Makoto Shinkai, el príncipe de los estudios Ghibli
Considerado heredero de Miyazaki, su último film, Your Name, bate récords en Asia
"Tengo la sensación de que siempre estoy buscando a algo o a alguien". Y desde esa sensación, Makoto Shinkai ha construido un imperio. La frase procede de la película anime Your Name, el quinto trabajo de este realizador japonés, y el film de animación nipón más taquillero en todo el mundo. Lleva 332 millones de dólares recaudados desde su estreno fuera de Japón, cifra que algunos afirman consagra a Shinkai como el heredero del maestro Hayao Miyazaki.
En realidad, las cosas no deberían de haber ocurrido así. Durante años, Miyazaki, el autor de El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke o El castillo vagabundo, amenazó con jubilarse. Y quería dejar el liderazgo creativo de Ghibli, el estudio que fundó en 1985 junto a Isao Takahata, otro genio, en manos de su hijo Gorô. Pero los filmes del vástago no alcanzaron el mínimo de exigencia (muy elevada) de Ghibli, y Hayao Miyazaki siguió trabajando y trabajando por el bien de toda su empresa. Finalmente se jubiló hace un par de años, aunque posteriormente se desdijo de su anuncio y confirmó que estaba consagrándose a un nuevo largometraje. Pero, a esa altura, en Ghibli ya habían encontrado a alguien de su altura para sucederlo: Makoto Shinkai.
Si es por números, Shinkai es hoy casi el rey. A esos 332 millones de dólares (con los que le gana en taquilla extranjera a El viaje de Chihiro) hay que sumarle otros 233 millones conseguidos en su país. A su estreno en Japón, Your Name pasó 12 semanas liderando la recaudación. Shinkai se ha convertido en el segundo director de animación, tras Miyazaki, en lograr en su país que un film de animé supere los 100 millones de dólares en taquilla. El ímpetu de Your Name en Asia ha hecho que sea la película japonesa más taquillera de la historia en China (donde se estrenó en 67.823 pantallas y superó a Moana), Tailandia y Corea del Sur, por ejemplo.
Pero más allá de lo económico, Shinkai ha realizado buenas películas sin lograr fuera de Japón una popularidad parecida a la de Miyazaki. Heredero del maestro en el cuidado en los trazos de los personajes y su apego a las relaciones humanas como motores de la trama, más moderno en sus temáticas y amante de un ritmo en pantalla algo más rápido, a Shinkai siempre le gustó bucear en las extrañas y muchas veces invisibles conexiones que tenemos con otros seres humanos, como lo demuestran Viaje a Agartha (2011) y El jardín de las palabras (2013), un film fascinante [N. de la R.: formó parte de la retrospectiva del autor en el último Bafici] que solo dura 46 minutos: su formato de mediometraje complicó su carrera comercial.
Amores complejos
Nacido en Koumi (Nagano), en 1973, Shinkai empezó a amar el manga y el animé en el secundario. Licenciado en literatura japonesa, en 1996 empezó a trabajar como diseñador gráfico en la compañía de videojuegos Falcom. Allí, en sus ratos libres, concibió su corto Ella y su gato (1999), cinco minutos en blanco y negro en los que explora la vida de un gato y su relación con su dueña desde el punto de vista del animal. Obtuvo cierta repercusión y pudo de esa manera encarar su segundo cortometraje, Voces de una estrella distante. La empresa Manga Zoo, desarrolladora de aplicaciomes para smartphones, lo contrató y así llegó su primer largometraje, Más allá de las nubes, el lugar prometido, que se estrenó en 2004 y lanzó su carrera. Tres años después estrenó su segunda película, Cinco centímetros por segundo (que en realidad se compone de tres cortos, conectadospor un amor adolescente), y Shinkai empezó a ser conocido por todo el mundo.
En un gesto inusual, tras este éxito, Shinkai se tomó un año sabático en Londres. A su vuelta realizó Viaje a Agartha (2011), protagonizada por una chica que decide emprender un viaje de despedida. El cine de Shinkai tiene mucho de poesía -siempre ha sido un animador muy interesado en la literatura, y es fan de Haruki Murakami-, se suele centrar en amores complejos y no tiene miedo en rozar la cursilería. Eso en lo temático, porque en lo formal apuesta en numerosas ocasiones por la sinécdoque, y su cámara enfoca objetos o detalles de la naturaleza o pequeños gestos humanos para realzar un sentimiento significativo, como hace magistralmente en El jardín de las palabras. "Una de las señas de identidad de Ghibli es el preciso movimiento de sus personajes, así que presuponiendo esa calidad yo me concentro en los fondos, en que sean detallados".
En Your Name no traiciona ni una de sus líneas. Sus protagonistas son dos estudiantes. Mitsuha vive en un pequeño pueblecito entre las montañas, como una adolescente más, aburrida en un lugar sin cafeterías, y con la compañía de dos amigos, su abuela y su hermana pequeña. Un día se despierta y no reconoce su cuerpo: está dentro de un chico, Taki, estudiante en Tokio. A Taki le ha sucedido lo mismo. Eso trastoca, obviamente, sus existencias, y sin ninguna lógica de vez en cuando despiertan en el cuerpo de otro. Decidirán comunicarse a través de notas en sus celulares para no perder el control de sus vidas. Y ese es solo el principio.
Probablemente sin quererlo, Shinkai, de quien se sabe poco de su vida privada, ha realizado un filme sobre el transgénero. "En realidad, ese detalle me lo han preguntado después", contaba en hace unos meses en el Festival de Londres, donde también rechazó la comparación con Miyazaki por su respeto al director de Ponyo. Sí que la dicotomía rural urbana procede de su vida ("Nací en un pueblo muy muy pequeño y me mudé con 18 años a Tokio, aunque me sigo sintiendo un chico de campo"). En Ghibli le están esperando. En enero tenía que haber entregado la sinopsis de su nuevo trabajo. "No he escrito ni una palabra", confesó en Tokio después de Navidades. Se lo está tomando con calma. Privilegios de ser el heredero.
© El País SL
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