Minority Report: cuando Steven Spielberg unió fuerzas con el creador de Gambito de dama
Scott Frank, uno de los grandes ganadores del Emmy el último domingo, obtuvo en 2002 su primer gran reconocimiento gracias a este inquietante relato de ciencia ficción protagonizado por Tom Cruise
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Nadie le quitará a Scott Frank la felicidad de haber sido uno de los grandes triunfadores en la noche de los Emmy. El último domingo fue uno de los pocos que desafió a los organizadores de la máxima fiesta global de la TV y pasó por alto el nada sutil mensaje musical que le indicaba terminar cuanto antes con sus palabras de agradecimiento tras ganar el premio al mejor director por Gambito de dama, miniserie de la que es además uno de sus creadores.
Siguió allí sin dejar de hablar, impermeable al volumen cada vez más alto de la versión instrumental de “Con te partiró” puesta para convencerlo de que tenía que bajar del escenario lo más rápido posible. Tenía, como todos los ganadores, la indicación de no exceder los 45 segundos. Pero se sentía con tanto derecho de estar en ese lugar que su speech superó los dos minutos.
¿Cómo no justificar a Frank por más que también se haya ganado el domingo, según la opinión de muchos, el “premio” al peor discurso de la noche del Emmy? Después de unas cuantas nominaciones sin éxito, era la primera vez que se llevaba un reconocimiento de ese calibre después de acumular durante 25 años méritos suficientes como guionista, productor y director, y llegar hoy a ser valorado como uno de los más talentosos creadores de ficción en la industria del entretenimiento más poderosa del mundo.
Con el gran éxito de Gambito de dama, Frank dejó de jugar a perdedor en los grandes premios de Hollywood. Había llegado al Emmy 2018 con tres nominaciones por la excelente Godless, su primer gran proyecto televisivo propio (disponible en Netflix, como la miniserie que lo vio triunfar el domingo). Lo mismo le pasó dos veces con el Oscar, premio al que aspiró por primera vez en 1998 por el guión de Un romance peligroso, de Steven Soderbergh. La segunda nominación le llegó en 2017 por Logan, también por guion adaptado. Dos trabajos magníficos.
Entre ambas, mereció sin dudas en 2002 sumar una tercera nominación al Oscar. Ese año, Frank firmó junto a Jon Cohen el guión de Minority report: sentencia previa. Fue a partir de ese trabajo para Steven Spielberg que su nombre comenzó a ser considerado cada vez más como diestro autor y creador de ficciones, propias o adaptadas de distintas fuentes literarias.
Frank llevaba en ese momento algún tiempo de colaboración con Spielberg, para quien había trabajado por primera vez ajustando y enriqueciendo en 1998 algunos detalles del guion de Rescatando al soldado Ryan, aunque sin aparecer en los créditos. Y fue Spielberg quien logró que se sintiera con fuerzas suficientes para meterse en un mundo que hasta allí le era desconocido por completo.
Minority Report: sentencia previa está basado en un relato (apenas 31 páginas) de Philip K. Dick, el mismo autor de Blade Runner y El vengador del futuro, y uno de los nombres más importantes del gran canon universal de la literatura de ciencia ficción. Dick imaginó en este breve texto escrito en 1956 un futuro en el que prevenir la inseguridad es algo posible en el más amplio sentido de la palabra.
Estamos en 2054. A través de un programa experimental aplicado en Washington, el gobierno logra anticiparse a los hechos criminales (sobre todo asesinatos) que están por producirse a través de la detención de quienes van a cometerlos. Eso es posible gracias a las visiones que tienen tres seres humanos, dos hombres y una mujer, con extraordinarios poderes para capturar el pensamiento de mentes ajenas.
A esas tres personas se las conoce como “precogs” y viven casi en situación de esclavitud, subordinando la totalidad de sus respectivas existencias a la necesidad que tienen las autoridades de reducir al máximo las situaciones de inseguridad y, de paso, aumentar el control social sobre los ciudadanos. El encargado de ejecutar los operativos preventivos que se anticipan al hecho criminal es un policía llamado John Anderton, personaje con el que Tom Cruise iniciaría su colaboración con Spielberg. Dos años después, actor y director se reencontrarían en otro episodio futurista, La guerra de los mundos.
