Netflix: lo mejor de Disney y Pixar que podés encontrar en la plataforma
Repasamos las grandes películas de esas productoras que están disponibles en la plataforma streaming
1. La trilogía Toy Story
El impacto de la primera Toy Story no solo tuvo que ver con la novedosa técnica de animación, sino también con la original historia que presentaba. Más allá de jugar con la fantasía usual de cualquier niño sobre si los muñecos están vivos o no, el núcleo del film estaba puesto en la enorme angustia de Buzz Lightyear al tomar conciencia de su realidad plástica, descartable y seriada. La insoportable levedad del astronauta lo convirtió automáticamente en un ícono cinematográfico pre siglo XXI, en un momento en el que justamente el cine - como le sucedía a Woody- veía con temor la llegada de técnicas digitales y nuevas formas narrativas (¿se acuerdan la olvidada Final Fantasy y el fantasma de la invasión digital?). Pero la astucia de los creativos de Pixar fue conquistar a su público con una película novedosa desde su presentación, pero rabiosamente clásica desde su planteo. Y la historia del astronauta y el vaquero (símbolos opuestos, pero aquí hermanados) fue el primer gran paso de Pixar en la industria. Con los años el estudio realizó dos secuelas y cerró la trilogía con un film muy conmovedor, que llevó a muchos adultos a llorar por aquel He-Man perdido de la infancia.
2. Hércules
La de los noventa fue una década mutante para Disney y sus largometrajes animados. Mientras el digital no había terminado de instalarse, la productora cerró el milenio con varias obras destacadas como La bella y la bestia o El rey león, a medida que se animaba a tantear nuevos tonos con películas más arriesgadas. Y ese es el caso de Hércules, la versión animada del clásico mito griego. Desde la óptica de Disney, la única forma de hacer atractivo a Hércules para una nueva generación de niños era convirtiéndolo en un ídolo pop, en una figura más cercana al músico de moda que al apolillado musculoso que figuraba en los relatos originales (y en ese sentido, no era casual que la voz en el doblaje latino fuera la de Ricky Martin ). Con esa premisa en mente, la productora lanzó en 1997 una novedosa versión del personaje, pero reinventado como un ingenuo muchacho que se convertía en un fenómeno de masas. Puede que no haya sido la película más popular de la factoría en los noventa y puede que tuviera una oscuridad atípica incluso para el canon de Disney (el reino de Hades era escalofriantemente detallado), pero indudablemente Hércules fue uno de los films animados más atractivos de la década.
3. Monster Inc.
La premisa de un mundo cuya energía es producida a partir de los gritos de niños asustados es una de las ideas más originales que el cine dio en años. Y sabiendo que menos es más, el equipo de guionistas decidió construir un mundo apasionante para hacer foco en solo dos personajes: Mike y Sully, un equipo de asustadores. El trabajo del enorme Sully consiste en aparecer en los armarios de los niños para hacerlos gritar de terror, mientras Mike colecta la energía de esos alaridos para que la ciudad pueda utilizarla. Pero el punto de conflicto comienza cuando una pequeña niña se mete en el mundo de los monstruos para causar pánico en la ciudad (porque sí, la ironía es que los monstruos le temen a los humanos). Como una Godzilla en pañales, la pequeña Bu desata el caos y los protagonistas deben buscar la forma de devolverla a su hogar. Monster Inc. fue junto a Toy Story la otra gran pieza fundacional que hizo de Pixar una productora a tener en cuenta y demostró que una fantasía muy común de la infancia bien podía ser el puntapié inicial de una gran película.
4. Los Increíbles
En el cómic Watchmen, el inglés Alan Moore planteaba una historia en la que un ególatra con delirios de grandeza gestaba el nacimiento de un nuevo orden mundial y cómo para lograr ese objetivo debía manipular y matar a todos los superhéroes vivos. Imaginen ahora esa premisa, pero quítenle la violencia extrema, el vuelo filosófico y recíclenla a la estética Pixar, según la mirada del director Brad Bird. El resultado de esa fórmula imposible será entonces Los increíbles. La película se centra en la rutina de un padre, antiguo superhéroe devenido a gris oficinista, casado también con una exheroína con la que tuvo hijos con superpoderes. Por cuestiones políticas, Mr. Increíble se retiró del oficio de héroe, pero la llegada de una tentadora oferta laboral lo llevará a calzarse nuevamente su traje de spandex, sin sospechar que su propio empleador busca matarlo. Los increíbles es aún hoy uno de los puntos más altos de Pixar y su director logró un film perfecto que incluso anticiparía el tono del cine de superhéroes en la línea Marvel, con una fuerte dosis de comedia en su cáscara, pero con un núcleo compuesto por personajes de enorme riqueza y dramatismo.
5. Up, una aventura de altura
Up, una aventura de altura comienza con un prólogo amargo y solo esos minutos alcanzan para ubicar a este film en el podio de las grandes obras de Pixar. Pero luego de ese primer paso, todo vira hacia una aventura fabulosa protagonizada por un trío imposible: un anciano, un pequeño boy scout y un perro parlante (bueno, en realidad habla a través de un collar inteligente). Esta pieza de Pete Docter se sumerge en una historia que es, de todos los largometrajes de Pixar, el más autoconsciente con respecto al legado de Hayao Miyazaki. Como las obras del maestro japonés, Up convierte en héroes a personajes atípicos y los mete en un mundo en el que la racionalidad pareciera no tener cabida. Como ese Totoro inexplicable que aparecía en el bosque para darle armonía a la vida de unas niñas, aquí los personajes encuentran cierta paz interior al poner un pie en una historia fantástica que comienza con la aparición de un extraño pájaro. Y ese animal será el primer paso hacia una aventura protagonizada por el mencionado trío de héroes improvisados, cuyo últimos objetivo será que el pequeño Russell consiga su pin final de boy scout.
6. Frozen
El último gran éxito de la factoría Disney es una original vuelta de tuerca al clásico relato de la princesa que (no) necesita ser salvada por un caballero. En Frozen no hay damiselas en peligro y los hombres son apenas los satélites de una historia de amor entre dos hermanas. Elsa tiene poderes mágicos que le permiten manipular el frío, pero esa habilidad se convierte en una maldición que la aparta de la sociedad. En tanto su hermana Anna, cuando ve que Elsa decide escapar de su familia, la busca incansablemente hasta volver a establecer con ella un lazo afectivo. Más allá de las obvias analogías sobre Elsa víctima de una sociedad que la obliga a esconderse y vivir su condición con plenitud al grito de "¡Libre soy!", Frozen logró dar en la tecla al presentar una historia centrada en heroínas entrañables que automáticamente se ganaron el corazón del público. Desde las dos hermanas, hasta Olaf, el muñeco de nieve (un personaje secundario que cumple el ABC de todos los grandes comic relief de Disney), Frozen es una necesaria puesta a punto de conceptos clásicos reformulados para las nuevas generaciones.
De yapa: Juego de gemelas
Es naive a más no poder, es pacata, es predecible y su nivel de ternura puede aumentarle peligrosamente el nivel de azúcar a un diabético, pero es innegable que Juego de gemelas es un film sólido a pesar de lo básico de su fórmula. La versión doble de Lindsay Lohan funciona a la perfección y con pocos años de vida la actriz demostraba su timing para la comedia, que luego explotaría en su adolescencia con esas dos grandes piezas que fueron Un viernes de locos y Chicas pesadas.
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