Mirta Busnelli y Anita Pauls protagonizan juntas una nueva película: “No existe la madre ideal”
Entre risas, conversaron con LA NACIÓN sobre su relación, los desafíos de la maternidad y el último proyecto que comparten, el film La estrella que perdí
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“Trabajar juntas fue revolucionario”, dice Mirta Busnelli, sobre la experiencia de rodar una película junto a su hija Anita Pauls. Hace más de un mes, Pauls –quien en 2020 se instaló en Los Ángeles– volvió a la Argentina con su hija Bendi de 2 años para visitar a su familia y promocionar La estrella que perdí. El largometraje explora las complejidades y ambivalencias de la relación entre —cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia— una madre actriz y su hija.
“Este proyecto en particular lo viví como un regalo. Hacía tiempo que tenía ganas de trabajar en algo lindo, real, con Anita y el guion de su directora, Luz Orlando Brennan, fue la oportunidad perfecta para cumplir este sueño”, reveló entusiasmada Busnelli. En una charla cálida, profunda y divertida madre e hija le abrieron su corazón a LA NACIÓN y reflexionaron sobre la experiencia de trabajar juntas, los desafíos de la maternidad y las transformaciones en su vínculo con el paso del tiempo.
—¿Cómo vivieron rodar juntas una película en la que las dos son protagonistas?
Busnelli: —Fue muy hermoso. No le quiero poner edulcorante, pero fue un sueño. No es que yo tuviera ese sueño presente y lo haya buscado, pero fue fuerte y a la distancia realmente me doy cuenta que se siente como haber cumplido un sueño.
Pauls: —Estoy totalmente de acuerdo. Yo sí había soñado con que alguna vez trabajáramos juntas en una historia que nos interpele, en algo que sea más que un laburo y gracias a la directora llegó esta película y fue hermoso trabajar juntas. Fue muy placentero y yo tenía muchas ganas, este guion en particular fue superior a lo que me podía imaginar. Esta es una historia que se centra en nosotras, somos las protagonistas y eso no nos había pasado antes.
Busnelli: —Además esta película llegó en un momento, en donde la conflictividad de la adolescencia y los roces que teníamos nosotras como madre e hija ya estaban sanados. Nosotras pasamos por un período conflictivo, pero mientras eso sucedía nunca nos tocó trabajar juntas.
Pauls: —Cuando era más chica, por ahí me tomaba a mal un consejo de mi mamá como colega: “Mamá, no me digas lo que tengo que hacer”, pero por suerte ya las dos estamos en otra etapa. Además, ahora yo también soy mamá e incluso mi hija estaba ahí dando vueltas en el rodaje.
—¿Cómo fue trabajar en la película con la niña presente en el rodaje?
Busnelli: —¡Fue una aliada de la película! ¡No molestó nunca!
Pauls: —Se dice que los hijos los tenés 9 meses en la panza, pero que sigue habiendo una dependencia total por varios meses. Cuando mi hija cumplió nueve meses empecé con la película y ella estuvo ahí todo el rodaje. ¡Yo creo que la próxima película va a ser con Bendi actuando, seguro! (risas).
—Desde 2020 que estás instalada en Los Ángeles, ¿cómo vivís la distancia con tu familia?
Pauls: —El padre de Bendi [un personal trainer radicado en Los Ángeles que conoció por Instagram] vive ahí y tenemos una hija juntos, así que yo también vivo ahí, pero amo este país. Me encantaría que acá hubiese trabajo para todos. Cuando tuve una hija empecé a extrañar mucho y me dieron más ganas de que mi hija mame este pueblo que tiene cosas muy hermosas. Entonces sí, ahora estoy allá, laburo allá y estoy bien, pero siempre que me sale una oportunidad de trabajar acá vengo feliz. Esta película me hizo muy feliz porque además me dio un papel que hacía mucho tiempo tenía ganas de interpretar. Siempre hice más comedia y acá tuve la oportunidad de explorar algo más dramático.
—Mirta, ¿cómo ves a tu hija en su rol de madre?
Busnelli: —¡Ella tiene una relación muy relajada con su hija! Yo tenía más lío en la cabeza como madre. Para mí es una cosa riquísima verlas a ellas jugar, verlas estar en el mundo es muy hermoso. Ana es mucho mejor madre de lo que fui yo, es todo lo opuesto a mí. Es perfecta.
Pauls: —¡Gracias a vos soy la mamá que soy! Ser madre me ayudó a rever un montón de cosas de cuando yo era chica. Dije: “¡Ay, ella me tuvo en la panza, me dio la teta más de un año, hizo todo un laburo!” Así que puse en valor todo lo que fue ella como madre y justamente de esas complejidades habla la película.
—La película explora el vínculo entre una madre y su hija, ¿se vieron reflejadas en la ficción?
