Los Simpson se agrandan en el cine
Los Simpson - la película ( The Simpsons Movie) , Estados Unidos/2007. Dirección: David Silverman. Guión: James L. Brooks, Matt Groening, Al Jean, Ian Maxtone-Graham, George Meyer, David Mirkin, Mike Reiss, Mike Scully, Matt Selman, John Swartzwelder y Jon Vitti. Música: Hans Zimmer. Dirección de arte: Dima Malanitchev. Producción animada presentada por 20th Century Fox de Argentina en versión doblada al castellano. Duración: 87 minutos. Apta para todo público.
Nuestra opinión: muy buena
Después de 18 años y 400 capítulos en televisión, ya era hora de que la familia Simpson accediera al largometraje y a la pantalla grande. Tras reiterados amagos (la incursión cinematográfica fue un proyecto largamente codiciado), la película ya es una realidad, y lo primero que surge después de apreciar sus 87 minutos (hasta los créditos finales guardan sus sorpresas) es que semejante espera valió la pena.
El director David Silverman -un artista que encarnó como pocos el espíritu de la serie durante estas casi dos décadas de existencia- y un ejército de 11 guionistas que incluye a las dos máximas cabezas del show (Matt Groening y James L. Brooks) lograron que estemos ante un film con todas las letras y no ante un producto que deje la sensación de ser tres capítulos rejuntados.
Si bien no todo en Los Simpson - la película es igualmente eficaz (algo imposible en una narración que propone una broma física, un chiste visual o un elemento de ironía social cada diez segundos) y la trama decae en su interés durante varios pasajes de la segunda mitad, lo cierto es que hay aquí un conflicto central que se sostiene con buenos recursos hasta al final, hay un cuidado por desarrollar subtramas que definan las vivencias de cada uno de los integrantes de la familia y, a nivel narrativo y formal, hay una apuesta bastante más arriesgada y ambiciosa que en los episodios televisivos.
La película arranca a puro vértigo, humor negro, desparpajo y, claro, mucha ironía autorreferencial. En este sentido, una de las primeras líneas de diálogo que se escuchan consiste en una típica queja de Homero: "¿Por qué tengo que pagar por algo que puedo ver gratis en televisión?", exclama, frente a una película protagonizada por los sanguinarios Itchy y Scratchy (o Tomy y Daly).
Mientras Springfield se encuentra en medio de una pesadilla tóxica que la convierte en la ciudad más contaminada del planeta, los integrantes de la familia Simpson tienen nuevas experiencias: Homero lleva a la casa su nueva mascota (un cerdo), Bart encuentra en el vecino Ned Flanders una suerte de modélico padre sustituto y Lisa cree descubrir al amor de su vida en un joven irlandés llamado Colin que comparte con ella la militancia ecologista.
El film comparte con su pariente televisivo la mirada despiadada e incisiva sobre las peores miserias de la sociedad norteamericana, se ríe con acidez de los lugares comunes de la corrección política y propone el habitual juego de referencias a la cultura popular (hay aquí citas a Titanic , Harry Potter , El Hombre Araña y apariciones hilarantes de la banda Green Day, de Tom Hanks y de Arnold Schwazenegger ya convertido en presidente de la nación).
A nivel visual, la mixtura de técnicas de dibujo y animación más artesanales con fondos creados en computadoras con programas de diseño en 3D resulta no solamente creativa en el uso de los colores y los movimientos, sino decididamente funcional para el espíritu impiadoso y provocador del relato.
Así, más allá de algunos pequeños baches en su segunda mitad (como, por ejemplo, cuando los Simpson se radican en Alaska o cuando Homero tiene un viaje interior en busca de una epifanía que lo haga reaccionar), este primer largometraje sobre una de las familias más delirantes, patéticas y, al mismo tiempo, queribles de los últimos tiempos consigue fascinar, ahora, con todo el despliegue y la espectacularidad que ofrece la pantalla grande.
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