La lucha cotidiana por ganarle a la dura realidad
El buen destino (Argentina/2006). Dirección y guión: Leonor Benedetto. Con Federico Luppi, Gustavo Garzón, Gabriela Toscano, Pablo Rago, Luis Luque y otros. Fotografía: Ricardo De Angelis. Música: David Amaya. Presentada por Primer Plano Film Group. Duración: 107 minutos. Calificación: para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: buena
En un pueblo que se quedó detenido en el tiempo un grupo de hombres y mujeres deberán luchar contra sus problemas personales y contra la posibilidad de romper esa barrera que los mantiene fijos en medio de los fracasos y de una cotidianidad en la que un humilde bar es el centro de sus confesiones y de sus secretos. Sobre la base de este conjunto de historias, Leonor Benedetto, de larga trayectoria actoral, hace su debut como directora a partir de un guión que le pertenece.
La realizadora aportó calidez y sinceridad a sus personajes, y a pesar de que por momentos toma giros reiterados, la trama va encadenando una serie de situaciones que hablan de la existencia de la utopía y de la solidaridad. Cinco hombres cuyas edades son tan dispares como sus ocupaciones y su grado cultural y espiritual se enfrentarán a la lucha diaria por ganar el sustento que les permita alcanzar sus sueños y sus fantasías. Las mujeres, por su parte, demostrarán si son capaces o no de acompañar a esos seres que al anochecer, cuando los días iguales llegan a su fin, dejarán pasar sus horas muertas en ese bar que es, al mismo tiempo, su confesionario y su refugio. Si bien el guión recala por momentos en cierta ambigüedad, no por ello Leonor Benedetto supo trazar la humanidad de cada uno de esos individuos a los que el capitalismo salvaje y el sálvese quien pueda los hiere con dolor y compasión.
Todos y cada uno de ellos saben que hay que escribir una nueva historia para hallar la ansiada felicidad. Y esa nueva historia debe ser escrita con coraje a pesar del miedo o, mejor aún, atravesándolo. El buen destino se destaca fundamentalmente por esa ternura que, cada uno a su modo, impregna a ese profesor a punto de jubilarse -un muy buen trabajo de Federico Luppi-; a un artista solitario que busca en los colores la razón de su existir -impecable en la piel de Gustavo Garzón-, y en los continuos fracasos del médico del pueblo, al que Luis Luque aporta una indudable emoción. En torno a este trío están las mujeres que buscan, de alguna manera, salir de esa abulia que hace juego con el pueblo casi agonizante.
Si bien el film tropieza a veces con personajes secundarios que no suman calidez a la historia, este debut directriz de Leonor Benedetto demuestra que puede seguir cómodamente su carrera tras la cámara, ya que sabe dotar de emoción a un entramado coral que habla de una Argentina alejada de las grandes ciudades y volcada hacia esos pueblos en que sus habitantes luchan por ganar a la más dolorosa realidad. La fotografía, la música y los demás rubros técnicos suman puntos a El buen destino , un relato que se destaca fundamentalmente por la sencillez de su propuesta y por la emoción de sus personajes.
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