La muerte de Ettore Scola: la noche romana es pura tristeza
El laureado cineasta se encontraba internado desde el domingo; falleció en Roma rodeado de sus afectos
ROMA.- A los 84 años murió Ettore Scola , inmenso cineasta italiano. Se encontraba internado desde el domingo en el Policlínico de esta capital, donde murió esta noche en el departamento de cardiocirujía, según informó la edición digital del Corriere della Sera.
Entre sus grandes "capolavori" se cuentan clásicos del cine italiano que saltaron a la fama en todo el mundo como C’eravamo tanto amati (1974: Nos habíamos amado tanto), film que encarna la típica comedia italiana, pero que también le rinde homenaje a otros géneros, con intérpretes eximios como Vittorio Gassman –su actor fetiche-, Stefania Sandrelli, Nino Manfredi; Una giornata particolare (1977: Un día particular), con Marcello Mastroianni y Sophia Loren, protagonistas de un amor imposible bajo la sombra del fascismo, y La famiglia (1987; La familia), retrato de una familia burguesa italiana a través del tiempo, otra vez con Gassman y Fanny Ardant . Con Brutti, sporchi e cattivi, (1976; Feos, sucios y malos) otra película que hizo historia retratando con atroz realismo la periferia romana, Scola ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Un luto enorme para el cine y la cultura italianos, la muerte de Scola enseguida causó reacciones. "Fue un maestro de increíble y aguda capacidad de lectura de Italia, de la sociedad y de sus cambios, del sentimiento del tiempo, una conciencia civil que deja un enorme vacío en la cultura italiana", dijo el primer ministro del país, Matteo Renzi. "Nos dejó Ettore Scola, un gran maestro, un hombre extraordinario, joven hasta el último día de su vida", lamentó por su parte vía twitter Dario Franceschini, ministro de Bienes Culturales.
Ci ha lasciato Ettore Scola. Un grande maestro, un uomo straordinario, giovane sino all'ultimo giorno della sua vita.&— Dario Franceschini (@dariofrance) enero 19, 2016
Protagonista, primero como guionista y luego como director, de una de las mejores páginas del cine italiano, Scola había nacido en Trevico (provincia de Avellino, en el sur de Italia) el 10 de mayo de 1931. Antes de entrar en el mundo del celuloide, fue periodista: comenzó a colaborar con la revista de humor Marc’Aurelio, donde conoció a personajes que luego también triunfarían en el séptimo arte, entre los cuales se encontraba Federico Fellini. En los años cincuenta comenzó a colaborar con Age y Scarpelli, nombre artístico del dúo de guionistas formado por Agenore Incrocci y Furio Scarpelli, realizadores de films inolvidables como Un americano a Roma (1954), La grande guerra (1959) y Crimen (1960).
Su primera dirección fue en 1964 con Se permettete parliamo di donne (Si me lo permiten hablemos de mujeres), con Vittorio Gassman, Nino Manfredi y Marcello Mastroianni. Su última película, en cambio, fue un documental dedicado a Fellini: "Che strano chiamarsi Federico" (Qué extraño llamarse Federico; 2013).
Scola estaba casado con la guionista y directora Gigliola Scola. Junto a sus dos hijas Paola y Silvia había presentado en noviembre pasado en la Fiesta de Roma un ulterior documental que contaba su vida y carrera, titulado Riendo y bromeando. Entonces dijo: "el cine es un trabajo duro pero, riendo y bromeando, se puede enviar algún mensajito, alguna postal con las observaciones sobre el mundo de uno. El cine es como un foco que ilumina las cosas de la vida".
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