Pauls: —Por un lado, la historia juega con el ideal de la madre. La película arranca con esta actriz estrella que tiene una carrera espectacular y que es eso lo que prioriza. En tanto, la hija ve una oportunidad para moldear a su madre a su antojo y crear a la madre que siempre soñó, pero no existe la madre ideal.
—¿En la vida real se sintieron presionadas a ser “madres ideales”?
Pauls: —Creo que las maternidades y las mujeres cambiamos mucho, sobre todo las últimas generaciones. Por ejemplo, mi abuela no tuvo la posibilidad de ir a una universidad porque no la dejaron y tuvo que criar a los hijos. Entonces mi mamá tuvo una madre que le dijo: “Por favor, andá a estudiar”. Mi mamá quería todo lo opuesto a su madre: no quería ser ama de casa, quería ser independiente y tener su carrera, su camino. Y nosotras, las hijas de esas madres decimos: ¡Qué lindo estar un poco más en casa, maternar y dedicarle tiempo a nuestros hijos, pero tampoco queremos ser dependientes! Ya mamamos la independencia de la mujer y queremos hacer todo al mismo tiempo y es casi imposible que salga todo bien. Me debato todo el tiempo cuánto trabajo y cuánto me quedo en casa porque también me cuestiono qué rol de mujer le muestro a mi hija.
Busnelli: —Hubo tanta represión antes que la ruptura de eso y la aparición de la independencia apareció como un desborde, después cada una encuentra su camino fuera de los mandatos.
—¿Cuáles son los desafíos de las mujeres en el cine hoy?
Busnelli: —A medida que va cambiando el rol de la mujer en la sociedad, a nosotras como actrices nos ofrecen otro tipo de historias, antes había más roles masculinos y ahora está más repartido. De todos modos, sigue siendo más difícil para las mujeres más grandes conseguir papeles. En La estrella que perdí justamente mi personaje abarca la conflictividad, los deseos y las pasiones de una mujer grande y eso en general suele tratarse con muchos prejuicios.
—¿Cómo te sentís como abuela?
Busnelli: —Es algo hermoso que me ocurrió en la plenitud de la vida. De repente me apareció un amor muy potente. Nunca fui una mujer que esperara tener nietos ni que tuviese presente esa ilusión. Cuando me di cuenta de que Anita quería quedarse embarazada, me preocupé, yo pensaba: “¿A ver si tiene un bebé y después se da cuenta de que no era el momento?
Pauls: —¡Mi mamá me decía que espere que era muy joven todavía! ¡Tenía 34 años! (Risas).
—Mirta, ¿cómo fue tu vínculo con la maternidad?
Busnelli: —Yo hace 50 años pensaba que el mundo era un desastre como para traer una persona. En un momento me di cuenta de que tenía ganas de asumir la responsabilidad de traer una buena persona al mundo, pero lo estiré lo más que pude y a Anita la tuve a los 41. Una vez que quedé embarazada sentí que era el mejor estado en el que podía estar. No quería decirlo porque pensaba que me iba a quedar sin trabajo y al final me terminaron escribiendo papeles de embarazada. Fue una verdadera revolución.
—¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar juntas?
Pauls: —Sorpresivamente todo fluyó muy bien. Si bien esta película juega con la ficción, la realidad es que somos madre e hija, así que hay cosas que pudimos trabajar desde nuestra relación. Además, hay cosas del vínculo madre e hija que son universales. Mi personaje es muy distinto a mí, más dependiente. Yo me fui a vivir sola muy joven y si bien tuvimos un montón de conflictos típicos de madre e hija fue algo que se correspondió más con mis 20 años. A los 30 me fui del país, ¡así los evadía para siempre y teníamos una relación ideal! (risas). Vivir lejos, en los Estados Unidos, hizo que me acercara a mi mamá. Las cosas por las que solíamos tener roces ya no están. Después de convertirme en madre, mi vínculo con mi propia madre sanó por completo.
Busnelli: —La película es lo mejor que me pasó en la vida.
Pauls: —¡Después de tu hija y de tu nieta...!
Busnelli: —¡Es verdad! (risas)
— Ana, ¿sentiste presión por dedicarte a lo mismo que tu mamá?
Pauls: —Creo que me pasó cuando era más chica, pero nunca lo sentí como un peso. Creo que soy actriz porque ella es actriz y como mis hermanos también actúan, fue algo que se me dio naturalmente. Pero además de ser actriz, también juego a ser modelo y me encanta bailar. Soy curiosa y hay muchas cosas que me divierten. Hoy estoy aquí y mañana puedo estar haciendo otra cosa. A diferencia de mi mamá: ella es actriz, actuar es su pasión y no puede vivir sin actuar. ¡Hoy en día no para de laburar! La pasión por su oficio la mantiene viva...
Busnelli: —Sí, si no actúo la paso mal.
Pauls: —Yo puedo estar tranquilamente sin actuar...
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