El anuncio del esperado largometraje de Damián Szifron permitirá al público reencontrarse con Santos, Lamponne, Medina y Ravena, que esperan hace dos décadas la solución a muchos enigmas
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La espera se hacía larga, y la esperanza estaba perdida. Hasta que se hizo la luz, el milagro ocurrió y el público festejó con euforia una notica digna de celebrarse en el Obelisco. El viernes, Paramount+ anunció que la esperadísima película de Los simuladores llegará a las salas en 2024, con Damián Szifron en la dirección, junto a Federico D’Elía, Diego Peretti, Alejandro Fiore y Martín Seefeld como protagonistas. Y para celebrar esta noticia junto a los fans, repasamos diez cosas que nos gustaría ver en el largometraje, por el que ya estamos tachando los días del calendario.
1. ¿Qué pasó en el mientras tanto?
El último episodio de la segunda temporada es un innegable punto final en la historia. Luego de un operativo cargado de nostalgia, Santos y su grupo deciden tomarse un respiro del trabajo, en una escena agridulce que muestra a cada uno de los Simuladores resuelto a buscar nuevos rumbos. Por ese motivo, la principal incógnita que deberá responder el film es qué sucedió después ¿El grupo volvió a reunirse y lleva trabajando desde hace tiempo, o nunca retomaron su actividad y algún conflicto los hará reagruparse para una nueva misión? De esa manera, y respetando el esquema habitual de los capítulos televisivos, la película puede que en su inicio muestre la situación personal de cada uno, ¿acaso Medina le dedicará una poesía a la obsesión de muchos niños con el Fornite? ¿Qué territorio conquistará Lamponne? ¿Cómo será la ajetreada vida sexual y afectiva de Ravenna? Todas esas son preguntas que nos llevan directamente, al segundo punto.
2. Verdades personales
Un paréntesis de veinte años no es menor, y por eso es que resulta esperable que la película cuente qué hizo el cuarteto central durante todo ese tiempo. En líneas generales, Szifron siempre mantuvo un halo de misterio alrededor de sus protagonistas. De las vidas personales de cada uno de ellos se sabe poco y nada, y la genialidad del director tuvo que ver con hacer tan cercanos y queribles, a personajes que no dejaban de ser extraños. Debido a eso es que adentrarse en qué hicieron ellos durante las últimas dos décadas, puede significar asomarse a mundos privados que siempre estuvieron vedados (especialmente en el caso de Santos, dueño de un pasado tan enigmático como fascinante). Conocer algo más de las vidas personales de los protagonistas sería un gran condimento para el film, ¿y qué sucedería si en realidad el grupo se vuelve a unir para ayudar a uno de los suyos?
3. Un megaoperativo
A lo largo de las 24 entregas que tuvo la ficción se dieron a conocer infinidad de ingeniosos operativos. De engañar al FBI a dejar en evidencia a un estafador, de ayudar a un gran hombre con su pequeño problema, a persuadir a una joven para que no se agrande el busto, los Simuladores fueron capaces de convencer a cualquier persona de cualquier cosa, poniendo en práctica las ideas más descabellas posibles (¡vampiros!). Por todo esto es que el film tiene el desafío de presentar un operativo a la altura de las circunstancias, no solo por la grandilocuencia que implica de por sí la pantalla grande, sino también por las expectativas que se acumularon a lo largo de tantos años. Y en ese sentido, que estos héroes sin capa (pero con sobretodo) vuelvan a unirse para ayudar a uno de ellos, sería un justificativo lógico para un retorno a lo grande, en el que por primera vez, ellos sean tanto clientes como también prestadores del servicio.
4. ¿Cómo le fue a la Brigada B con la parrilla?
A lo largo de la segunda temporada, la Brigada B tuvo un peso determinante (para bien, y para mal). Ese grupo de colaboradores que durante los primeros episodios socorría en tareas secundarias luego formó como un equipo dependiente de los Simuladores, que se ocupaba de operativos menores que no requerían de sofisticadas estrategias. No muy eficientes (pero sí muy queridos por el público), el final del recorrido encontró a esa brigada desmantelada. Sus integrantes optaron por poner una parrilla como nuevo emprendimiento. Debido a eso, la vuelta del equipo central podría implicar un regreso de la Brigada B, si es que el local de gastronomía fue un fracaso. Y desde luego que sería motivo de festejo reencontrarse cono Fehler (Jorge D´Elía), Bonelli (Fernando Sureda) y Vanegas (Pasta Dioguardi). Lamentablemente, el gran ausente será Gaona, dado que el actor que lo interpretaba, Juan Carlos Ricci, murió en 2020.
