Luca: la nueva película de Pixar mezcla a humanos y monstruos en un verano italiano
El director Enrico Casarosa habló con LA NACION sobre la película, que tiene varios elementos autobiográficos y juega con la fantasía mezclando a los humanos con monstruos marinos
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“El viaje que hace Luca en la película es el relato de mi propio viaje. Salir al mundo, descubrir todo lo que nos espera afuera”. Desde California, vía Zoom, lo primero que le dice Enrico Casarosa a LA NACION es que su primer largometraje para Pixar, que se estrena en la Argentina este viernes 18, es el resultado de una experiencia autobiográfica. Como ocurrió con Soul, la película previa del estudio, Luca no pasará por los cines y llegará directamente a través de la plataforma Disney+. Es otra de las consecuencias del cambio en los planes de estreno de los grandes estudios de Hollywood impuestos por la pandemia.
Casarosa nació en Génova (Italia) hace 49 años y a los 20 dejó su tierra para irse a estudiar animación en Nueva York. Desde hace casi 20 años cambió de costa y trabaja para Pixar, el estudio instalado en las afueras de San Francisco que integra el universo Disney y que está por darle de nuevo a sus historias un perfil internacional. Después de explorar el universo celta en Valiente, darle un sabor típicamente francés a las aventuras de Ratatouille y asomarse a algunos mitos latinoamericanos de la mano de Coco, la película número 24 de Pixar viaja a Italia a través de la memoria de Casarosa y algunas de sus experiencias infantiles.
“La película tiene muchos recuerdos del tiempo en el que crecimos juntos pasando cada verano en la Riviera Ligure. Es una costa muy rocosa, bella, con acantilados que caen a pico sobre el mar. Hay caídas profundas desde allí hacia las aguas, en las que predominan unos hermosos tonos azules y verdes oscuros. Es una escenografía muy hermosa y también muy sugerente, que me llevó a fantasear con la idea de encontrar allí criaturas mágicas que salen de las profundidades”, dice Casarosa.
El detalle del relato es que habla en plural. Enseguida lo aclara. Luca es la pintura de una amistad. La que viven el personaje que le da nombre a la película con Alberto, un chico que acaba de conocer y no tarda en convertirse en su mejor compinche. Lo que diferencia a esta historia de cualquier otra aventura de vacaciones veraniegas protagonizadas por chicos que empiezan a descubrir el mundo y, de a poco, empezar a dejar atrás la infancia es que Luca y Alberto en realidad no son humanos.
Ambos pertenecen a un mundo submarino que se encuentra muy cerca de las costas del pintoresco pueblo de Portorosso. Ellos son de una especie diferente. Son pequeños monstruos marinos con la capacidad de transformarse en seres de carne y hueso cuando dejan la humedad del agua y que se irán reconociendo como amigos mientras experimentan esas diferencias en la convivencia con los habitantes de carne y hueso del lugar.
El punto de partida de Luca en la historia de Pixar es el corto La luna, que conocimos en 2012 cuando formó parte del estreno de Valiente. La apertura de La luna es casi idéntica a la de Luca, con un bote en medio del mar y en su interior varios personajes de rasgos típicamente italianos, que se comunican con murmullos más que con palabras. “Aquél bote familiar se convierte en el pequeño barco pesquero que vemos al comienzo de Luca, pero ese corto es sin dudas el primer paso de esta película mucho más grande. Pero más por todo lo que la rodea que por las características mismas de la historia. Hablo del espíritu fantástico, del sabor que tienen esos lugares únicos, de la disposición de los personajes”, explica Casarosa. Uno de los personajes de La luna, el hombretón de bigote copioso, reaparecerá casi idéntico en Luca.
Alberto se llama en la película el mejor amigo del pequeño Luca. Y Alberto también es el nombre del mejor amigo de Casarosa. “Lo conocí cuando tenía 11 años –evoca-. Yo era un chico muy tímido en ese momento, vivía escondiéndome de los demás. Hasta que llegó Alberto y empezó a sacarme todo el tiempo de esa zona de confort. Siempre fue un poco alborotado y creo que esa diferencia de personalidades también nos ayudó a fortalecer el vínculo. De hecho, siempre hablábamos de cómo podríamos ayudarnos el uno al otro a partir de las fortalezas y las debilidades de cada uno”.
El escenario de esas aventuras es Cinque Terre, la región de la bella costa de Liguria atravesada por cinco poblados en los que el tiempo, según rememora Casarosa, parece haberse detenido, porque en esos pequeños enclaves todavía la vida conserva las características y el encanto de aquella infancia de fines de la década del 50 y principios del 60 retratada en la película, con música de Rita Pavone, Edoardo Vianello, Mina y fragmentos de las óperas de Puccini, además de otros detalles típicamente italianos. Portorosso, el nombre de fantasía elegido por Casarosa para el pueblo en el que transcurre la acción, es una leve variante de Monterosso, el verdadero lugar que junto a Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore conforman la geografía de Cinque Terre.
