Hasta hace dos décadas atrás la frase "¿Te has cuestionado alguna vez la naturaleza de tu realidad?" sólo pertenecía a los libros de filosofía o a los cursos de autoayuda. Sin embargo, una película cambió el cine de acción con una propuesta tan atractiva desde lo visual como provocativa en lo narrativa: Matrix. No sólo este film consolidó a Keanu Reeves como estrella global, sino que abrió la puerta para que Hollywood se animara a tener guiones más profundos en sus megaproducciones. Sin embargo, llevó casi una década poder convencer a un estudio de cine para que apostara por la película y creyera en el proyecto.
La primera versión de Matrix nació a comienzos de la década del 90, escrita por las hermanas Wachowski -quienes en ese momento se identificaban como Larry y Andy, pero que desde entonces transicionaron de género y ahora son Lana y Lili respectivamente- e inspirada en lecturas filosóficas y metafísicas. Pero como eran virtualmente desconocidas en Hollywood, nadie tomaba el libro en serio ni se interesaba por él. Entonces comenzaron a escribir el guion de Asesinos (1995), una película de la que hoy se arrepienten, pero que sirvió para que Hollywood les prestara atención.
Con ese antecedente golpearon las puertas de varios estudios para saber si alguno se interesaba en Matrix -que si bien era una nueva versión de la original ya tenía varios años- y sólo Warner Bros. Pictures las atendió. Sin embargo, los ejecutivos se dieron cuenta que el film necesitaba de una inversión muy arriesgada, así que les encargaron una película previa para quedarse tranquilos y así nació Bound, en 1996.
A pesar de que esa prueba había sido superada, aún quedaban dudas de que pudieran hacerse cargo de un guion tan complejo y lleno de giros argumentales. Así que las directoras crearon un cómic de 600 páginas con cada una de las escenas, para convencerlos de que podían hacerse cargo de todo de manera coherente y con buen ritmo.
The Matrix (1999) storyboards by Geof Darrow @DarrowGeofpic.twitter.com/2h5OCeM0qA&— Cool Comic Art (@CoolComicArt) 7 de enero de 2019
Una vez que los estudios Warner aceptaron, les exigieron a las Wachowskis que contrataran a una figura conocida para encabezar el elenco, así podían asegurarse al menos un rendimiento aceptable en taquilla y no tener pérdidas. Por este pedido, las hermanas contactaron a quien creían que sería la estrella ideal para hacer de Neo: Will Smith. Sin embargo, al actor, que era conocido por comedias y quería consolidarse como héroe de acción, Matrix le pareció compleja y oscura, así que prefirió mantenerse en terreno conocido y declinó el proyecto en favor de Wild, Wild West, que sería uno de los fracasos más sonados de su carrera: 25 años más tarde, sigue siendo una de las peores decisiones actorales de la historia.
Ese error terminó siendo beneficioso para la producción: hoy nadie imagina a Matrix sin Keanu Reeves, que le puso su aplomo y apatía natural al servicio de Neo. Advertidas, tras la mala experiencia con Smith, las Wachowskis prefirieron enviarle el guion al actor antes de tener una reunión. El protagonista de Máxima velocidad quedó fascinado con la trama y no pudo ocultar su entusiasmo cuando conoció a las directoras, quienes entonces le mostraron el cómic que habían hecho y con un apretón de manos en el momento sellaron el acuerdo. El actor, además, aceptó reducir su salario para acomodarse al presupuesto.
La fallida experiencia con Smith sirvió, también, para que las directoras conocieran a su mujer, Jada Pinkett-Smith, quien sí quedó enganchada con el proyecto y pidió participar del casting para el rol protagónico de Trinity. A pesar de que hizo un buen trabajo, cuando ensayó una escena con Reeves simplemente no hubo química en pantalla. Quien tomó su lugar fue Carrie-Anne Moss, quien dejó a todos helados con su versatilidad a la hora de realizar ella misma las escenas de acción, que casi no requirieron dobles por pedido suyo, lo que le dio mayor credibilidad al personaje. Sin embargo, durante el rodaje se lastimó el hombro así que debió llevarlo vendado en toda sus escenas, aunque es imposible notarlo en pantalla. Y no fue la única accidentada: Hugo Weaving, el "agente Smith", se quebró la mano en la escena de pelea con Morpheus en el baño.
Una vez que el elenco estuvo confirmado y los estudios depositaron la fuerte inversión, el rodaje se llevó adelante durante cinco meses en Sydney, Australia, aunque la ciudad en la que sucede la trama jamás es nombrada y no hay ningún edificio o escenario reconocible, porque las Wachowskis querían dar la sensación de que podía pasar en cualquier lugar.
El siguiente desafío fue cómo presentar la película, ya que muchos temían que al revelar que se trataba de una reflexión metafísica sobre la naturaleza de las cosas podía espantar a los espectadores. Así que armaron un trailer con un avance tecnológico casi desconocido hasta el momento, el "bullet time", una ingeniosa creación que permitía filmar escenas de acción específicas en 360 grados y pasarlas en cámara lenta. A pesar de que otras películas lo habían usado antes, se lo bautizó como "tiempo bala" porque su uso más impactante es cuando Neo se enfrenta en una terraza con decenas de balas.
Para lograr este efecto especial, que sería una marca registrada de las Wachowskis, se utilizaban 120 cámaras de fotos y 2 de fílmico en gigantescos aros que rodeaban a los actores delante de una pantalla verde y luego, gracias a la composición por computadora, se los trasladaba a escenas grabadas con anterioridad.
A pesar del escepticismo previo, Matrix fue un suceso en los cines desde su estreno. Con sólo 63 millones de dólares de presupuesto terminó recaudando 463 millones en todo el mundo y volviéndose el cuarto título más taquillero de 1999 a nivel global. Además, fue elogiada de forma unánime por la crítica y se llevó cuatro premios Oscar, todos en rubros técnicos. Pero la clave del éxito fueron las recomendaciones del mismo público y los que decidían ir más de una vez al cine para captar nuevos sentidos y guiños. La película no sólo le pedía al espectador que "cuestionara la naturaleza de su realidad", sino que lo llevaba a preguntarse si la vida que estaba llevando era realmente suya y si era libre para seguir con su verdadero propósito personal o sólo era un engranaje en una máquina más grande y anónima.
Hoy, Matrix es considerado no sólo uno uno de los largometrajes centrales de la década del 90, sino también la llave que abrió la puerta para que las superproducciones hollywoodenses pudiesen ofrecer tramas complejas e inteligentes sin que por eso renunciaran a ganar millones en taquilla. También fue el origen de una trilogía y universo propio de cómics, cortos animados y novelas. Aunque sus continuaciones no anduvieron mal en los cines, ninguna tuvo el impacto de la película original.
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