1. El irlandés
2019 fue el año en que grandes cineastas (Tarantino, Almodóvar, Varda) volvieron a aquello que los definió. El ejemplo más paradigmático es el de El irlandés, el retorno de Martin Scorsese al género de gangsters. Esta épica de tres horas y media abarca cinco décadas, articulando la historia de Frank Sheeran (desde su paso por la mafia italiana hasta su coqueteo con la vida sindical) con sucesos políticos determinantes de la época. Lo que subyace es una reflexión sentida sobre nuestra propia impermanencia ("hoy en día nadie sabe quién es Jimmy Hoffa") y sobre aquello que dota de significado a una vida. Este espíritu de retrospección se extiende al elenco, que reúne a De Niro con Pesci y Pacino (en su primera colaboración con el maestro, más que compensando por el tiempo perdido).
El irlandés, desde su planteo, jamás pierde de vista la moralidad de sus personajes: no hay espectáculo previo, solo una caída gradual. Y representa el momento de mayor pathos en toda la carrera de Scorsese: una despedida que, lejos de la grandilocuencia, nos enfrenta a la quietud.
2. Había una vez en Hollywood
Desde el título, Quentin Tarantino anticipa su novena –y presuntamente penúltima– película como un cuento de hadas. Había una vez en Hollywood es una carta de amor al Los Ángeles de su juventud: un recuerdo, teñido por la nostalgia, donde todo el mundo comparte su respeto enciclopédico por la cultura pop. El año 1969 cobra vida mediante una incomparable puesta en escena y la ubicuidad de un soundtrack cuidadosamente curado. Dado el contexto, la amenaza del clan Manson pesa sobre los hombros de la audiencia, mientras Tarantino se ocupa de otras cuestiones: intertextualidad, cerrar el entretejido de su propia filmografía, la recreación misma de todos los géneros del cine. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y su doble de riesgo Cliff Booth (Brad Pitt, mejor que nunca) luchan contra la irrelevancia ante el advenimiento de una nueva clase de masculinidad. Los últimos veinte minutos sacian las expectativas de violencia y revisionismo histórico. Por lo demás, Hollywood es pura melancolía y maestría absoluta.
3. Parasite
Premiada en Cannes con la Palma de Oro, Parasite, del coreano Bong Joon-ho, es el fenómeno internacional del año. El punto de partida es la intrusión maquiavélica de una familia pobre en el hogar de una rica, con bifurcaciones narrativas inesperadas: una subversión feroz de expectativas y una mansión que esconde tantas posibilidades como el mismo guion. Bong Joon-ho fusiona humor negro con suspenso vertiginoso y un comentario enojado, pero no didacticista, sobre inmovilidad de clase y el carácter estructural de la pobreza.
4. Guasón
"Reír y llorar es la misma liberación" no es solo una línea inolvidable en el repertorio de Joni Mitchell, sino la premisa fundamental sobre la que se edifica Guasón. Joaquin Phoenix suelta lágrimas reídas y lucha no contra un superhéroe sino contra un sistema violento que desfinancia el gasto social (no son gratuitas las citas a Chaplin y específicamente a Tiempos modernos). El resultado es más próximo a Scorsese y Lumet que a DC. Guasón es una anomalía en el cine de industria: se apropia de la iconografía de Batman solo para hacer un retrato del deterioro mental e interrogar a su audiencia sobre su propio punto de quiebre. Con su último paso de comedia, el Guasón ya no llora más.
5. Portrait of a Lady on Fire
Con Portrait of a Lady on Fire, Céline Sciamma se aleja del realismo social para reactualizar la magnánima La lección de piano, de Jane Campion, con sofisticación estética. Por fuera de la mirada femenina, los nexos en común incluyen tiempos pretéritos, matrimonios arreglados, relaciones clandestinas y un instrumento artístico como única vía de liberación para la mujer en su centro.
6. Dolor & gloria
La última de Almodóvar es una obra metaficticia de sublimación personal. En Dolor & gloria, el español, encarnado por un excelente Antonio Banderas, repasó su vida para realizar una relectura penetrante y confesional de momentos formativos. Hay un retorno a obsesiones como la figura materna y la infancia, pero este es un Almodóvar formalmente austero en su meditación auto-rreferencial sobre el proceso creativo como forma de liberación emocional.
7. Historia de un matrimonio
Noah Baumbach ha sido visto como un sucesor de Woody Allen, recibiendo elogios por sus disecciones incisivas de las dinámicas familiares y su entendimiento de una clase literata, neurótica y pudiente. Historia de un matrimonio (con Adam Driver y Scarlett Johansson), su última película, retorna a la temática del divorcio que ya había explorado en Historias de familia, pero esta vez desde la perspectiva de los padres. La separación de Nicole (una actriz de teatro) y Charlie (director) es un claro texto de exorcismo personal, donde el director reconcilia su propio divorcio con Jennifer Jason Leigh, sin tomar partido, sin buenos ni malos, solo gente real haciendo lo que puede.
8. Midsommar: el terror no espera la noche
En solo dos años, Ari Aster se consagró en términos de identidad artística, sirviéndose de ciertas convenciones de género para relatar historias de conflicto interpersonal (que tienden a desembocar en coronaciones, chivos expiatorios y el culto a una religión extraña). Midsommar es formalmente una película de terror folclórico, pero esconde la historia de una mujer codependiente (Florence Pugh), que ya no puede usar sus relaciones como muletas emocionales. El horror sucede a la luz del día: la inevitable claridad de un duelo impostergable.
9. Nosotros
Con Huye, Jordan Peele logró en celuloide lo que Kendrick Lamar había hecho en To Pimp a Butterfly: capturar el Zeitgeist de una Norteamérica donde las tensiones étnicas estaban a punto de ebullición. Nosotros, la nueva película del director, es otra sátira social, pero menos explícita. Lo que carece en denotación lo suple en visceralidad y maestría técnica. Con una impecable actuación dual de Lupita Nyong’o, despliega un terrorífico juego de espejos y dopplegängers.
10. Avengers: Endgame
Avengers: Endgame, más que el desenlace narrativo en la línea del tiempo del Universo Marvel, es una gran culminación para más de veinte películas anexas. Semejante ambición le valió el título de la más recaudadora de la historia y posicionó la saga como el fenómeno cinematográfico más popular de la década. Los hermanos Russo equilibran su elenco de personajes con destreza, deteniéndose en sus interacciones tanto como en las escenas de acción.
Textos por Bartolomé Armentano
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