Málaga, el festival soñado para Leonardo Sbaraglia

En su vigésima edición, el Festival de Málaga –hasta ahora centrado en el cine español– abrió sus competencias oficiales a la producción latinoamericana y la apuesta no pudo haber salido mejor.

Varios de los principales premios fueron para películas de nuestra región, incluido el de Mejor actor para Leonardo Sbaraglia por El otro hermano, el regreso con gloria de Israel de Adrián Caetano con un duro thriller pueblerino inspirado en la novela Bajo este sol tremendo, de Carlos Busqued, y que llegará a las salas porteñas el jueves próximo. Fue el año soñado para el intérprete argentino, ya que también había sido distinguido hace pocos días en esta misma muestra por su trayectoria.

Además, Últimos días en La Habana, del cubano Fernando Pérez, se quedó con varios galardones como el de Mejor film latinoamericano y el Premio del público, mientras que el colombiano Victori Gaviria fue reconocido como Mejor director por La mujer del animal, que también ganó una estatuilla por su edición.

Por el lado del cine local, el premio a Mejor película española fue para Verano 1993, un brillante debut en el largometraje de la catalana Carla Simón. Esta historia autobiográfica sobre una niña que sufre la muerte de sus padres y va a vivir a casa de sus tíos ya había sido consagrada como Mejor ópera prima en la última edición del Festival de Berlín, y en Málaga se llevó además gran cantidad de distinciones de los jurados paralelos.

Otro título que se quedó con múltiples reconocimientos por parte del jurado integrado por Emilio Martínez Lázaro, Pablo Berger, María Botto, Iván Giroud Gárate, Elena Ruiz y Alejandra Trelles fue No sé decir adiós, de Lino Escalera: Premio Especial, Mejor actriz para Nathalie Poza; Mejor actor de reparto para Juan Diego y Mejor guión. Para completar la cosecha, también obtuvo el galardón de la crítica.

El jurado además otorgó una Mención Especial a Selfie, de Víctor García León, que resultó una de las propuestas más arriesgadas (y controvertidas) de esta edición. El tercer largometraje del director de Más pena que gloria y Vete de mí describe en plan de falso documental y con cámara en mano el vía crucis del hijo de un ministro encarcelado por corrupción que pierde el apoyo de su familia de clase alta y de sus amigos, es expulsado de su universidad e inicia un descenso a los infiernos que le permitirá descubrir el alto grado de desencanto y decadencia de la sociedad española. Rodada en "plan guerrilla" en las calles de Madrid, incluye escenas tomadas en los mítines reales de la campaña de 2016 de Podemos y el Partido Popular. Todo un hallazgo.

El otro film polémico de la Competencia Oficial fue Pieles, del veinteañero Eduardo Casanova, que se quedó con el Premio del Jurado Joven con una propuesta audaz y chocante (personajes con todo tipo de deformidades, mutilaciones y atrofias) con referencias al clásico mudo Freaks, de Tod Browning y el cine de David Lynch, Casanova ya es considerado algo así como el Xavier Dolan español.

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