Cómo es Rocketman, la fantasía musical sobre la vida de Elton John que puede ser la nueva Bohemian Rhapsody
Antes de Rocketman estuvo Kingsman. Para ser exactos, la secuela de aquella exitosa parodia británica sobre las películas de espionaje internacional, estrenada en la Argentina en octubre de 2017 con el título de El círculo dorado. En Kingsman descubrimos por primera vez en gran forma las virtudes como actor de Taron Egerton, un vivaz y decidido actor británico que cumplirá a fines de noviembre 30 años. Y en aquella secuela, Elton John tuvo una participación especial interpretándose a sí mismo. Allí lo vemos luciendo uno de sus extravagantes atuendos, lleno de coloridas plumas, y enfrentándose a los villanos de turno. A uno de ellos lo noquea golpeando su cabeza con la tapa de su piano de cola y otro queda groggy tras una certera patada voladora, cortesía de los generosos efectos visuales de esa película. Después lo veremos salvando a Harry Hart (Colin Firth) de una muerte segura.
Rocketman no tiene nada que ver con Kingsman, pero algunos elementos de esta comedia de espionaje se repiten en esta biografía musical que UIP estrena hoy en la Argentina luego de un muy exitoso y comentado estreno mundial en el reciente Festival de Cannes . Sobre todo uno, de gran poder simbólico. Como en aquélla escena de acción en la que desafía a patada limpia a los villanos, Elton John vuelve a estar en el aire. Esta vez con un alarde de levitación que acompaña su primer concierto en Estados Unidos, aquélla recordada presentación en el Troubadour de Hollywood, en 1970.
Los pies del artista y del público se elevan del suelo, como para certificar casi de manera literal desde la pantalla la consigna que ilustra los afiches promocionales del estreno local de Rocketman: "Para conocer su historia hay que vivir su fantasía". El mismo John respaldó ese enfoque desde una nota con su firma que acaba de publicar The Guardian, al referirse a ese recordado concierto. "Hay un momento en Rocketman, cuando estoy jugando en el escenario del Troubadour, y todo comienza a levitar, yo incluido, y honestamente eso es lo que sentí".
La breve aparición de Elton John en Kingsman no contó en el mismo cuadro con Taron Egerton. Pero dos años después, en Rocketman, músico y actor se hicieron inseparables. En la película, Egerton personifica a John y canta con su propia voz (de manera excelente) algunos de los grandes éxitos del creador de "Sacrifice" y "Tiny Dancer". Detrás de las cámaras, como coproductor, John avala y convalida la pintura que en la película se hace de su vida. Un retrato "ampuloso, exagerado, artificioso, extravagante, cursi y, en varios pasajes, ridículo y fascinante", como señaló Diego Batlle desde estas páginas luego del estreno mundial en Cannes.
En las imágenes y las fotografías que llegaron desde la Costa Azul, junto a algunos videos posproyección en donde vemos a John acompañando al piano a Egerton, como si éste fuese su versión más juvenil, aparece en toda su magnitud lo que Rocketman podría significar de aquí en adelante. Una biografía cantada que desde el cine podría funcionar como perfecto boceto de un próximo musical de Broadway (John tiene suficiente experiencia en ese mundo gracias a Aída y El rey león) y que utiliza a Cannes como poderosa plataforma de lanzamiento para apuntar desde allí hacia la próxima temporada de premios de Hollywood.
En ese sentido, como ya se ha dicho muchísimas veces, Rocketman funciona como el heredero ideal de Bohemian Rhapsody, la película de temática musical más exitosa de todos los tiempos. No sólo es inevitable ver en espejo ambas películas, junto con las vidas que en ellas se narran (Freddie Mercury de un lado, Elton John del otro). El otro común denominador entre ambas producciones es más curioso y atípico: el mismo director. El británico Dexter Fletcher, actor en sus orígenes, fue convocado para encargarse del tramo final del rodaje de Bohemian Rhapsody tras el despido de Bryan Singer (quien no obstante, por regulaciones y exigencias sindicales, conservó su nombre con exclusividad como realizador en los créditos del film). Después llegó Rocketman, donde mantuvo de principio a fin la responsabilidad completa de conducir el proyecto.
