La verdadera naturaleza del amor
El cineasta hongkonés Wong Kar-wai rodó su primer film en inglés en Hollywood, con un elenco de estrellas
PARIS (The International Herald Tribune) .- Al momento del estreno El sabor de la noche , el primer film del cineasta hongkonés Wong Kar-wai en inglés y con actores hollywoodenses -que pasado mañana llegará a las salas locales-, algunos críticos, casi todos ellos estadounidenses, encontraron el film más bien dulce, en vez de agridulce, como suelen ser típicamente las películas del director.
"Como director, uno vive con su film", dice el director. "He escuchado decir a algunos que éste era demasiado directo y menos complejo que mis demás films. Pero tal como he aprendido, está el público y después están los críticos." Wong se escondió durante años detrás de unos anteojos de sol y de un traductor. Hoy está más tranquilo con sus películas y con su inglés, y eso es bueno: ya sin barreras, está dispuesto a hablar sobre este punto crucial de su carrera, que hasta el momento ha sido dichosa.
Una de las maravillas de un film de Wong Kar-wai es que deja lugar para que uno pueda ver en escena su propio estado de ánimo, casi como hacer su propia película. WKW, como lo llaman, es, en cierto aspecto, un artista de culto: no sólo se lo ha elogiado, sino adorado por films que parecen contener secretos y tensiones de romances melancólicos. Hay en ellos rincones ocultos y cofres, relojes y fetiches; hay estilo, al que contribuye el diseñador William Chang. También sus actores se convierten en fetiches, como sucedió con Maggie Cheung y Tony Leung en Con ánimo de amar .
El amante de los cafés
El director ha hecho películas en deprimentes cuartos de hotel, en puestos de comida callejeros de Hong Kong, en cocinas de restaurantes de La Boca y cafeterías. Le gustan especialmente las cafeterías, explica. Y El sabor de la noche , protagonizada por Norah Jones, Jude Law, David Strathairn, Rachel Weisz y Natalie Portman, fue rodada en cafeterías de todo los Estados Unidos. El film se hizo con poco presupuesto, en lugares pequeños y con diferentes acentos.
"Creo que soy un experto en cafeterías abiertas las 24 horas", apunta el director sonriendo. "Cuando escribo, me paso noches enteras en las cafeterías, así que entiendo por qué la gente va allí." El film fue creado a partir de restos de Con ánimo de amar , un segmento que el director dejó de lado con la idea de usarlo más tarde. "Cuando conocí a Norah Jones, me pareció que sería interesante hacer un film con ella, en inglés y en una ciudad extranjera en vez de hacerlo en chino y en Hong Kong -explica Wong-. Quería ver cómo el lenguaje y la distancia podían afectar las percepciones." El cineasta quería explorar sus temas habituales: los viajes emocionales, la nostalgia y la naturaleza del amor. Se pasó ocho meses explorando locaciones desde Nueva York hasta Memphis, Tennessee, y cruzó los Estados Unidos tres veces. "Quería ver todo el país, los pueblitos y las grandes ciudades", dijo.
Wong se dio a conocer fuera de su país a través de films como Calles violentas (1988) y Days of Being Wild (1990), que enamoraron a los críticos cinematográficos que redescubrían el cine asiático. El público los siguió rápidamente, conquistados por el dúo Cheung y Leung y por el fallecido Leslie Cheung, sus fetiches en la pantalla grande. Sus films son notoriamente complejos en cuanto a su realización y suelen tener un estreno muy demorado. Se sabe que mantiene a los actores esperando durante meses, un método que no le ha ganado precisamente el afecto del elenco ni de su propio equipo técnico. A pesar de ello, Wong sólo ha tenido un único fracaso en su carrera: Ashes of Time (1994), su oscuro y poético film de artes marciales con Maggie Cheung, que está pensando actualizar. "Siento la tentación de agregarle cosas, pero no lo reharía por completo. Era un film que tenía grandes problemas técnicos, algo que estaba mal con el sonido", explica.
Aunque el guión de El sabor de la noche fue adaptado por el novelista Lawrence Block, hay algo en la manera en cómo se dicen los diálogos en su nuevo largometraje que denota su incomodidad con el nuevo idioma, aunque el director, que pasa ocho meses al año en los Estados Unidos, habla muy buen inglés.
Es que hay matices que pueden ser difíciles de captar y Wong ha sido consciente de estos problemas desde el principio. Dice que por eso, en su trabajo con los actores, les ofrece la oportunidad de construir sus propios diálogos: "David Strathairn creó sus propios parlamentos. Y también le ofrecí la misma oportunidad a Rachel Weisz. Le dije: «Escribe tu propia letra para el monólogo y yo escribiré la mía». El mío era más corto".
El cineasta siente que su relación de trabajo con el elenco fue buena: "Necesitaba algo de ellos. Necesitaba que se involucraran. Cuando trabajaba con Maggie y Tony sabía exactamente cómo debían ser sus reacciones, los tonos, los trasfondos, todos los detalles. Lo que debían decir no era lo difícil, lo difícil era lo que sucedía mientras tanto, la manera de expresar las cosas. Les dije: «Soy un extranjero, y necesito que me ayuden. Díganme cómo lo dicen normalmente, cada uno de ustedes, y yo elegiré una manera»".
La película también es la visión onírica de un extranjero de los Estados Unidos, un enorme espacio abierto en el que puede escenificar sus deseos y sus obsesiones. Michelangelo Antonioni lo hizo, al igual que Wim Wenders y Bruno Dumont. Hay muchos directores actuales que no pueden resistirse al llamado de lo salvaje y cruzan las fronteras para hacer un film en inglés. Wong es muy sensible a las historias de personas desplazadas y de las parejas que se encuentran en tierra extranjera. "Mi película, aunque está hecha en inglés, es un film chino", dijo. "Porque yo soy chino."
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