“Me fui de Italia a los 20. Tenía curiosidad por ver el mundo, como le pasa a Luca. Siempre tuve esa vocación, ese espíritu y las ganas de descubrir y conocer diferentes culturas. Debe ser algo de familia, porque mi padre es agente de viajes y trabajó muchos años para Alitalia. También tengo un hermano que es piloto de avión. Hay que tener audacia y bastante coraje para hacer todas esas cosas. Uno nunca sabe con lo que se va a encontrar. Pero se hace mucho más fácil cuando aparece un amigo dispuesto a ayudarte para hacer realidad ese sueño y desarrollar todas las oportunidades que se nos abren”, cuenta Casarosa.
¿Explora Luca las cuestiones relacionadas con la diversidad, tan de moda en estos tiempos? “Desde el principio pensamos que había algo muy interesante en términos metafóricos alrededor de una historia en la que aparece oculto un pequeño monstruo marino. A partir de esa presencia nos pareció muy atractivo que de la película surgiera la idea de mostrarnos realmente como somos”, responde Casarosa.
Dice que cuando somos chicos nos sentimos dispuestos más que nunca en la vida a expresar todo lo que sentimos. “Pero al mismo tiempo aparece también en nosotros durante la infancia ese sentimiento igualmente fuerte de vergüenza que nos lleva a sentirnos muchas veces fuera del mundo, ajenos a todo lo que le pasa a los demás”, agrega.
Allí aparece Giulia, la chica que no tarda en hacerse amiga de Luca y Alberto mientras se prepara en la película para enfrentar una competencia muy especial, la más importante de Portorosso. “Giulia es una fuerza de la naturaleza. Una outsider hecha y derecha. Tan intensa y vital que contagia al resto. Junto a ella, Luca se pregunta cuán lejos puede llegar en sus sentimientos. Se siente muy vulnerable, pero al mismo tiempo toma conciencia de todo lo que siente. Me parece que es una hermosa metáfora para dejar expresadas cada una de las cosas que nos distinguen, más allá de las diferencias”, completa.
¿Y acaso es Luca el regreso de Pixar a un tipo de narración dedicada a los chicos y a los adolescentes que pareció abandonarse con películas de connotación más “adulta” como Soul? “Ahí es donde aparece el valor de la diversidad –concluye el director italiano de Luca-. Nos vamos enriqueciendo a partir del contacto con los demás. Tal vez Luca no sea tan existencial como Soul, pero no nos interesa demasiado identificar una película animada con esos criterios. No tiene mucho sentido hablar de una película pensada más para los grandes y otra más para los chicos. Lo que más me atrae es la curiosidad, el descubrimiento, la superación. Poder vencer los miedos con la ayuda de tu mejor amigo”.
El trabajo en pandemia
“La pandemia nos tomó de sorpresa, como a todos”, dice Andrea Warren, productora de Luca, al contar cómo enfrentó Pixar la situación derivada del coronavirus. “Llevábamos bastante tiempo, años diría, en el desarrollo de la historia y en la búsqueda del mejor look para los personajes. Cuando estábamos bastante avanzados llegó el virus y tuvimos a la fuerza que restringir los tiempos de trabajo. Cada uno se fue a su casa y siguió trabajando con su computadora personal, mientras el equipo creativo y el grupo de expertos de Pixar se ocupaba todos los días de resolver los problemas y los desafíos más importantes”, explicó.
El nuevo escenario planteó varios desafíos, según recuerda Warren. Entre ellos, como llevar adelante el trabajo de grabación de las voces de los personajes con los actores recluidos en sus hogares: “Tuvimos que recurrir más que nunca a la tecnología para darle continuidad al trabajo y cumplir con nuestros planes de estreno. Habíamos perdido esa energía maravillosa que surge siempre del trabajo mano a mano, juntos, que se hace en persona, pero al mismo logramos en este tiempo tan difícil el milagro de unificar propuestas y concretar todo lo que estábamos buscando. Ahora que empieza el verano vamos a ir volviendo al trabajo presencial y a nuestras oficinas, pero el regreso va a ser gradual”.
Los principales personajes de Luca llevan en la versión original en inglés (más algunas palabras y frases en italiano) las voces de Jacob Tremblay, Jack Dylan Grazer, Maya Rudolph, Jim Gaffigan, Emma Berman y Saverio Raimondo.
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