Con rara y brutal honestidad, Fletcher unió hace poco los hilos de ambas películas. "En Bohemian Rhapsody hice lo mejor que estuvo a mi alcance. Me propuse hacer un buen trabajo y llevarla a buen término. Creo haber conducido e impulsado la película de manera adecuada, pero nunca estuve emocionalmente comprometido con ella", señaló después de terminar la película de Freddie Mercury y en plena posproducción de Rocketman.
De sus declaraciones en aquel momento, la prensa más seria de Hollywood llegó a la conclusión de que Rocketman se convertiría en lo que Bohemian Rhapsody no pudo ser. La película sobre Mercury podía verse sin restricciones más allá de su temática y todo lo que significaba para su protagonista el hecho de asumir su homosexualidad. Rocketman, en cambio, siempre fue para Fletcher un musical destinado al público adulto, con una temática "desafiante y extrema" que según el director nunca se puso en duda desde el comienzo. "La historia de Elton es la de una persona que nunca aceptó barreras. Y esta película debía mostrar sin complejos los amores que Elton tuvo a lo largo de su vida. Amores desafiantes y a veces extremos. En ese sentido, el estudio nunca me presionó para hacer algo más suave", comentó el director.
John sugirió en su artículo de The Guardian que el proyecto pasó por otras manos antes de adoptar la forma con que se estrena hoy en la Argentina. Y en ese recorrido no faltaron debates y controversias. "Algunos estudios querían atenuar el sexo y las drogas para que la película obtuviera una calificación más benigna. Pero la realidad es que no tuve una vida apta para mayores de 13 años", dijo el artista.
Y agregó: "No quería una película llena de drogas y sexo, pero, igualmente, todos saben que tuve muchas de esas dos cosas durante los años 70 y 80, así que no parecía tener mucho sentido hacer una película que mostrara, después de cada concierto, que yo volvía tranquilamente a mi habitación de hotel solo con un vaso de leche tibia y la Biblia como única compañía. Algunos estudios también querían que perdiéramos el elemento de fantasía e hiciéramos una película biográfica más directa, pero eso no era lo importante".
La escena más comentada es la que comparten John y su despótico manager John Reid, interpretado por Richard Madden . Se comenta en Hollywood que hasta Rocketman ningún otro gran estudio había incluido en una de sus películas un momento tan explícito de sexo gay entre dos actores famosos. "Es un momento íntimo entre los dos personajes y al mismo tiempo un hecho muy significativo en la vida de Elton. Cortar esa escena o limitar lo que se ve le hubiese hecho mucho daño a la película", señaló el actor, conocido por sus protagónicos en las series Game of Thrones y Guardaespaldas.
La compleja relación con sus padres, el descubrimiento de la música, la amistad imperecedera con el letrista Bernie Taupin, las drogas y el sexo se suceden ininterrumpidamente en la travesía vital que John, a través de Egerton, realiza en Rocketman. "Viví mucho en mi cabeza cuando era un niño. Y cuando mi carrera despegó, lo hizo de tal manera que casi no me pareció real. Yo no fui exitoso de la noche a la mañana. Había estado andando por los clubes, grabando discos, escribiendo canciones con Bernie e intentando venderlas a personas que no estaban interesadas antes de que sucediera algo importante. Pero cuando sucedió, se disparó como un misil", reconoció el artista en el texto de The Guardian.
Elton John no se guardó nada. Y mucho menos Egerton, el responsable de ponerle el rostro a la letra y la música de esta biografía musical. "Le confié mis diarios a Taron cuando se decidió que iba a ser el protagonista –recordó John–. Y me di cuenta que se había tomado la decisión correcta cuando lo escuché cantar "Don’t Let the Sun Go Down on Me". Egerton hizo lo suyo. Interpretó con su voz veinte temas de Elton John en los sesenta días que duró el rodaje. Ahora está terminando el rodaje de la tercera película de Kingsman, The Great Game (El gran juego), que se estrenará en febrero de 2020. ¿Andará por allí de nuevo Elton John?
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