Casi todo ha cambiado en la Meca del Cine salvo la presentación de las películas de las siete “majors”, que aún anteceden cada uno de sus estrenos con su mascota tradicional: sea el castillo encantado de Disney o los reflectores de 20th. Century, cada una de ellas tiene una historia centenaria
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Hacia 1910, las afueras de Los Angeles se convirtieron en la sede de los grandes estudios de un arte relativamente nuevo que había llegado para quedarse, el cine. Tenían nombres como Universal Pictures y Paramount Pictures, a los que poco después se sumarían otros como Warner Bros., Columbia Pictures, 20th Century Fox y Walt Disney. Si bien este paisaje se vio alterado en las últimas décadas por una serie de adquisiciones y fusiones entre empresas (por mencionar un caso, los estudios Disney, que cumplirán en 2023 su centenario, son en la actualidad un gigante que nuclea a Walt Disney Animation Studios, Pixar Animation Studios, Lucasfilm, Marvel Studios, Searchlight Pictures y 20th Century Studios), conservan hasta hoy en día, con algunas modificaciones, los logos en movimiento que se proyectaban al inicio de cada película. Estos solían estar conformados por una imagen icónica, acompañada por el nombre del estudio y una música breve y potente, conocida como fanfarria. Si bien estas piezas musicales, en las que predominan la percusión y los instrumentos de viento, como las trompetas, nacieron durante la Edad Media en honor de reyes y reinas, resultaron ser el sonido ideal para anunciar, con gran pompa, el espectáculo plebeyo al que estaban por asistir los espectadores, como es el caso del león rugiente de la Metro Goldwyn Mayer o, más acá en el tiempo, el niño que pesca sentado en la luna de Dreamworks, que hace poco presentó una nueva versión animada que acompañará el estreno de Gato con botas: el último deseo, y en la que aparecen personajes emblema del estudio como Shrek y Chimuelo. Pero, ¿cómo nacieron estos logos? Y, sobre todo, ¿qué buscaban transmitir con ellos los dueños de los primeros grandes estudios? En esta nota, un repaso por de algunos de los más conocidos.
Universal, “la casa de los monstruos” y el estudio más antiguo
El estudio de cine más antiguo de Estados Unidos –y el cuarto más antiguo en el ranking mundial, por detrás de los franceses Gaumont y Pathé y la Danish Nordisk Film Company- fue creado en California en 1912 por el inmigrante alemán Carl Laemmle junto a varios socios. Al igual que muchos de los fundadores de la meca del cine, Laemmle había incursionado en este nuevo arte con un nickelodeon (pequeñas salas en las que se exhibían cortos por monedas de cinco centavos o nickels en inglés) en Chicago. Con algunas variantes, el logo de apertura consistió siempre en el planeta Tierra acompañado del nombre del estudio, una forma de dar a entender que este emprendimiento tenía vocación universal y había llegado para conquistar hasta el último confín de la tierra.
Durante los inicios de la compañía, se veía a su fundador sonreír desde el mismo planeta Tierra con la leyenda “Carl Laemmle presenta”, como si se tratara de un dios del cine o, más bien, como si él mismo fuera el centro del mundo: toda una definición de autoestima de uno de los titanes de la industria. En versiones posteriores se veía una avioneta rodeando el planeta, que comenzó a girar sobre su eje, formando el nombre de “Universal” con su estela de humo. En tanto, la música de apertura, con su característico corno francés, sigue siendo reconocible para millones de espectadores en todo el mundo. Algunas películas icónicas de los estudios Universal a lo largo de su historia fueron Sin novedad en el frente (1930), las de monstruos como Drácula (1931) y Frankenstein (1931) y grandes éxitos de Steven Spielberg como Tiburón (1975), E.T el extraterrestre (1982) y Jurassic Park (1993).
Paramount: ¿una montaña en Utah o Perú?
