Llega 300, entre el comic y el fotograma
El enfrentamiento entre persas y espartanos es el disparador de una impactante película que no busca rigor histórico alguno
- Primera advertencia: 300, la película que Warner estrenará el jueves en la Argentina no es -repito, no es- un film histórico. Aunque esté muy libremente basada en los eventos ocurridos en el 480 AC durante la batalla de las Termópilas cuando el ejército persa de más de 200 mil soldados comandados por el rey Jerjes I se enfrentó con el monarca espartano Leónidas y su batallón de elite formado por 300 guerreros, no pertenece al género de películas históricas sino al de aventuras. Lo que muestra la película dirigida por el casi desconocido Zack Snyder (ver aparte) que ya lleva recaudados sólo en los Estados Unidos más de 130 millones de dólares dónde además hace dos semanas que lidera la taquilla, tiene poco que ver con el pasado histórico de Grecia y mucho con el futuro del cine de entretenimiento. Es que más que en los libros de Herodoto sobre las Guerras Médicas, el film es una versión de la novela gráfica 300 del artista Frank Miller, que aquí figura como autor y productor ejecutivo, un hombre al que desde chico le fascinaron esos heróicos hombres criados para la guerra que se enfrentaron a una muerte segura para defender el honor de su tierra frente al todopoderoso invasor. Sus estrategias de pelea y ferocidad fueron traducidas impecablemente al lenguaje de las novelas gráficas.
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- Segunda advertencia: el alto contenido de violencia de esta película no la hace apta para todos los públicos. Por momentos, el baño de sangre deja de ser una figura del lenguaje para transformarse en todo lo real que una película plena de escenarios digitales puede ser. Casi todas las escenas del film que protagoniza el actor escocés Gerald Butler -más conocido por haber sido uno de los candidatos a interpretar al nuevo James Bond que por su papel en la fallida El fantasma de la ópera-, que aparece como el feroz y carismático rey Leónidas muestran una inusual carga de violencia tan estilizada como irreverente. Es que en estos tiempos de corrección política y extremos cuidados por no ofender al "otro", cualquiera que éste sea para los ejecutivos de Hollywood, 300 pinta la pantalla de rojo sin pedir permiso ni disculpas a nadie. Y gracias a eso una película que apunta a entretener con una profundidad similar a la que puede tener un videojuego, resulta casi revolucionaria. Que después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la guerra de Afganistán y la de Irak, un producto netamente comercial y hollywoodense se anime a colocar como los villanos más abyectos a los persas, esos antepasados de los que el pueblo iraní sigue hoy tan orgulloso, es casi un acto de honestidad intelectual.
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- Tercera advertencia: aunque las intenciones de los realizadores de 300 no hayan tenido ni una pizca que ver con la política internacional de los Estados Unidos, lo cierto es que por la coincidencia entre la ubicación geográfica de la historia que cuenta la película y el polvorín creado por George W. Bush, el gobierno de Irán lo colocó en su mira. Según el presidente Mahmoud Ahmadinejad, el hecho de que la película retrate a los iraníes (en la película se habla de los persas) como salvajes implica una guerra psicológica que las potencias mundiales propician contra su país. Y aunque en el mensaje televisivo que dio en ocasión del año nuevo iraní, Ahmadinejad no mencionó el nombre de la película sí dijo que el film intentaba "falsificar la historia". Algo en lo que parecen coincidir sus compratriotas que expresan el descontento por el film que todavía no vieron -y probablemente nunca verán en los cines dada la restricción impuesta por el gobierno a las películas occidentales-, en los principales medios del país. "Hollywood les declaró la guerra a los iraníes", tituló el diario Ayende-No . Claro que ellos no fueron los únicos en notar el trasfondo de 300 . Algunos críticos norteamericanos dijeron que en la ficción existe cierto enfrentamiento entre los valores occidentales y los orientales. Especialmente cuando muestra a los persas como un pueblo decadente y sexualmente perverso y a los espartanos como las más nobles de las personas.
Y frente a tanta controversia días pasados en Río de Janeiro, Snyder y el actor brasileño Rodrigo Santoro (ver aparte) que interpreta a un Jerjes I que está más cerca de la imagen de un transformista que de la de un rey conquistador, negaron tajantemente cualquier intención de ofender a Irán. Ambos enfatizaron que la obra no está basada en hechos históricos sino en el trabajo de Miller y que no tiene ningún vínculo con la realidad."Nunca nos referimos al Irán de hoy o a la Persia de hace 2.500 años", afirmó Santoro.
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- Cuarta advertencia : si usted espera de 300 cierta cuota de realismo está buscándolo en la película equivocada. Las escenas son más cuadros de historietas que cualquier otra cosa. Desde los escenarios virtuales hasta los colores utilizados en la fotografía nada es ni se ve como en el mundo real. Todo se parece mucho a una pesadilla violenta y cruel, a veces incoherente pero siempre entretenida en la que los 300 espartanos cobran dimensiones mitológicas al tiempo que deben pelear con soldados humanos, gigantes y hasta rinocerontes blindados. En resumen, la película se parece mucho al universo Miller. El hombre que desde el ámbito de una de las formas más populares pero menos respetadas del mundo del entretenimiento, las historietas, está logrando cambiar la cara de los tanques de Hollywood. Es que cuando la meca del cine industrial descubrió en las novelas gráficas -libros ilustrados que podrían calificarse como hermanos mayores y mucho más refinados de los comics-, una fuente inagotable de material, hizo de Miller su autor de cabecera. Así, en los últimos años Robocop 2 y 3 Daredevil , el hombre sin miedo , Elektra , Batman inicia , La ciudad del pecado y ahora 300 llevan su firma. Algunas, como las dos primeras, fueron adaptaciones fallidas, las otras éxitos de público y crítica, pero todas ayudaron a imponer la estética Miller. Que ya tiene continuidad. En 2008 se estrenará la segunda parte de La ciudad del pecado que Miller mismo dirige junto a Robert Rodríguez. La tercera llegará en 2009.
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- Quinta y última advertencia: los críticos internacionales no fueron generosos con 300 . En cambio, los espectadores que se acercaron al film con ansias de diversión y entretenimiento pleno de sangre, sudor y cuerpos masculinos trabajados y escasamente vestidos, encontraron lo que estaban buscando. Y, como los persas de la ficción, terminaron subyugados por un grupo de peleadores, gritones y divertidos 300.
Avalancha de cifras
- 60 millones de dólares: el costo de la película.
- 138.927.300 millones de dólares: lo que lleva recaudado en los Estados Unidos.
- 1300: son las escenas virtuales que contiene el film.
- 5: años duró la preproducción de la película.
- 8: semanas tuvieron que entrenarse los actores antes de la filmación.
- 12: piercings tiene aplicados el personaje de Jerjes I.
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