Las acusaciones contra Armie Hammer comprometen el lanzamiento de Muerte en el Nilo
La película se filmó en 2019, pero fue postergada varias veces por culpa de la pandemia de coronavirus; actualmente, la situación del actor pone en riesgo al proyecto
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Para ganar tiempo mientras continúa la reapertura global gradual de las salas de cine, a la par de la flexibilización de los protocolos sanitarios impuestos para enfrentar la pandemia de coronavirus, Disney anunció la semana pasada una serie de postergaciones de los estrenos de sus próximos largometrajes. Opacado por la noticia de un tercer retraso de Viuda negra -el film de Marvel que protagonizará Scarlett Johansson-, se conoció también que Muerte en el Nilo, que terminó de rodarse a fines de 2019 y ya cuenta con un trailer, sufrió una nueva demora y llegará a la pantalla grande recién en febrero de 2022.
Además de la crisis sanitaria mundial, un imprevisto reciente complicó el lanzamiento de la historia de crimen y misterio basada en la novela del mismo nombre escrita por Agatha Christie y dirigida por Kenneth Branagh, que también interpreta al detective Hércules Poirot. Se trata del escándalo en el que se encuentra envuelto uno de los miembros del estelar elenco: Armie Hammer. A mediados de enero, el actor de Llámame por tu nombre quedó en centro de una polémica cuando se dieron a conocer una serie de mensajes por chat que habría intercambiado con una mujer con la que estuvo involucrado sexualmente, en los que se lo leía explicitando fantasías de canibalismo y violación.
Tras la filtración de esos textos -pese a que su legitimidad aún no fue corroborada-, se desató una serie de especulaciones sobre el carácter de Hammer, sus aventuras extramatrimoniales -se divorció el año pasado de su esposa Elizabeth Chambers- y sus relaciones supuestamente abusivas con muchas mujeres que decidieron hablar sobre lo que vivieron con él. En consecuencia, su nombre se volvió mala palabra en Hollywood y en las semanas y meses que siguieron, el actor renunció a una serie de Paramount+ sobre el rodaje de El Padrino y fue excluido de dos largometrajes.
Si bien Hammer y sus abogados sostienen que todas sus relaciones fueron consensuadas, Disney se enfrenta a una pesadilla mediática para promocionar la “secuela” de Asesinato en el Expreso de Oriente (2017). La postergación de cinco meses -debía estrenarse en septiembre- le dará un respiro para la compañía, el tiempo suficiente para monitorear la evolución del escándalo y desarrollar un plan de acción.
La elaboración de la estrategia supone un arduo desafío. La marca sinónimo de entretenimiento familiar deberá evitar a la vez que se instale una conversación sobre fetiches caníbales y acoso sexual, y ser acusada de desmerecer los testimonios de las mujeres que rompieron el silencio, en parte además para proteger a las coprotagonistas femeninas de Hammer en la película -como Gal Gadot y Emma Mackey-, que podrían ser acusadas de respaldar al presunto agresor en perjuicio de las posibles víctimas.
Una fuente le aseguró a Variety que la participación del actor es crucial en el film y que los ejecutivos de Disney descartan un nuevo rodaje, que podría costar decenas de millones de dólares y presentaría otras dificultades, como la escasa disponibilidad del resto del elenco. Por lo tanto, Disney deberá decidir en unos meses si su inversión justifica el desafío mediático o si, en cambio, por más penoso que sea, es preferible cancelar el proyecto y tirar por la borda el esfuerzo del equipo de todas las personas involucradas.
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