Levantarse a los golpes
"El luchador" ("Cinderella Man", Estados Unidos, 2005). Dirigida por Ron Howard. Con Russell Crowe, Renée Zellweger, Paul Giamatti, Craig Bierko, Paddy Considine y Bruce McGill. Argumento y guión (sobre una historia real) de Cliff Hollingsworth y Akiva Goldsman. Música: Thomas Newman. Fotografía: Salvatore Totino. Presentada por Miramax. Apta para todo público. Duración: 145 minutos.
Nuestra opinión: buena
La historia del boxeador neoyorquino Jim Braddock (1906-1974) tiene los condimentos justos para una superproducción como ésta, hecha al gusto promedio del público norteamericano. Hay aquí un héroe humanamente íntegro que conoce el éxito, que después sufre una caída por circunstancias ajenas a su conducta y que, finalmente, da una batalla justa, pero que parece perdida de antemano, para derrotar a la adversidad.
No hay margen para la sorpresa en esta línea argumental, que elimina de la biografía real todo lo que no coincida con la imagen que se quiere imponer. La narración es clara, sin interferencias. Como está a cargo de un artesano que conoce su oficio, Ron Howard, el relato del boxeador ya mayor que quiere volver a la gloria y para ello debe vencer a otro más joven, salvaje y sin pruritos se desarrolla muy aceitadamente. Pero todo, sin excepción, en su transcurso se puede prever, escena por escena. Cualquier espectador puede pensar: ahora ocurrirá esto, ahora esto otro, con la certeza plena de que sucederá aquello que piensa.
El Jim Braddock que presenta la película es casi un ser angelical: amoroso con su mujer, incorruptible, cortés, refinado en el discurso y en el trato, tierno pero a la vez firme en la educación de sus tres hijos. Sin levantar la voz, en un momento de extrema carencia fuerza al mayor a que devuelva al carnicero un lomo que el chico había robado. La figura y la expresión de Russell Crowe son perfectas para dar vida a este ser ideal, puesto que desde hace tiempo este actor australiano es el que mejor se ajusta al prototipo del hombre estadounidense de valores.
Como Mae Braddock, que incondicionalmente acompaña a su marido aunque no le guste que le peguen, aparece la simpática Renée Zellweger. Ciertos retoques en la cara no parecen haber dado el resultado esperado y, en algunos casos, da la impresión de que hacen que sus mohínes habituales se compliquen un tanto.
Cinderella Man
Paul Giamatti interpreta a Joe Gould, entrenador y representante de Braddock en la vida real, y resulta un muy buen rasgo del casting. Giamatti, actor de larga trayectoria en papeles de reparto, se hizo más reconocible para el público a partir de su extraordinaria intervención en "Entre copas". También se luce Craig Bierko como el temible Max Baer, campeón mundial de los pesos pesados que terminó dos veces sus combates matando en el ring a sus adversarios. Como pequeño detalle del elenco, aparece unos segundos Angelo Dundee, el legendario manager de Mohammed Alí.
Las escenas de box (demasiado largas) están muy bien, como era esperable, y la fotografía es magnífica. De todos modos, lo que más perdura del film es el retrato de la Gran Depresión de los años 30, ya que ésa fue la causante de la crisis de Braddock y de las crisis de millones de norteamericanos.
En estos días de horror con el huracán Katrina algún analista político extraviado insinuó que "ahora también" Estados Unidos sabe lo que es ser Tercer Mundo. Las escenas de hambre que se ven en "El luchador" demuestran que ya lo sabía. El Central Park de Nueva York transformado en villa miseria es, sin duda, la imagen más fuerte de la película, si bien es cierto que Howard omite mostrar los "incidentes" que allí se producían entre agitadores y agentes del orden.
Hay otra secuencia conmovedora: cuando Braddock, en la última miseria, se traga su orgullo y pasa la gorra entre sus viejos conocidos del Madison Square Garden para recuperar la luz que le habían cortado y traer de regreso a sus hijos. Por supuesto, íntegro como es, apenas echa buena devuelve moneda a moneda lo prestado.
Algo de la pobreza le quedaría, sin embargo, para siempre: el apodo de Cinderella Man, el Ceniciento.
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