En la película, Anderton expresa a través de Cruise la clásica atención que le pone Spielberg a los temas de ruptura, desgarramiento y reconstitución familiar. El policía sufre la pérdida de su pequeño hijo (que se ahogó en una pileta pública) y el divorcio de su mujer, dolores que trata de mitigar a través de las drogas de diseño. Hasta que en un momento él mismo es señalado como autor de uno de los asesinatos vislumbrados por los “precogs” y obligado a escapar, ahora perseguido por un funcionario gubernamental llamado Witwer (interpretado por Colin Farrell), alguien que además cuestiona con mucha fuerza el programa “preventivo”.
Como señala el crítico Leonardo D’Esposito en su libro sobre Spielberg (Una vida en el cine, publicado en 2018 por Paidós), la película tiene muchísima acción, incluye en su trama un misterio policial y es esencialmente cinéfila. La influencia más fuerte es la de Alfred Hitchcock, que más de una vez narró historias sobre la huida de personas inocentes acusadas por error de haber cometido hechos terribles.
En Minority Report: sentencia previa, Scott Frank fue el responsable del trazo final del guion, el que finalmente va a ser llevado a la pantalla, mientras Cohen se ocupó de elaborar las primeras versiones de esa escritura. “Fue el guión más difícil que me tocó escribir, sobre todo porque el de la ciencia ficción siempre fue un mundo ajeno para mí”, reconoció Frank.
Pero al mismo tiempo, Frank reconoció que las búsquedas de Spielberg (que emprendía con esta película y la inmediatamente anterior, A. I. Inteligencia artificial, la etapa más experimental y pesimista de toda su filmografía) coincidían en este caso con las suyas. “Todas mis películas han tratado sobre alguien que intenta encontrar una verdadera identidad. Se trata de personas que se miran a sí mismas desde una nueva perspectiva: quiénes son frente a quiénes pensaban que era. En ese sentido, Anderton es un hombre cegado por su propio dolor”, señaló Frank en conversación con el sitio Creative Screenwriter. Gambito de dama es la última etapa, hasta ahora, de ese recorrido.
También observó con interés otra de las claves de la película: la reflexión sobre un mundo en el que el control social aumenta en la misma proporción en que disminuye el espacio para el ejercicio de la privacidad entre los seres humanos. “Esa noción de privacidad es la que estamos perdiendo cada vez más, especialmente por culpa de Internet”, anotó Frank. Antes del rodaje, junto a Spielberg, el guionista aceptó discutir el posible retrato de un futuro con esas características junto a un grupo de expertos: arquitectos, urbanistas, científicos del MIT y hasta periodistas.
“En el guión de Jon Cohen –observa Frank- había algo muy interesante: la idea de leer los ojos de una persona para identificarla. Ese es el gran tema de la película. En un momento, a Anderton le quitan los ojos quirúrgicamente para que pueda maniobrar sin ser rastreado. Se trata de ser visto, de ver solamente lo que quieres ver y de ser ciego a ciertas cosas. Anderton tiene un punto ciego y por eso abrazó por todas las razones equivocadas un sistema que luego lo va a perseguir. Necesita que el sistema lo persiga para que él realmente vea lo que está pasando”.
Las huellas de los trabajos posteriores de Frank (Gambito de dama, entre ellos) aparecen con toda claridad en Minority Report: sentencia previa, una película que no solo abreva de la obra de Hitchcock. También recurre a elementos muy reconocibles de las historias policiales de la serie negra y de clásicos modernos del género como Contacto en Francia. “Hay un poco de Popeye Doyle en John Anderton. Popeye, el personaje de Gene Hackman en Contacto en Francia, es un héroe que tiene tantas fallas como las personas que ellos persiguen. Me gusta escribir sobre ese tipo de personajes. En cambio, me aburren mucho los superhéroes, porque no hay ningún conflicto que los obligue a mantenerse juntos en términos de sus necesidades internas”, agrega.
Frank podría volver a ese mundo en uno de sus próximos proyectos. Quiere recuperar a uno de los grandes detectives noir, Sam Spade, y llevarlo a vivir sus años maduros en París. El detective sesentón de Monsieur Spade (título tentativo de un futuro proyecto para el cine) podría ser interpretado por Clive Owen. También tiene pensado adaptar y dirigir una nueva versión para la pantalla grande de Risa en la oscuridad (Laughter in the Dark), la novela de Vladimir Nabokov que en 1969 se estrenó en los cines de la Argentina como Una mujer infame, dirigida por Tony Richardson, con Nicol Williamson y Anna Karina.
Minority Report: sentencia previa está disponible en Amazon Prime Video y en Movistar Play
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