Al igual que la mayoría de los logos de los grandes estudios, el de Paramount sufrió modificaciones a lo largo de su historia. Sin embargo, hay elementos que se mantuvieron imperturbables: una montaña nevada, un grupo de estrellas rodeándola en círculo y, por debajo de ellas, el nombre del estudio. Paramount, la segunda más antigua entre las majors de Hollywood después de Universal, nació de la mano del aprendiz de tapicero y peletero húngaro Adolph Zukor (1873-1976), quien desembarcó en Nueva York con apenas 40 dólares cosidos en el forro de su chaleco a principios del siglo XX. En 1903 abrió su primer nickelodeon en la Gran Manzana y en 1912 fundó la Famous Players Film Company junto a dos socios. El nombre de la compañía se debió a que la idea era ofrecer al público obras famosas de actores famosos. Así lo hicieron con su primera película, Les amours de la reine Élisabeth, rodada en París y protagonizada por la legendaria Sarah Bernhardt. Paramount Pictures Corp. nació oficialmente en 1914, cuando W.W. Hodkinson, dueño de uno de los primeros cines en Utah, ofreció distribución a las películas de la Famous Players Film Company, de Zukor; la Jesse L. Lasky Feature Play Company, de Jesse L. Lasky (con quien ya trabajaba un director, por ese entonces no tan famoso llamado Cecil B. DeMille) y otros productores. Sería De Mille quien le daría al nuevo estudio uno de sus primeros grandes éxitos, Los diez mandamientos, en 1923.
Hodkinson llegó al nombre Paramount tras verlo escrito al costado de un edificio de apartamentos. Al parecer, también fue él quien diseñó el famoso logo con la montaña sentado a su escritorio. Cuenta la leyenda que basó en el pico Ben Lomond, un recuerdo de infancia en su Utah natal. Con los años, la montaña que se ve en él fue mutando y, de acuerdo con los peruanos, se inspiró a partir de la década de los 50 en el nevado de Artesonraju, en la Cordillera Blanca de los Andes centrales de Perú (el parecido es ciertamente asombroso). El significado de las estrellas que rodean a la montaña sigue siendo motivo de debate. Supuestamente, las primeras 24 representaron a los primeros 24 actores que firmaron contrato con el estudio en 1916. La idea era ir añadiendo estrellas a medida que se sumaran más artistas, pero dado el éxito del estudio, se volvió impracticable. Con los años, estas fueron reducidas incluso a 22. Entre los numerosos éxitos de Paramount a lo largo de su historia centenaria figuran películas como La guerra de los mundos (1953), El padrino (1972) y Titanic (1997).
Warner Bros.: cuatro hermanos unidos por un escudo
Como indica su nombre, Warner Brothers fue fundada en 1923 por cuatro hermanos, Harry, Albert, Samuel y Jack Warner, quienes habían emigrado a los Estados Unidos desde su Polonia natal. El escudo con las iniciales “WB” forma parte del ADN de los estudios desde sus inicios, aunque en su primera versión, las dos letras ocupaban tan solo la mitad inferior del escudo, mientras que en la superior se veía la fachada de su edificio en Burbank, California. Ese fue de hecho el logo que se vio en los títulos iniciales de El cantante de jazz, de 1927, considerado el primer largometraje en la historia en incluir sonido y diálogo sincronizado. Sin embargo, para fines de los años 20, las dos letras ya ocupaban el escudo en su totalidad. Probablemente este logo, bastante simple en su diseño, deba gran parte de su popularidad a las series de dibujos animados Looney Tunes y Merrie Melodies de estos estudios, protagonizadas por personajes como Bugs Bunny, Porky y el Pato Lucas (“¡Eso es todo, amigos!”), que comenzaban con el escudo y la leyenda “Warner Bros presenta”, mientras sonaba la célebre canción “The Merry-Go-Round Broke Down” de 1937.
Sin embargo, el icónico escudo sufrió una drástica transformación en 1972, cuando el estudio contrató al diseñador gráfico Saul Bass (quien creó logos de empresas como AT&T, Minolta y afiches inolvidables para películas como el de Vértigo, de Alfred Hitchcock) para relanzar la marca. Este creó el logo formando la W de Warner con tres rayitas en diagonal, una de ellas más corta, y que sigue identificando a Warner Music, hoy día una compañía independiente. El exorcista de William Friedkin, por ejemplo, estrenada en 1973, arrancaba con este diseño. Sin embargo, el escudo retornó a mediados de los 80 con películas como Gremlins, de Joe Dante. Algunas de las películas más famosas del estudio fueron Scarface (1932), Casablanca (1942), Blade Runner (1982), Matrix (1999) y la saga de Harry Potter, iniciada en 2001.
