia. Es lo que sucede también con el personaje de Jennifer Garner en Matar o morir, otro estreno reciente, que se convierte en una justiciera violenta luego de que su familia es asesinada.
Algo curioso de estos últimos ejemplos es que las películas que protagonizan están dirigidas por hombres. McQueen tuvo una guionista que colaboró con él, no así Alvarez, ni Pierre Morel, director de Matar o morir. Hay una larga lista de hombres que hicieron películas memorables con personajes femeninos fuertes que se animan a cualquier cosa para intentar arreglar las injusticias del mundo que habitan. James Cameron es uno de los grandes guionistas y directores de mujeres aguerridas, como la legendaria Sarah Connor (Linda Hamilton), que pasa de potencial víctima a luchadora incansable. Fue también Cameron el encargado de continuar con la secuela de Alien, después de la primera película de Ridley Scott, que tiene en el centro a la teniente Ellen Ripley, protagonizada con una potencia descomunal por Sigourney Weaver, otro ícono de este tipo de personajes.
Para el nuevo siglo, Quentin Tarantino creó junto a Uma Thurman a la Novia, protagonista de Kill Bill, una vengadora que se entrena para poder buscar y asesinar una por una a las personas que la traicionaron hasta llegar a su objetivo mayor: Bill. George Miller, por su parte, construyó un personaje femenino tan fascinante con la Furiosa de Charlize Theron que logró opacar al protagonista en Mad Max: Furia en el camino.
"Teníamos un director que entendió que la verdad es que las mujeres ya somos lo suficientemente poderosas y no queremos que nos hagan sobrenaturalmente fuertes y capaces de hacer cosas que no podemos hacer", dijo Theron, quien hizo un excelente trabajo como Furiosa y es parte del secreto de que el personaje se haya convertido en todo un símbolo de poder femenino, que podría tener su propia película en el futuro (la sudafricana reincidió en la acción con Atómica).
Aun festejando todos estos ejemplos de personajes femeninos que desafían las convenciones que Hollywood y la cultura popular en general les imponen, se siente en falta la mirada femenina sobre ellas. La prueba está en el revuelo que causó Mujer Maravilla, dirigida por Patty Jenkins, y el impacto que tuvo en la taquilla. La película protagonizada por Gal Gadot –que por estos días rueda su secuela, Mujer Maravilla 1984– tiene claras diferencias con otras representaciones femeninas en el cine de superhéroes, incluso las de personajes interesantes como Viuda Negra, que encarna Scarlett Johanson en la serie de películas de Marvel sobre Los Vengadores (ya se prepara su film en solitario).
Una nueva oportunidad de ver una película con una protagonista ruda y dirigida por una mujer llegará en los primeros meses de 2019 cuando se estrene Destroyer. En la nueva película de Karyn Kusama (Girlfight, La invitación), Nicole Kidman interpreta a una detective dura y conflictiva que se enfrenta a un conflicto del pasado que arruinó su vida. La actriz está físicamente transformada, pero lo más poderoso del film es su actuación y cómo el personaje se aleja de la mujer víctima, aunque de alguna manera lo sea.
"Vi a Al Pacino interpretar ese tipo de personajes –dijo Kidman a Entertainment Weekly sobre su decisión de encarnar este personaje tan difícil–. Vi a todos los hombres en los 70 tener la oportunidad de hacerlo, pero no tengo un equivalente femenino". Eso, al menos por ahora, parece estar cambiando.
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