Morgan Spurlock y la verdad de la hamburguesa
El realizador decidió comer sólo "fast food" por un mes
"Me gusta la buena comida, la comida de calidad. Pero también estoy siempre dispuesto a disfrutar de una buena hamburguesa con queso. Eso sí, tiene que ser casera. No acepto otra cosa." A Morgan Spurlock le alcanzan unas pocas palabras y el mismo espíritu jovial e irónico que utilizó en la pantalla para resumir lo que le dejó una experiencia personal que ya dio la vuelta al mundo y gracias a la cual hoy es reconocido como una de las figuras del momento en el cine ajeno a la ficción.
Desde su oficina en Los Angeles, Spurlock habla con LA NACION de "Super Size Me", título original con el que también llegará pasado mañana a la Argentina, presentado por Distribution Company, uno de los documentales que más dieron que hablar en los últimos tiempos, candidato al Oscar en esa categoría. Con el subtítulo local de "Supertamaño", el film cuenta en primera persona la experiencia límite a la que eligió someterse Spurlock: consumir durante 30 días consecutivos pura y exclusivamente alimentos y bebidas adquiridos en locales de la cadena de comidas rápidas McDonald´s a lo largo de toda la geografía de Estados Unidos, con el compromiso de probar todos los platos incluidos en el menú y de aceptar el "super size" (porciones de tamaño más grande) cada vez que le fuera ofrecido en los mostradores.
Con la supervisión de un equipo de médicos y nutricionistas y la creciente molestia de su novia (una conocida chef vegetariana), Spurlock acometió el desafío con visibles efectos en su organismo: pasó de exhibir un estado físico impecable a engordar varios kilos y aumentar significativamente algunos de los índices que marcan el deterioro de la salud, como el colesterol, a tal punto que uno de los médicos le advierte, cumplidos 20 de los 30 días convenidos, luego de una revisión de su hígado, que de continuar así podría llegar a afrontar graves consecuencias. "Si fueras alcohólico -le advierte- terminarías como Nicolas Cage en «Adiós a Las Vegas»."
Ya recuperado, Spurlock dice que se decidió a hacer "Super Size Me", una provocativa mirada sobre el fenómeno de la obesidad en la vida cotidiana de Estados Unidos, después de haber visto en TV un informe periodístico sobre dos adolescentes que pusieron en marcha una demanda millonaria contra McDonald´s, al que responsabilizaron por su sobrepeso. El film, cuyos costos de producción no superaron los 300.000 dólares, lleva recaudados 28 millones de dólares en todo el mundo.
“Me interesa señalar que mi película no está hecha contra McDonald’s en particular. Elegí a esa compañía porque es un ejemplo del modo norteamericano de vivir y de comer y de cómo ese sistema logró globalizarse al punto de que usted puede estar en Nueva York, en Sydney, en Tokio o en Buenos Aires y las cosas no cambian. Así como esta modalidad se apoderó de mi país, también está apoderándose del suyo”, explica.
Si bien hoy se reconoce como un activista ferviente en contra del consumo de comida rápida, Spurlock está lejos de proponer soluciones drásticas. “Pero creo –aclara– que la gente merece recibir una información precisa y no engañosa para tomar decisiones más saludables en su alimentación. Todavía no contamos con los datos adecuados en la escuela y en nuestros hogares y, en cambio, se sobrecarga de estímulos a quienes van a esos lugares. Fíjense en los avisos comerciales de McDonald’s: jamás se ve allí a una persona gorda. Todas las imágenes hablan de gente joven, saludable, libre. Y la realidad demuestra lo contrario.”
Para Spurlock, nacido hace 34 años en West Virginia, el “fast food” atrae porque es barato, rápido y satisface ciertas demandas de nuestro organismo. “Esa comida tan abundante en grasas, en azúcar, en cafeína y en sodio es algo que el cuerpo reconoce y demanda, por eso volvemos. Pero no tomamos conciencia de las consecuencias que produce en el mediano y el largo plazo. Además, están por todos lados, no hay posibilidad de escapar”, enfatiza.
Tan fuerte como los síntomas que Spurlock experimenta en su organismo es el modo en que el documental muestra la avanzada de la comida rápida en las escuelas secundarias norteamericanas, cuyos menúes rebosan de ofertas de este tipo. “Por suerte –advierte– la situación está cambiando. No quiero pecar de exagerado, pero desde que la película se estrenó se puso en marcha una corriente de mayor compromiso por parte de los padres y los educadores. Muchos maestros pasaron mi película en las escuelas. Además, acabo de estar en Connecticut, donde me reuní con miembros del Senado y de la Cámara de Representantes antes de que se tomaran medidas en ese estado con respecto a la alimentación escolar.”
Pero, sin dudas, lo más fuerte del documental es cómo Spurlock experimenta en su propio cuerpo con la ingestión exclusiva de comida rápida durante un mes, al punto que en el día 21 llegó a considerar seriamente el final del experimento. “Es que a la noche me había levantado con un dolor tremendo en el pecho y no podía respirar y los médicos insistían en que debía renunciar. Pude llegar al final, pero tardé varias semanas en desintoxicarme”, destaca.
Spurlock dice que lo mejor de esta experiencia es que se convirtió en un consumidor más consciente y responsable. “Ahora tengo mucho más cuidado con lo que como. Me fijo en las etiquetas y en los envases y busco información. Todos deberíamos saber de dónde proviene lo que comemos y qué contiene, pero lamentablemente ignoramos las conexiones que existen entre nuestra salud y nuestra alimentación.”
Por el modo de rodar en primera persona, por la mirada irónica con la que se asoma a la realidad de su propio país y porque su prédica arrojó algún resultado inmediato (dos meses después del estreno, McDonald’s anunció que eliminaba el tamaño “súper” de sus menúes, aunque negó vínculo alguno entre la decisión y los efectos del documental), Spurlock reconoce a Michael Moore como una referencia insoslayable de su trabajo: “Tengo que dedicarle a Michael esta película, porque sin él algo como «Super Size Me» jamás hubiese llegado a los cines. El me ayudó mucho, soy un gran fanático de sus películas y al verlas aprendí que la verdad muchas veces asusta”.
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