La película que le cambió la vida a Adrien Brody
El intérprete cuenta cómo se preparó para protagonizar "El pianista", cuyo rodaje fue para él una experiencia transformadora
NUEVA YORK (The New York Times).- Cuando Adrien Brody se enteró de que el director Roman Polanski lo había elegido entre más de 1400 candidatos para encarnar el personaje de Wladyslaw Szpilman en "El pianista", lo vio como la oportunidad de su vida.
Después de todo, Szpilman, nacido en Polonia, no fue sólo un virtuoso del piano y compositor: el film narra la lucha de este músico judío para sobrevivir a los horrores de la Segunda Guerra Mundial, aferrándose a la existencia incluso mientras los miembros de su familia, sus amigos y colegas perecían alrededor de él.
Comprensión profunda
"Lo vi como una oportunidad para obtener una comprensión más profunda de una historia, o historias, que yo no conocía -dice Brody-. Aprendí acerca de las penalidades que la gente tuvo que sufrir en ese tiempo, y también acerca de la existencia increíble de este hombre y su fortaleza, que le permitió superar todo. Nunca tuve la oportunidad de conocer a Szpilman o hablar con él: murió en 2000, y nosotros iniciamos el film en 2001. Roman sí tuvo la oportunidad de conocerlo."
Polanski aportó sus propias resonancias a "El pianista", ya que él escapó del gueto de Cracovia al escurrirse a través de una cerca de alambre de púas, cuando tenía 7 años. Filmado en Polonia, "El pianista" es el primer largometraje que el director ha hecho en su tierra natal desde hace 40 años.
"Hubo muchos pensamientos personales que Polanski compartió conmigo -dice Brody-, anécdotas y hechos que eran relevantes para mi comprensión de Szpilman."
Renuente a compartir algunos de los relatos personales de Polanski, Brody, sin embargo, proporciona un ejemplo. "Hubo un momento en la filmación en el que una mujer es asesinada de un disparo por un oficial alemán cuando ella trata de huir de él. La mujer cae en una posición realmente extraña, contorsionada, con el rostro hacia adelante y los brazos hacia atrás. Una forma muy extraña de caer. Pregunté a Polanski por qué ella caía en esa forma. El me contestó que había visto una escena así cuando era niño, y la imagen se quedó en su mente... lo absurdo de la imagen se quedó en su mente. Y creo que son todas estas cosas absurdas que ha visto lo que ha formado su enfoque hacia la vida y su sentido del humor. Yo veo, también, lo absurdas que son muchas cosas, de forma que comprendí eso -añade el actor-. Polanski se tiró en la tierra y enseñó a la actriz cómo quería que cayera. Fue muy específico. Fue una verdadera inspiración observar lo que hacía."
A dieta
Desde el inicio de la película, dice Brody, se sumergió en el personaje de Szpilman, en su tiempo, su lugar y su predicamento. Incluso trasformó su cuerpo de por sí esbelto en algo más macilento y fantasmal.
"Tuve unos dos meses antes de la filmación para perder peso -dice-. Logré bajar a 60 kilos, y mido 1,85. Esencialmente, lo que hice fue casi no comer. Tenía un piano en mi cuarto, y un teclado en mi tráiler. Practiqué horas y horas cada día. Yo ya tocaba el piano, pero no era un pianista clásico, así que tuve que aprender de memoria mucho del material, para no tener que leerlo. Vi documentales y leí literatura acerca de esa época, acerca de pianistas y su estilo de tocar. En ese entonces tenían un forma muy contenida de tocar... No era dramática, era más bien como si no estuvieran haciendo nada."
Brody llegó a privar su vida misma de lo esencial, tratando de entender mejor la sensación de pérdida y desconexión que experimentó Szpilman con relación a todo lo que antes era su hogar.
"Me fui durante unos ocho meses -dice-, y me deshice de mi apartamento y mi teléfono celular, y vendí mi auto. Básicamente, dejé de lado todo y traté de aislarme: permanecí por mi cuenta todo el tiempo que el personaje estaba confinado o simplemente solo. Y creo que rindió frutos de una forma que las palabras no pueden describir. Fue increíblemente difícil, pero me ayudó a sentir una enorme comprensión de lo que estábamos haciendo."
Gran film
El producto final ha sido elogiado por la crítica como el mejor film de Polanski en décadas. Recibió la Palma de Oro a la mejor película en el Festival de Cannes 2002, y Brody ganó el Oscar al mejor actor, en marzo último.
Brody, no obstante, dice que el film en sí fue su mayor recompensa. "Hacer la película me ha hecho cambiar, en el sentido de que ahora aprecio la buena fortuna que tengo, que tenemos todos aquí en los Estados Unidos -dice-. Es muy desafortunado que haya guerra, que la gente todavía pase hambre o carezca de hogar. Creo que en ocasiones damos por sentado todo lo bueno que tenemos. Si uno puede lograr ese tipo de apreciación después de haber trabajado en un film, de cualquier experiencia en la vida, es algo realmente profundo. Siento que la película es asombrosa, y quizá la gente que la vea experimentará también algo. Eso sería un don adicional."
Cine independiente
Brody, que el 14 de abril cumplirá 30 años, participa desde hace tiempo en el mundo de los films artísticos, y más de una docena de cintas independientes muy poco vistas forman parte de su filmografía. Sus créditos principales incluyen "King of the Hill" (1993), "La delgada línea roja" (1998) y "S.O.S." (1999), y dice que no aspira a un perfil más alto en la industria.
"Lo más probable es que yo esté justamente donde debo estar -dice-. He estado haciendo esto durante 17 años. He aprendido mucho, y he crecido tremendamente gracias a mis experiencias como actor. Tengo una gran libertad. Disfruto de la fortuna de ser selectivo acerca de lo que elijo."
Exito y frustraciones
Se pensaba que "La delgada línea roja", de Terrence Malick, llevaría a Brody a la cumbre de su profesión. La publicidad previa a la exhibición del film lo aclamaba como el nacimiento de una estrella... pero no funcionó así. De hecho, casi no apareció en la cinta tal como fue exhibida finalmente.
"No es que fuera una publicidad deliberadamente exagerada -dice-. Fue una información errónea. Mis escenas no estaban allí cuando llegó el momento en que la película fue exhibida. Hice mi trabajo durante seis meses y adquirí la experiencia, de forma que el desaliento se hizo presente en el último minuto, y eso fue muy difícil."
Fue un gran golpe, admite, pero él ha hecho su mejor esfuerzo para superarlo. "Uno tiene que crecer a través de ese tipo de experiencias -dice-, y es preciso dejarlo atrás y seguir adelante. Si hubiera sido lo que yo esperaba, quizá habría sido demasiado pronto en mi vida para saber manejar el tipo de éxito al que me hubiera impulsado. Para entonces yo ya había estado actuando desde hacia 12 o 13 años, y quizá hubiera olvidado la lucha que había sido necesario para llegar a donde estaba. No lo sé."
El siguiente paso en la carrera de Brody es un papel en "The Singing Detective", con Robert Downey Jr. y Mel Gibson.
Brody opina que no es malo que "El pianista" le proporcione un estrellato en la pantalla grande: "Creo que uno puede mantener su integridad como artista y participar en films que son más accesibles para la gente porque un estudio tiene el presupuesto para promoverlo. Para mí, es muy interesante. No cambiaría mis experiencias, el tipo de films en los que he podido participar, sólo por fama y dinero".
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