"Mi trabajo es realizar los sueños del director"

TORONTO.- Fernando Sulichin rompió un largo silencio pocas horas después de vivir aquí una de las noches más importantes de su vida como hombre de cine. El productor argentino, de 50 años, estuvo muy cerca de Oliver Stone, con quien viene trabajando desde hace dos décadas en el exitoso estreno mundial de Snowden, que tuvo lugar el viernes último en el Festival Internacional de Cine de esta ciudad (TIFF 2016). Su nombre aparece muy destacado en los títulos de crédito y además se dio el gusto de hacer una pequeña aparición (cameo) durante la película.

Sulichin no habla con los medios desde que se supo que había acompañado a Sean Penn (con quien trabaja en el cine y en iniciativas de ayuda humanitaria junto a organizaciones no gubernamentales) durante la entrevista que el actor y director le hizo desde la clandestinidad en octubre último al narcotraficante mexicano Joaquín "el Chapo" Guzmán, hoy detenido en una prisión federal mexicana y a la espera de ser extraditado a Estados Unidos.

Las autoridades de México identificaron a Sulichin como uno de los dos productores que estuvieron en ese encuentro junto a Penn y la actriz Kate del Castillo (el otro es el hispano-argentino José Ibáñez), que luego se convirtió en una controvertida nota de la revista Rolling Stone. Y hasta llegó a insinuarse en ese momento que ambos iban a ser investigados en ese país por un supuesto encubrimiento de fugitivos de la justicia. Sulichin dice que no hay nada de eso y que podría ingresar mañana mismo a México sin problemas, lo mismo que Penn.

"Estuve en silencio hasta ahora por respeto a esta película. Además, creo que no había nada para decir, nada que explicar. Yo vengo trabajando desde hace mucho tiempo con Oliver y con Sean Penn visitando líderes y personajes mundiales. Y esta cuestión de la que tanto se habló fue uno más de los tantos encuentros que tuve junto a ellos con líderes mundiales de todo tipo, desde Mandela hasta Fidel Castro y Saddam Hussein".

"Todo esto ocurrió en el contexto de mi trabajo como productor y de mi filmografía, no fuera de ella", le explica Sulichin a LA NACION en el lobby del hotel en el que se alojó aquí, en Toronto, a cien metros del cuartel general del TIFF 2016.

-¿Quedó alguna secuela respecto de tu situación y la de Sean Penn en México? ¿Tendrían que enfrentar alguna acusación?

-No. Para nada. El artículo publicado por Rolling Stone es muy claro y bastante completo. Fue atacado por algunos medios y muy alabado por otros periodistas muy serios, como Jon Lee Anderson, de The New Yorker. A algunos les gustó y a otros no. Yo fui acompañando a mi director, como cualquier buen productor debe hacerlo.

-¿No te involucraste en nada durante el encuentro?

-Mi parte consistió en acompañar a Sean. Hicimos el artículo juntos, él lo escribió, fue su pensamiento y ésa fue mi participación.

-Sean Penn dijo que estaba arrepentido de haber hecho esa entrevista ¿Te pasó lo mismo?

-Me arrepiento sobre todo por la dimensión innecesaria que tomó un artículo periodístico. Al margen de eso, siempre fue y es un placer para mí acompañar tanto a Oliver como a Sean en todo lo que hacen. Son personas muy poco convencionales, capaces de hacer 20 cosas increíbles una atrás de la otra, como pasa ahora con Snowden. Mucha gente le recomendó a Oliver que no se metiera con este tema y mirá lo que pasó. La película se estrenó con la ovación del público y la buena recepción de la crítica. Me estoy jugando en compañía de directores que no son Blancanieves.

-¿Qué pasaría si Sean Penn o vos volvieran a México?

-Nada. No hubo nada ilegal en toda esta situación. Hubo un artículo periodístico que se sobredimensionó por el personaje al cual estaba referido, nada más que eso. En términos legales está todo muy claro.

-Trabajás con figuras de alta exposición, pero a la vez te esforzás por mantener el perfil opuesto a ellos.

-El perfil más bajo y correcto posible. Pero esto es lo que me tocó en la vida. El trabajo de un productor consiste en tratar de realizar los sueños de un director. Así empecé en el cine: mi primer trabajo fue conseguir algo: que abrieran La Meca para que Spike Lee filmara allí un tramo de Malcolm X. Una locura. Tenía 25 años. Ahora, a los 50, es una locura también lo que me pasa. Pero, como ves, todo es muy coherente.

-¿Dedicarte full time a cumplir los sueños de los directores posterga el cumplimiento de tus propios sueños?

-No. Creo que ya cumplí bastantes sueños propios. Ahora estoy eligiendo más lo que hago. Estoy haciendo cine más por placer que por obligación. Estoy buscando propuestas que traten de abrir desde el cine la cabeza de la gente. No todo en la vida son superhéroes y secuelas.

-¿Qué hay de nuevo en tu vida de productor?

-Estoy trabajando en un spin off de El gran Lebowski, alrededor del personaje de Jesús, que dirige e interpreta John Turturro. La estamos filmando ahora en Nueva York. Hay un par de documentales medio secretos que tendrán buena repercusión, un western con Alex Cox, y mucho trabajo con organizaciones benéficas no gubernamentales en Haití y otros lugares del mundo. Reparto el tiempo entre el cine y el trabajo humanitario, por el cual recibí en Francia la Legión de Honor.

-Siempre hablás de la Argentina como un lugar con el que te sentís comprometido, pero en el que todavía no desarrollaste tu trabajo como productor.

-Un proyecto como Snowden te lleva un año y medio completo de tu vida. No hay tiempo físico para hacer otra cosa. Gente como Oliver o Sean no te dejan tiempo libre, el tiempo que me encantaría usar para volver a la Argentina y hacer algo. Es mucho trabajo físico. Quisiera tener alguna vez el mismo regocijo que siento con Oliver junto a algún director argentino.

-¿Tenés contacto con el cine argentino?

-Veo todo lo que puedo por Internet o vía YouTube. Me encanta lo que se está haciendo, tanto en cine como en TV. El marginal me gustó muchísimo. La calidad está subiendo y hay un talento impresionante. Cuando estos directores con los que trabajo se retiren y me dejen huérfano será el tiempo de volver a la Argentina para trabajar allí.

-¿Qué proyecto imaginás?

-Salir a buscar mucha historia argentina increíble que todavía no fue contada en el cine. Los golpes militares o los años 70 mirados desde otro lugar. Me imagino una película sobre alguno de los golpes con la imagen de un helicóptero filmada a lo Spielberg. Una buena película sobre Perón huyendo por los túneles de la Casa Rosada en el 55 o sobre Isabelita y López Rega en Panamá, contada con el estilo de Scorsese. Sería grandioso.