La historieta argentina, contada por sus autores
Un documental que repasa la historia local del género
Recorrer el universo de la historieta argentina y de sus creadores no es tarea sencilla. Sin embargo, a los 29 años, Daniela Fiore intenta demostrar que es posible. Así nació Imaginadores , el documental que el próximo jueves estrenará Primer Plano, que comparte con el director de animación Julio Azamor. El trabajo se propone un paseo por obras que son consideradas de culto aquí y en el extranjero, que han dejado huellas importantes en la cultura nacional, con los testimonios de muchos de sus protagonistas, como Francisco Solano López, Horacio Altuna, Roberto Fontanarrosa, Carlos Trillo, Enrique Breccia, Oswal, Quique Alcatena y Eduardo Maicas, entre otros, quienes además de hablar de sus propios aportes al cómic, opinan sobre otros grandes nombres como Alberto Breccia y Héctor Germán Oesterheld.
-¿Pensabas en un documental para tu debut en el largometraje?
-Mi idea de cine era de ficción, contar historias, pero empezar de esa forma, en la Argentina, es muy duro. Hice un montón de proyectos que no salieron, guiones para programas de televisión, mientras trabajaba como animadora de dibujos animados para subsistir. Imaginadores surgió por casualidad y fue creciendo hasta que se convirtió en una película.
-¿Por qué "por casualidad"?
-Desde muy chiquita me gusta dibujar. Entonces me gustaban mucho la pintura y el dibujo, hice cursitos de barrio y cuando terminé el secundario elegí la carrera de imagen y sonido en la UBA, que tenía unas materias relacionadas con el arte de hacer dibujos animados. Empecé a trabajar en el equipo de Dibu 2 , siempre en el tablero. Sin embargo, me parecía que en realidad no podía expresar mi creatividad.
-¿De allí surge tu interés por el tema de la historieta nacional?
-Ahí es donde está la casualidad. Muchos de mis compañeros de animación eran historietistas que no pueden vivir de hacer historietas, algo que cuentan los entrevistados en mi película. A uno de ellos, Julio Azamor, lo habían convocado para organizar una exposición del arte de la historieta. Cuando me lo comentó, juntos pensamos que podíamos hacer un corto documental, con algunos artistas hablando del tema. Primero entrevistamos a dos o tres y llegamos a la conclusión que daba para más.
-¿Y entonces?
-Escribimos un guión, presentamos el proyecto en el Incaa y al mismo tiempo seguimos investigando. Así nació la película.
-¿Cómo fue el proceso de selección de aquello que podía construir una síntesis?
-Teníamos muchas horas de testimonios muy interesantes. Cuando hablás de un tema general es muy difícil abarcarlo todo y siempre queda algo afuera. Hicimos 26 entrevistas y decidimos no incluir más por esa cuestión de que, si seguís, se desdibujan los protagonistas. Teníamos que frenar.
-Al hacerla, ¿en qué tipo de público pensaban?
-En quienes conocen del tema y también en los que no. Que todos quedasen conformes con lo que se cuenta, con cada recorte de cada testimonio y con cómo se cuenta. Un desafío que me propuse era tratar de contar sin voz fuera de cámara. Tenía muchas cosas interesantes, pero no encajaban: 26 personas en 86 minutos, es decir, dos o tres minutos con cada uno, que tienen que llevar un hilo narrativo como para que el espectador no se pierda, es decir que ellos mismos cuenten la historia. Para darle un orden, entrevistamos a Juan Sasturain y al periodista Andrés Accorsi. El corte de un capítulo a otro fue reemplazado por animaciones de historietas que funcionan como separadores. Queríamos que fuese un trabajo rico para quienes saben o no de historietas. En realidad, lo que queremos es que se conozca y difunda la historieta argentina, en especial entre los más jóvenes.
-Animar personajes del papel y tan conocidos era todo un desafío
-Toda la gente que participó en la película tiene que ver con la animación y cuando con Azamor les propusimos hacer esta serie de animaciones, todos se engancharon: al ser historietistas, para ellos era un orgullo animar a personajes como el Eternauta y Boogie. Y creo que quedó bien porque se lo hicimos con respeto por la estética de esos personajes y con cariño por cada uno de los autores.
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