5. La vuelta de Milazzo
No hay un Batman sin un Guasón, y no hay los Simuladores sin Franco Milazzo (César Vianco). Este personaje fue el gran villano de la historia, un hombre de gran destreza física, que incluso logró lo impensado: investigar a los investigadores, y descubrir varios de sus secretos. Claro que como era de esperar, fueron los héroes quienes cantaron victoria sobre el final. Milazzo le dijo adiós a los protagonistas, convencido de estar en una misión cuyo objetivo era matar a Bin Laden ¿Lo habrá logrado? ¿Habrá tenido algo que ver este súperhombre con el fin del terrorista? La película quizá resuelva este interrogante, y devuelva al villano como un inesperado aliado, o como una amenaza aún mayor.
6. Cameos, cameos y más cameos
Uno de los rasgos característicos de la serie era la constante aparición de viejos clientes o colaboradores. Los Simuladores tenían como requisito para aceptar un trabajo, contar con la colaboración futura de sus mismos clientes, y de esa forma, abogados, doctores, albañiles o terapeutas eran susceptibles de tener que prestar sus servicios ante un operativo porterior. Y debido a eso es que no sería extraño que el largometraje incluyera un sinfín de caras conocidas que desfilaron por los viejos capítulos, todos colaborando con una misión a gran escala.
7. Grandes citas
“¿No hay un piquito para mí?”, “Milazzo te mata a Bin Laden”, “Lamponne, te agachás y…”, “¿se puede saber por qué demonios no lleva puesta una escarapela”, “Alguien me pellizcó la cola” y muchas más, son algunas de las líneas de diálogo de esta serie, que traspasaron la pantalla para convertirse en referencias populares. En todas sus ficciones, Szifron y su equipo de guionistas demostraron un ingenio superlativo para las frases que pronto ganaron vida propia. Y en la era de los memes, esta ficción y muchos de sus latiguillos, ganaron fuerza y recibieron un renovado impulso. Por ese motivo, el film probablemente contenga una generosa cantidad de remates y frases, que no tardarán en instalarse en la jerga de los argentinos.
8. ¿Y si hay un Szifronverse?
¿Se puede hablar de un universo creado por Szifron? ¿Se puede hablar de un Szifronverse? Puede que sí. Aunque no hubo ningún cruce explícito, Los Simuladores, Hermanos y detectives y Tiempo de valientes comparten una sensibilidad que mezcla de humor y policial con una misma lógica. Desde luego que esto tiene que ver con la mano de Damián Szifron, un autor capaz de ponerle su firma a cada uno de sus productos. Y la verdad es que no cuesta pensar en Lorenzo Montero (Rodrigo Noya) como un potencial ayudante de Santos, o en Alfredo Díaz (Luis Luque) como un posible líder de la Brigada B. Por todo esto, es que la película de Los Simuladores sería una gran oportunidad para de alguna manera, cruzar ficciones y confirmar si las tramas de Szifron transcurren en un mismo universo.
9. Nunca es suficiente
En enero de 2004, el grupo de Santos se despidió de la pantalla. El tiempo pasó, y Los Simuladores se instaló como una pieza de culto, una serie perfecta que las generaciones que la vieron en vivo, se la heredaron a un público más joven. Pocas historias de la pantalla chica envejecieron tan bien, y ante la noticia del film, es inevitable preguntarse: ¿y si nos encontramos ante un final abierto? ¿Cabe la posibilidad que debido a la inoxidable popularidad de esta serie, la película sea un reseteo para la historia? ¿Y si los Simuladores originales, en el transcurso de la nueva aventura, entrenan a un grupo más joven? ¿Y si esto, más que un epílogo, es un prólogo? Imposible arriesgar si la trama tendrá algún elemento por el estilo, pero es innegable que el grupo volvió por el amor de la gente, y siguiendo esa lógica, puede que ese mismo amor haga de esta vuelta algo permanente.
10. Las tres preguntas de Molero
En el episodio final, Molero (Alejandro Awada) se presenta ante Santos, y le confiesa que él fue quién lo investigó bajo las órdenes de Milazzo. El detective es honesto, y le asegura que conocer a ese grupo fue una fuente de inspiración y hasta reivindicación. Santos lee la nobleza en la mirada de Molero, y eventualmente lo contacta para que lidere un grupo heredero de simulacros, en el que también trabaja Loyola (Pepe Monje). Pero lo más importante de esa reunión inicial, es que Molero le hace al protagonista tres preguntas clave: ¿cuándo asumió la personalidad de Mario Santos? ¿Por qué decide conformar ese grupo, y cuál fue el plan que liberó a su familia de sus deudas? Tres incógnitas cruciales que a película podría responder, y que sirven no solo para revelar el pasado de Santos, sino también el origen de ese mítico grupo, que comenzó sus actividades en 1989.
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