Martin Scorsese redobla sus críticas contra las películas de Marvel: “No hay riesgo”
Cuando Martin Scorsese habla, el mundo escucha. Y si el premiado cineasta decide dar su opinión sobre el universo cinematográfico Marvel, el efecto de sus palabras es inmediato y tan letal como algunos de los mafiosos que habitan en sus películas. Cuando consultado por la revista de cine británica Empire por su opinión sobre las películas de superhéroes, Scorsese las comparó con parques de diversiones y aseguró que en realidad no eran cine, muchos cuestionaron su punto de vista. Entre ellos estuvieron los actores Robert Downey Jr., Paul Rudd y el director James Gunn. Otros acordaron con él, como su amigo Francis Ford Coppola que no sólo declaró estar de acuerdo con Scorsese sino que redobló la apuesta para decir que en su opinión los films de Marvel son despreciables.
Y como la polémica está lejos de resolverse, a pocos días del estreno de El irlandés en algunos cines de los Estados Unidos –en la Argentina se verá en salas desde el jueves 21 y una semana después en Netflix–, Scorsese decidió escribir una columna de opinión en The New York Times para aclarar su punto de vista.
"Hay quienes dicen que las películas de Hitchcock eran muy parecidas entre sí y tal vez sea cierto. El propio Hitchcock se preguntaba si era así. Pero el modo en que son similares las superproducciones de hoy en día es diferente: muchos de los elementos que definen al cine como yo lo conozco forman parte de los films de Marvel. Lo que no tienen esas películas es un sentido de la revelación, misterio o peligro emocional. Nada está en riesgo. Esas películas se hacen para satisfacer una batería de demandas específicas y son diseñadas como una constante variación de un número finito de temas. Son secuelas solo en nombre: son remakes en espíritu (...) Esa es la naturaleza de las películas de Hollywood de hoy: productos creados a partir de la investigación de mercado, probadas en focus groups, revisadas, modificadas, vueltas a revisar y modificar hasta que están listas para ser consumidas", escribió Scorsese, que en principio aclaró que sus conceptos e ideas de los cinematográfico son personales y formadas según sus experiencias de vida y como espectador.
Para reforzar los conceptos que lo pusieron en la mira de los fanáticos de Marvel, el director de Buenos muchachos decidió invocar los nombres de otros realizadores como ejemplo. "Para explicarlo de otra manera, diría que las películas de Marvel son todo lo que los films de Paul Thomas Anderson, Claire Denis, Spike Lee, Ari Aster, Kathryn Bigelow o Wes Anderson no son. Cuando miro una película hecha por cualquiera de esos cineastas sé que voy a ver algo absolutamente nuevo y que experimentaré algo inesperado y difícil de definir. Y que expandirá mi idea de lo que es posible transmitir a través de imágenes y de sonidos", explicó Scorsese antes de pasar al punto central de la polémica. "La razón es simple. En muchos lugares alrededor de este país y del mundo, las películas de superhéroes son la primera opción en las salas. Es un tiempo peligroso para la exhibición de cine. La ecuación se dio vuelta, y el streaming es la forma de distribución principal de las películas. Aun así, no conozco ni a un realizador que no quiera crear films para la pantalla grande y que sus obras sean vistas en salas. Eso me incluye, y estoy hablando como alguien que acaba de hacer una película para Netflix. Solamente ese servicio de streaming nos dio la posibilidad de hacer «El irlandés» como necesitábamos y por eso le estaré eternamente agradecido. La película tendrá unos días de exhibición en salas de cine. ¿Me gustaría que se viera en más cines y durante más tiempo? Por supuesto. Pero no importa para quién hagas tu película, el hecho se mantiene: la mayoría de las salas están copadas por las franquicias de Hollywood", detalló el director, sin mencionar que muchos de esos complejos rechazan las películas que producen Netflix y Amazon para intentar frenar el avance de las plataformas de streaming en el negocio de la distribución de cine.
“La situación, tristemente, es que ahora tenemos dos campos separados: por un lado está el entretenimiento global audiovisual y por el otro el cine. Esos conjuntos a veces se superponen, pero ocurre cada vez menos –dice el cineasta–. Y mi temor es que la posición financiera dominante de uno de ellos está siendo usada para marginalizar y hasta minimizar la existencia del otro. Para cualquiera que sueñe con hacer películas o está empezando a hacerlo, la situación en este momento es brutal e inhóspita para con el arte. Y el solo acto de escribir esas palabras me llena de una terrible tristeza”, concluyó Scorsese, que si se cumplen los primeros pronósticos probablemente tenga la oportunidad de retomar el tema en las muchas ceremonias de premios que recorrerá con El irlandés.
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