Martin Scorsese, el imán que reunió a la prensa acreditada y a figuras como Cate Blanchett y Salma Hayek
El director fue la gran atracción del festival y probablemente el punto más alto de toda la muestra; presentó su película más reciente, Killers of the Flower Moon, con su elenco de figuras: Robert De Niro, Leonardo DiCaprio y Lily Gladstone
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CANNES–. En la sala de prensa de la 76a. edición del Festival Internacional de Cine de Cannes no cabía un alfiler y las expectativas se iban multiplicando desde temprano cuando ante el gran hall que da acceso al -no especialmente grande- espacio donde se desarrollan los encuentros del festival con la prensa acreditada, las filas se iban multiplicando con un dejo de alegría y una decepción. De antemano se sabe que de los miles de periodistas acreditados de todo el mundo solo una ínfima parte podría tener contacto directo con Martin Scorsese, Robert De Niro, Leonardo Di Caprio, Lily Gladstone y Chief Standing Bear (o Jefe Oso de Pie, de la tribu Osage). Es decir, con el elenco y director de Killers of the Flower Moon, la nueva demostración del infinito talento del realizador que en este mismo festival ganó con Taxi Driver la Palma de Oro en 1976. Esto es hace ya casi medio siglo. Por eso, la función de presentación del film no sólo tuvo a sus afamados protagonistas. En el Grand Theatre Lumière de Cannes también estuvieron Cate Blanchett, Salma Hayek, Robbie Williams... y la lista sigue tan inmensa como la admiración por el genio de Scorsese: “Crecí con el cine de Martin y Robert. Es algo que influyó en mi actuación”, confirmó en uno de los momentos más emotivos de la tarde el no menos extraordinario Leonardo Di Caprio, que agregó: “Alcanzó un nivel artístico muy alto. Su talento no sólo me transformó , sino que también sirvió de modelo para mí, y para toda una generación de actores. Que puedo decir... es alguien que está dotado de una gran perseverancia y siempre quiere señalar la verdad, ya sea fea o incómoda. Ahí radica todo su arte”.
Contrariamente a lo que se cree, desde 1986 con Después de hora es que Cannes no contaba con una película de Scorsese en su programación y la decisión de este retorno no incluyó la posibilidad de que la película compitiera pero sí que se exhibiera como uno de los acontecimientos del festival.
Pese a que la llegada a la sala de prensa podía medirse en la distancia de las ovaciones y en el tumulto natural que genera la aproximación de buena parte de lo más importante de la historia de cine como son -especialmente- Scorsese y De Niro, desde un primer momento se notó un clima relajado. Incluso en el caso de Robert De Niro, muchas veces no especialmente locuaz, un interés por dar su opinión en cómo Killers of the Flower Moon sirve para explicar el Estados Unidos de hoy, considerando que la película narra la tenebrosa trama con la cual se orquestó la masacre de la tribu Osage en los años 20, dado que en su reserva india se descubrió por entonces una fastuosa cantidad de petróleo.
“No entiendo cómo mi personaje es capaz... no entiendo mucho al respecto. Pude interpretarlo porque todos sabemos que hay gente que hace esas cosas y sabía que tenía que ser encantador como parte de su engaño; pero de eso nos volvimos mucho más conscientes luego del caso de George Floyd, como la demostración de que existe un racismo sistémico. Y eso es lo más aterrador de todo”, afirmó De Niro para progresivamente dirigir sus lanzas contra Donald Trump: “Es la banalidad del mal de la que hay que cuidarnos y que estamos viendo ahora (…) no podemos descuidarnos porque este peligroso sentimiento de superioridad sigue estando. Lo estamos viendo hoy con lo que está pasando con Trump, porque todavía hay personas que creen que puede hacer un buen trabajo. ¡Imaginen eso!”, concluyó Robert De Niro contra el expresidente norteamericano.
Además de la referencia insoslayable a esa suerte de “huevo de la serpiente” que presenta Killers of the Flower Moon sobre el origen de la discriminación y violencia norteamericana, la conferencia de prensa también estuvo dominada por la política. “La libertad para hablar es lo más importante. No significa gritar fuerte en un teatro lleno, por ejemplo; la libertad es poder expresarse de una forma benigna en tiempos de paz”, dijo el veterano cineasta, quien se manifestó también en contra de la guerra en Ucrania. Y lo hizo con una reflexión. “Las generaciones más jóvenes no recuerdan la Segunda Guerra Mundial. No recuerdan las naciones balcánicas y lo que pasó allí y lo que pasó en Polonia en el siglo XX cuando estaba el conflicto entre los rusos y los alemanes”, se expidió con demacrado semblante pero brillante sonrisa el genio del cine del siglo pasado.
Entraron a la sala de prensa con retraso y se fueron puntualmente a la hora señalada, lo que generó cierta desazón en la prensa acreditada porque quedó la sensación de que faltaron muchas preguntas por hacerse. Y en consecuencia por responder. No era para menos, pero seamos sinceros: nunca es suficiente cuando se tiene cerca a un genio como Scorsese. Las tres horas con 26 minutos que dura el film podrían detallarse al dedillo como una obra de arte fotograma por fotograma, y la escucha a Scorsese podría extenderse por horas.
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