Columbia: ¿quién es esa chica?
Columbia Pictures Entertainment nació en 1920 de la mano de Harry Cohn, Joe Brandt y Jack Cohn bajo el nombre C.B.C Sales Film Corporation (por Cohn-Brandt-Cohn) para producir cortos, westerns y comedias de bajo presupuesto. Si bien sus fundadores eran todos hombres, estuvieron acompañados desde sus inicios por una misteriosa mujer, la dama de su logo, que se erguía bella y orgullosa envuelta en una túnica blanca y sosteniendo en alto una antorcha. Con los años sería retratada sobre un pedestal y con nubes de fondo (tres perfectos ejemplares de cumulonimbus, según diría un meteorólogo), otorgándole aires de diosa del Olimpo.
La dama en cuestión representaba a “Lady Columbia”, en cuyo homenaje fue rebautizado el estudio en 1924. Por ese entonces, se consideraba a “Lady Columbia” la personificación femenina de los Estados Unidos, símbolo de la ilustración y la libertad. Con los años, Columbia sería reemplazada por la Estatua de la Libertad en el imaginario del país de las barras y estrellas, pero nunca perdió su lugar prominente como la imagen de los estudios de cine. En las primeras versiones de la apertura, “Lady Columbia” sostenía con su brazo izquierdo una bandera de los Estados Unidos, que con los años fue reemplazada por una tela azul. Distintas actrices posaron como “Lady Columbia” a lo largo de la historia, entre ellas Evelyn Venable y Claudia Dell, a quien Harry Cohn consideraba tan bella que quiso inmortalizarla en su logo.
Sin embargo, la mujer que posó para la dama de la antorcha tal como la conocemos en la actualidad no es una actriz famosa, sino la artista gráfica Jenny Joseph, que no había modelado nunca antes. Esta lo hizo en 1991 como un favor para su amiga, la fotógrafa Kathy Anderson, a quien le habían encargado tomar unas fotos de referencia para el rediseño del logo. La sesión fue de lo más informal: la artista posó envuelta en una sábana blanca y sosteniendo un velador en la mano, pero fue suficiente para inspirar a una nueva dama. Eso sí, esta no siempre fue tratada como tal: en la apertura de Lluvia de hamburguesas 2 (2013) le volaron una enorme banana por la cabeza y en la de Zombieland: Tiro de gracia (2019) fue atacada por zombis, aunque hay que decir que se defendió muy bien a puro antorchazo. Entre las grandes películas de este estudio figuran títulos como Lo que sucedió una noche (1934), El puente sobre el río Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962), Encuentros cercanos del tercer tipo (1977) y Los cazafantasmas (1984).
Metro-Goldwyn-Mayer y el león más famoso del mundo
Esta compañía nació en 1924 de la fusión de Metro Pictures Corporation, Goldwyn Pictures Corporation y Luis B. Mayer Pictures (de ahí las siglas M-G-M) y reinó en la primera mitad del siglo pasado con películas como Ben Hur (la de 1925 y la de 1959), Lo que el viento se llevó (1939) y Cantando bajo la lluvia (1952), con estrellas como Clark Gable, Joan Crawford, Spencer Tracy, Katharine Hepburn y Gene Kelly. Pero probablemente más conocido aún que todos ellos haya sido Leo, el león que ruge cada vez que comienza una de las películas del estudio, actualmente propiedad de Amazon. Sin embargo, Leo nunca fue uno solo, ni se llamó siempre así.
El primero de estos felinos respondía al nombre de Slats y ya había trabajado para Goldwyn Pictures Corporation, estudio que luego hizo extensiva su apertura a todo MGM. Llegado desde el zoológico de Dublín, en Irlanda, Slats prestó su cara a las primeras películas silentes de los estudios, lo que le permitió exhibir su señorial aspecto, pero volvió imposible escuchar su voz. Cuando Slats murió, su entrenador en MGM, Volney Phifer, lo enterró en su granja y colocó una lápida en su honor. Luego sería el turno de Jackie, cuyo rugido fue grabado con un gramófono e incorporado las primeras películas sonoras de MGM. Él es el rostro que se ve en la apertura de El mago de Oz (1939), por ejemplo, por citar tan solo uno de sus grandes éxitos de cartelera. Le siguieron los leones Tanner y George y finalmente Leo, el gran protagonista de MGM desde 1957.
