Licorice Pizza: las razones para ver la película que homenajea al cine y brilla en la pantalla grande
El film de Paul Thomas Anderson quedó quinto en la taquilla en su primer fin de semana en las salas locales
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Días después de su estreno en las salas locales, Licorice Pizza, la novena película de Paul Thomas Anderson, se ubicó en quinto lugar entre las preferidas del público argentino durante el fin de semana. Con funciones en 64 salas, el film tuvo poco más de 11.000 espectadores de jueves a domingo, una cifra modesta que confirma una vez más las dificultades que atraviesan las salas de cine que ya van más allá de las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, por su impacto en las redes sociales todo parece indicar que los cinéfilos de todo el mundo decidieron dar batalla por el film del talentoso autor norteamericano.
Ya se había planteado la dicotomía entre supuestos opuestos: la película ambientada en el Valle de San Fernando en los años setenta y las que produce Marvel. Un valioso planteo que, como recordó Marcelo Stiletano en su columna, remite a Martin Scorsese y sus críticas contra la factoría de superhéroes y la reflexión sobre la verdadera esencia del cine. Claro que en plena temporada de premios- los nominados a los premios Oscar se darán a conocer el próximo 8 de febrero-, más allá del análisis sobre el estado de situación de la industria cinematográfica y los desafíos que enfrenta para atraer al público de regresa a las salas, algunos elementos inherentes a Licorice Pizza avivaron el espíritu de rebeldía de muchos espectadores. Y de los críticos e integrantes del mundo del cine, claro, que además de otorgarle elogiosas reseñas ya posicionaron al film como uno de los grandes candidatos para los premios que se vienen.
En gran medida, las emociones que despierta la historia de Alana (Alana Haim) y Gary (Cooper Hoffman) pueden relacionarse con la nostalgia por el pasado conocido, en el caso de algunos, o el fantaseado para los más jóvenes. Pero el encantamiento de Licorice Pizza también deriva de uno de los temas que más fascina a la industria del cine desde siempre: ella misma. Años tras año, especialmente a la hora de repartir sus galardones más prestigiosos, Hollywood suele reservar un lugar destacado para quienes cuentan o hacen referencia a su propia historia. Y en esta temporada, de las dos películas que recorren ese camino, Being The Ricardos (disponible en Amazon Prime Video) y Licorice Pizza, solo la segunda encontró el equilibrio entre la melancolía y la vitalidad.
Lo que en el film protagonizado por Nicole Kidman y Javier Bardem sobre la pareja formada por Lucille Ball y Desi Arnaz se parece demasiado a un museo de cera, en la película de Anderson resulta en algunos de sus momentos de más exuberante energía. Es que Licorice Pizza utiliza a Hollywood y a sus estrellas como el telón de fondo de la relación entre sus jóvenes protagonistas que existen en los márgenes de la industria con la que suelen cruzarse. Según contó el director en una entrevista con la revista Variety, más o menos maquilladas las referencias al viejo Hollywood forman parte esencial de su viaje al pasado. Así, en el film Lucille Doolittle, la actriz que promete arruinar la carrera como estrella infantil de Gary, es Lucille Ball, mientras que Jack Holden, el actor veterano alcohólico y seductor interpretado por Sean Penn es, en esencia, William Holden. De hecho, la película que el personaje cita constantemente está basada en Los puentes de Toko-Ri, protagonizada por Holden y Grace Kelly. Por ahí aparecen también Tom Waits como el director Rex Blau que es una combinación de John Ford y Sam Peckinpah y Jon Peters, el afamado productor de cine que interpreta Bradley Cooper y que, según contó Anderson, le dio su aprobación para que usara su nombre y su historia en la película, siempre y cuando incluyera también una de sus célebres frases para seducir mujeres que, por supuesto, aparece en el film.
Está claro: las razones para ver este extraordinario film en pantalla grande sobran y conviene aclarar que más allá de la justa defensa de ver cine en las salas, además, en este caso, su llegada al streaming aún es incierta. Si bien el film fue producido por MGM, propiedad de Amazon, los enredados acuerdos de distribución internacional no aseguran cuál será la plataforma que finalmente cuente con ella cuando se cumpla el periodo establecido. Por eso, para los indecisos, todavía quedan oportunidades de verla algunos días más en las salas, aunque es muy probable que a partir del jueves cuente con menos funciones en parte debido al estreno de Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, un injusto juego de suma a cero en el que siempre pierde el cine.
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