Desde Los Productores a La Mujer de Rojo, pasando por Willy Wonka; un repaso por la carrera del actor y director
Cada persona tiene un Gene Wilder favorito. Mientras para algunos de sus colegas es un privilegio dejar una marca en el tiempo con un papel clásico, el actor que murió ayer a los 83 años en su casa de Connecticut tiene varios highlights en su currículum.
Bonnie y Clide (1967)
En su primer trabajo en la pantalla grande, Wilder interpretó a Eugene Grizzard, que es tomado como rehén junto a su novia por los protagonistas. En esa película, hay escena en la que reveló todo el talento que tenía para darle al cine: cuando su pareja accidentalmente revela su edad y queda claro que le mintieron a sus captores, entra en shock y la cara de Wilder se transforma.
Los productores (1967)
En la primera película dirigida por Mel Brooks, Wilder se puso en la piel de Leo Blum, un tímido contador algo neurótico. Un papel completamente opuesto al del coprotagonista Zero Mostel como Max Bialystock, un carismático productor de Broadway capaz de cualquier cosa para asegurarse que la obra que quiere realizar, un guión titulado “Primavera para Hitler”, llegue a las carteleras.
Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate (1971)
Wilder dominó cada escena del musical fantasía dirigido por Mel Stuart, como en su interpretación del ya clásico “Pure Imagination” o en el gag inicial, cuando simula tener lastimada una de sus piernas, aparece frente a la multitud rengueando y cuando nadie lo espera da una vuelta carnero. Eso, según explicó el actor, fue clave para su personaje: le funcionó “porque desde ese momento, nadie podía saber si yo mentía o decía la verdad”.
Todo lo que usted siempre quiso saber sobre sexo (1972)
Uno de los mejores sketches de la colección de chistes sobre sexo de Woody Allen es el que tiene a Wilder como un psiquiatra que atiende a un ganadero que está enamorado de una de sus ovejas. Cuando su paciente se lo cuenta, Wilder se queda en silencio, shockeado por lo que acaba de escuchar. Esos más de 25 segundos, que terminan con él susurrando “¡Oh, Dios!” luego de poner a prueba su capacidad gestual, podrían estar en un museo de la historia del cine.
Locuras en el Oeste (1974)
En un nuevo trabajo con Mel Brooks, Wilder se mete en la piel de un viejo y alcohólico pistolero, Jim, también conocido como Waco Kid. Su personaje es el héroe poco heroico que la película necesitaba y lo mantiene con vida mientras la comedia se vuelve más surrealista.
El joven Frankenstein (1974)
Más de seis años después de la primera película bajo las órdenes de Mel Brooks, Los productores, llegó esta comedia seminal que parodia a todas las películas de monstruos que se habían hecho hasta entonces. El científico loco que interpretó Wilder es recordado por la rutina “Puttin’ on the Ritz’, para mirar una y otra vez, en la que junto a su monstruo lucen sombreros de copa y visten esmoquin.
El hermano listo de Sherlock Holmes (1975)
El debut de Wilder como director fue ésta parodia del clásico de Arthur Conan Doyle y elaboró el guión inspirado en sí mismo. El actor tuvo el rol de Sigerson Holmes, un detective relegado bajo la sombra de su famoso hermano mayor. Para probar que es mejor que él, Sigerson Holmes toma un caso que incluso el famoso Sherlock no pudo resolver. Aunque no suele ser incluida entre los grandes trabajos de Wilder, la película se mantiene como una impresionante exhibición de un talento probando su mano por primera vez detrás de cámara.
El Expreso de Chicago (1976)
Esta película unió a Wilder con su colega Richard Pryor, una dupla que luego se repetiría en otros tres films. La química entre ellos se hizo evidente de manera instantánea, el balance perfecto entre el calor y la frialdad. La escena en la que Wilder se pinta de negro para convertirse en una especie de agente encubierto no envejeció muy bien, pero el fácil ida y vuelta que generaron entre ellos fue eterno.
Locos de remate (1980)
“Poner a Wilder y Pryor disfrazados de pájaros y meterlos a robar un banco” sería una fórmula ganadora para cualquier película, pero ese es sólo el comienzo de esta comedia. Lo bueno llega cuando ellos se meten en la vida de la cárcel, se relacionan con los otros presos y son parte del competitivo rodeo que el jefe de la cárcel organiza cada año.
La Mujer de Rojo (1984)
En esta comedia romántica que escribió, dirigió y en la que compartió elenco con Gilda Radner, su esposa -que fue parte del elenco de Saturday Night Live en la década del 70-, Wilder se muestra maduro como director, construyendo el film como un chiste largo y una escena final con un desenlace desenfrenado.
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