Al parecer, quien tuvo la idea original del león fue el diseñador Howard Dietz, quien eligió este animal como tributo a su universidad, la Columbia University, que tiene un león como mascota. Dietz decidió mostrar la cara del rey de la selva dentro de un círculo conformado por rollos de película, con una máscara de teatro al pie y por encima la leyenda en latín ars gratia artis, cuya traducción sería algo así como “arte por el arte mismo”. A lo largo de los años, se dieron el gusto de aparecer rugiendo en broma en el lugar sagrado del rey de la Metro desde los hermanos Marx hasta el gato Tom en un cartoon de Tom y Jerry.
Walt Disney: un castillo de cuento de hadas
Si bien es reconocible por casi cualquier niño y adulto del mundo, el “castillo de Disney” no formó parte de la apertura de las películas de los estudios creados por Walt Disney hasta mediados de los años 80 del siglo pasado. La mayoría de los primeros largometrajes del padre del ratón Mickey, como Pinocho (1940), Bambi (1942) o Alicia en el País de las Maravillas (1951), empezaban con una placa que decía “Walt Disney presenta”, con la que se abría paso a los títulos.
A mediados de los años 50 comenzaron a incluir también la leyenda “Distribuido por Buena Vista”, la empresa creada por Disney para distribuir sus propias películas. En 1973, para el 50° aniversario de Walt Disney Productions, hizo su aparición estelar en las aperturas Campanita (hoy más conocida por los niños como “Tinkerbell”), la simpática hada de Peter Pan (1960), acompañada de un fragmento de la canción original de Pinocho, “When You Wish Upon a Star”.
El castillo, en tanto, se convirtió en logo en 1985 con la película Oz, un mundo fantástico, y su diseño está basado en los castillos de dos parques temáticos de Disney: el de La Bella Durmiente en Disneylandia, California, y el de Cenicienta en Magic Kingdom, Florida. Por debajo aparecía la leyenda “Walt Disney Pictures”, con la firma de su fundador en cursiva. Aunque no la vemos, Campanita volvía a estar presente a través del arco luminoso (“la magia” de su varita) que se dibujaba por encima de la silueta del castillo.
A lo largo de su historia, este logo también atravesó numerosas modificaciones. En 2006, por ejemplo, con el estreno de Piratas del Caribe, Disney introdujo el logo animado con CGI, con el castillo rodeado de fuegos artificiales que estallan y una bandera flameando en una de sus torres. En 2012, para el estreno de la película animada Ralph, el demoledor, protagonizada por un villano de videojuego que quería pasarse al bando de los “buenos”, el castillo apareció incluso pixelado y con un pequeño Pac-man moviéndose de un lado al otro.
Los reflectores de 20th. Century Fox
Los estudios 20th Century Fox (hoy 20th Century Studios, tras su adquisición por parte de Disney) nacieron en 1935 con la fusión de Twentieth Century Pictures y Fox Film Corporation. Bajo su ala se produjeron musicales con Shirley Temple como Little Miss Broadway (1938), películas como Las uvas de la ira, de John Ford (1940), Los caballeros las prefieren rubias (1953), con Marilyn Monroe y Cleopatra (1963), con Elizabeth Taylor, que casi funde a los estudios. Su logo mostraba un monolito de estilo art decó, con el nombre del estudio distribuído en tres pisos e iluminado por varios reflectores. Fue diseñado por Emil Kosa Jr., un artista visual que trabajó en varios diseños importantes, como el de la Estatua de la Libertad que Charlton Heston se encontraba sumergida en las arenas de una playa hacia el final de El planeta de los simios (1968).
De fondo sonaba su tradicional fanfarria, compuesta en 1933 por Alfred Newman, jefe del departamento de música de los estudios entre 1940 y 1960. La solemne percusión inicial, seguida de música de trompetas, auguraba el gran espectáculo que los estudios estaban a punto de ofrecer a los espectadores. Al igual que muchos otros logos, fue intervenido en varias películas. Tim Burton, por ejemplo, lo mostró con un montón de nieve cayéndole encima en la apertura de El joven manos de tijera (1990).
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