Muerte en Hollywood: cuando el show no puede seguir
Como sucederá con los films de Anton Yelchin, que falleció ayer, la muerte de talentosos actores deja en el limbo a sus proyectos; los productores recurren a muchas técnicas para terminar sus películas y series sin ellos
La tragedia de la muerte de una persona joven en un absurdo accidente es difícil de comprender y procesar. El desconcierto es tal alrededor del fallecimiento de Anton Yelchin, el actor de 27 años que falleció ayer en un extraño accidente con su auto que en las redes sociales sus compañeros de elenco como John Cho y Karl Urban (Star Trek) y directores como Guillermo del Toro apenas pueden balbucear su tristeza y desconcierto. Pero a medida que el tiempo pase todos querrán recordarlo viendo su trabajo en la pantalla. Un extenso legado de películas, series y proyectos que ante su muerte que tendrán que lidiar con el hecho de seguir adelante sin él. En el caso de Yelchin, aunque la nueva Star Trek ya está terminada, las series que protagonizaba, como Trollhunters (Netflix planeaba estrenarla en diciembre) y Mr. Mercedes, ya no serán lo que habrían sido. Algo con lo que Hollywood, aunque no quiera, sabe bien cómo lidiar.
Heath Ledger. Cuando murió por una sobredosis accidental de analgésicos y pastillas para dormir, el australiano se estaba tomándose unos días de descanso del rodaje de El imaginario mundo del doctor Parnassus, donde compartía protagonismo con Christopher Plummer. La solución a la que tuvo que recurrir el director Terry Gilliam para seguir adelante con su película fue pedirle a sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell que se dividieran las escenas de Tony, el personaje de Ledger .
Philip Seymour Hoffman. A riesgo de parecer insensibles, los productores de Hollywood no suelen darse el lujo de hacer un duelo prolongado cuando muere alguna de sus estrellas. Así les sucedió a los responsables de la saga de Los juegos del hambre que, ante la noticia del fallecimiento de Hoffman y habiendo ya filmado la mayor parte de sus escenas en las dos últimas películas de la saga, decidieron modificar algunas secuencias y diálogos que pasaron de Plutarch Heavensbee, el personaje de Hoffman, a Alma Coin, interpretada por Julianne Moore. Reemplazarlo por otro actor nunca estuvo en sus planes pero fue lo que tuvieron que hacer los productores de Happyish, la serie cuyo piloto el actor había grabado pocos meses antes de su muerte. Decididos a continuar a pesar de haber perdido a su protagonista, los responsables de la serie contrataron al comediante británico Steve Coogan para que ocupara el lugar de Hoffman. La estrategia no funcionó: la serie fue cancelada después de diez episodios.
Paul Walker. La tragedia y la ironía se cruzaron cuando murió el actor de Rápido y furioso. Su fallecimiento ocurrió a bordo de un auto de lujo diseñado para alcanzar grandes velocidades como los que manejaba el actor en la saga tuerca, pero sin la protección del equipo y la ficción, Walker falleció cuando aún le faltaban filmar varias escenas de Rápidos y furiosos 7. A modo de homenaje y para darle continuidad a la historia sus productores decidieron que Brian O'Conner, el personaje de Walker , debería seguir siendo parte de la trama y para eso utilizaron la tecnología más avanzada disponible. Después de meses de duelo, el rodaje se reanudó con los hermanos de Walker poniéndole el cuerpo a muchas escenas a las que luego, por animación digital, se le superpuso el rostro del actor fallecido. Una técnica que, de modo más rudimentario, ya habían probado los productores de Gladiador cuando Oliver Reed falleció en medio del rodaje y los de El cuervo al tiempo que su protagonista, Brandon Lee, murió por un disparo que recibió de manera accidental en una de las escenas de riesgo de la película.
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