La trilogía más romántica
A 18 años de Antes del amanecer y a nueve de Antes del atardecer, llega la tercera parte de la gran historia de amor del cine independiente
Hoy, con el estreno de Antes de la medianoche, se completauna trilogía sin superhéroes, sin naves espaciales ni mundos mitológicos, sin mafiosos ni violencia (salvo la que se puede inflingir con una frase). Una trilogía que empezó sin intenciones de serlo hace 18 años, en un tren que se detenía en Viena para cambiar el trayecto de la noche y de la vida entera de Jesse y Celine, los personajes que Ethan Hawke y Julie Delpy empezaron interpretando a partir del guión del también director Richard Linklater y que terminaron modelando desde la pantalla y fuera de ella. Esa pareja de esgrimistas del diálogo que se conocieron en Antes del amanecer , se reencontraron en Antes del atardecer y ahora... Ahora volvemos a ellos, 18 años después de aquel encuentro que le dio al cine independiente norteamericano su película romántica más exitosa. Antes, hace nueve años exactamente, los visitamos en París para ser testigos de otro recorrido repleto de anécdotas y de palabras con las que buscaban volver a conocerse porque ya no eran los mismos veinteañeros de Viena.
En París tenían más de treinta y las cicatrices, las desilusiones y los resentimientos de esos nueve años vividos por separado. Distintos, pero esencialmente los mismos entreverándose en charlas pretenciosas, algunos estallidos de ira y una tensa seducción que consiguió hacer de un film romántico una joya del suspenso cerrando con un agridulce "continuará". Ese que ahora retoman con nuevos paseos, nuevos diálogos entre lo prosaico y lo trascendental, esta vez en un soleado y bucólico rincón del sur de Grecia.
"Nadie quería una secuela. Nadie nunca me preguntó sobre la posibilidad de que existiera. Siempre decimos jodiendo que Antes del amanecer fue el film con menor recaudación en tener una continuación. No tiene mucho sentido, pero tres personas querían la secuela y la hicimos." Eso contestaba el texano Richard Linklater en el último festival de cine de Austin, su ciudad natal. El director y guionista de las tres películas, un realizador siempre interesante, muchas veces destacado y absolutamente brillante en lo que respecta a esta historia, en broma, la calificó de la trilogía menos taquillera de la historia. Una exageración que, en realidad, habla del espíritu independiente de toda la producción y el recorrido encadenado en tres películas separadas por intervalos de nueve años cada una.
Tres películas que, justamente, tienen al tiempo en el centro de la escena. Además del espacio que los personajes recorren y habitan en cada una de las películas, dato fundamental para sus encuentros, lo que marca su ritmo son las agujas del reloj, avanzando hacia la hora señalada cuando están juntos y todos esos años, meses, horas y minutos que estuvieron separados.
Desde sus títulos hasta sus desarrollos dramáticos, todo lleva a cuentas regresivas en las que la hora cero siempre puede ser la separación, el final de Jesse y Celine, una amenaza latente en cada interacción entre ellos desde que se conocieron hace casi veinte años. Es una posibilidad que desvela no sólo a la neurótica pareja en la ficción, sino a los muchos espectadores, que los siguen desde Viena y que luego del final abierto en París aterrizarán en el sur del Peloponeso con iguales medidas de ansiedad, felicidad y temor.
La historia continúa
"Durante años iba a reuniones y la gente me decía lo creían que tenía que ocurrir en la tercera película. Para nosotros, la idea de hacer un tercer film existe desde el día que terminamos de rodar la segunda", decía Ethan Hawke, en un reportaje del New York Times al tiempo del estreno del film en los Estados Unidos. Así, entre la especulación de los fanáticos -esos que vieron el final de Antes del anochecer con una mezcla de asombro y frustración: hay pocos diálogos en el cine más bellos y seductores que los que sostienen los personajes en el living parisino de Celine con el gato Che como testigo, pero con los títulos corriendo también sabían que la conclusión de ese momento mágico, si llegaba, lo haría por lo menos nueve años más tarde.
"Pasó lo mismo después de la primera, pasamos cinco años bromeando con la idea de la continuidad, pero no había ninguna conversación seria al respecto. Pero luego, la primavera [boreal] pasada alguien hizo cuentas y dijo que si la filmábamos en verano cumplíamos el mismo plazo. Lo cierto es que no hay forma de llegar a ese lugar común en el que los tres queremos escribir el mismo tipo de película y ver a los personajes en el mismo lugar si no pasó bastante tiempo. Si esto es una escultura, el tiempo es lo que la gasta, la modela", explicaba Linklater en la nota del New York Times, una de las tantas entrevistas que el director y sus protagonistas y coguionistas dieron para promocionar Antes de la medianoche, siempre evitando adelantar demasiados detalles de la trama del film.
Una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que esta película -las tres juntas y por separado también- casi obligan a desarmar y reconstruir cada una de sus piezas para procesar las emociones que provocan. Sin embargo, todo ese análisis se puede hacer después de ver el último film al que, si la curiosidad da tregua, conviene ir con la menor cantidad de información posible. Porque el sobresaliente guión, escrito a seis manos, aclara pronto todas las dudas y preguntas pendientes desde hace casi una década. Hasta, sutilmente, nos hace saber que ellos saben de nuestra ansiedad por enterarnos qué pasó exactamente en el instante después del final de Antes del atardecer ¿Se tomó Jesse el avión? ¿Se quedaron juntos para separarse a los seis meses destrozados cuando la fantasía del amor romántico se chocó de frente con la cotidianeidad?
Por fin llegó la hora de cerrar el círculo, de soltar ese suspiro suspendido en el aire por nueve años, por 18 años, desde aquel día allá lejos y hace tiempo en el que los vimos bajarse del tren.
El futuro todavía no está escrito
En la recorrida de festivales que hizo Antes de la medianoche, que comenzó en Sundance y Berlín a principios de año, la pregunta que más tuvieron que responder sus realizadores fue sobre la posibilidad de una cuarta película. Así, cuando presentaron el film en el festival de Tribeca, Linklater y Hawke contestaron a dúo: "Después de ver esta película, la gente tiene diferentes opiniones sobre la continuidad, pero, para mí, no tiene la onda de un cierre definitivo. Podría haber otra, ¿quién sabe? Al menos no tenemos que pensar en eso por los próximos cinco años", dijo Linklater, a lo que Hawke agregó: "Trata sobre los templos mayas y transcurre en Roma".
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