La fiesta más divertida
"Manchester 1970-1990: la fiesta interminable" ("24 Hour Party People", Gran Bretaña/2002). Dirección: Michael Winterbottom. Con Steve Coogan, Shirley Henderson, Martin Hancock, Lennie James, Danny Cunningham y Paddy Considine. Guión: Frank Cottrell Boyce. Fotografía: Robby Müller. Edición: Trevor Waite y Michael Winterbottom. Diseño de producción: Mark Tildesley. Producción hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por Compañía General de la Imagen. Duración: 117 minutos. Para mayores de 16 años.
La larga y muchas veces tortuosa relación entre cine y rock encuentra en "Manchester 1970-1990: la fiesta interminable" uno de sus mejores exponentes, tanto en el aspecto narrativo como en el visual. Pero incluso más meritoria que sus cualidades formales es la capacidad que demuestra el talentoso, prolífico e inclasificable director inglés Michael Winterbottom para transmitir toda la energía, la creatividad, los excesos y las contradicciones de una ciudad y de una época, en este caso la escena musical que tuvo como epicentro a Manchester entre 1976 y 1992.
Esta oda ambiciosa y extravagante, este fresco sórdido e irónico a la vez, está construido con el típico esquema de la mitología autodestructiva del rock (surgimiento, meteórico crecimiento, breve apogeo y rápida caída) del sello Factory Records, responsable de las carreras de bandas como New Order o Happy Mondays.
Este recorrido por las miserias (y las grandezas) de la explosión artística de Manchester, que conmovió al mundo, está narrado desde el punto de vista del personaje real de Tony Wilson (excepcional trabajo de Steve Coogan), excéntrico periodista y conductor televisivo que creó Factory Records y el mítico club The Hacienda.
La cronología de "Manchester 1970-1990" arranca con un recital de los Sex Pistols en junio de 1976 para apenas 42 espectadores, pero en el que Wilson ve el inicio de una revolución musical. Luego, la película se centrará en las historias de Joy Division (incluido el suicidio de su líder, Ian Curtis), la posterior conversión en New Order y la aparición de Happy Mondays. Pero, si bien son ésos los ejes centrales del film, por la trama desfilan -en notables recreaciones o con acertadas inclusiones de materiales de archivo- artistas como Siouxsie and the Banshees, The Jam, The Stranglers, The Clash, Iggy Pop, A Certain Ratio y Buzzcocks, entre otros. Así, "Manchester 1970-1990" se convierte -además de en una gran película- en una clase magistral de historia del rock que recorre el punk, el post-punk, la new-wave y el brit-pop hasta llegar a la música electrónica, el estrellato de los DJ, las primeras raves y la consolidación de la cultura disco a partir del consumo masivo de pastillas de éxtasis.
Un empresario anarquista
Pero ninguno de estos aciertos testimoniales y dramáticos hubiese sido posible sin la vitalidad y la jerarquía con que Coogan encarna a Tony Wilson, esa suerte de empresario anarquista que no creía en los contratos (confiaba más en literales pactos de sangre con sus artistas) y alcanzó la fama como provocador profesional. Más conocido por el nombre de su álter ego Alan Partridge, un delirante presentador de la TV británica en un show propio, Coogan es uno de los cómicos más populares de su país, frecuentemente comparado con Peter Sellers. Aquí, sin embargo, el actor sorprende con un papel serio aunque no exento de filoso e inteligente sarcasmo, que incluye constantes monólogos en off y a cámara, en los que busca la complicidad del público al ironizar sobre los avatares de la industria musical y mezclar hilarantes anacronismos (como burlarse del marketing actual de los DVD) con citas cinéfilas sobre John Ford.
También resultan excelentes las caracterizaciones de otros personajes reales de la época como Lennie James (Alan Erasmus) y Rob Gretton (Paddy Considine), ambos compañeros de aventuras empresariales y artísticas del protagonista, del brillante y lunático productor musical Martin Hannett (Andy Serkis) y de célebres cantantes como el fallecido Ian Curtis (Sean Harris), Shaun Ryder (Danny Cunningham) y Bernard Sumner (John Simm), mientras que Shirley Henderson interpreta con la eficacia de siempre a la torturada esposa de Wilson. El espectador iniciado en este universo se deleitará, también, descubriendo más de un "cameo" de artistas famosos.
Rodada en video digital, con el extraordinario aporte del fotógrafo Robby Müller (habitual colaborador de Wim Wenders y Jim Jarmusch), "Manchester 1970-1990" es un sofisticado y exuberante patchwork de técnicas y estilos (incluso con pasajes surrealistas y lisérgicos), pero que jamás caen en la mera ostentación o en el regodeo visual, sino que sintonizan a la perfección con el tono, el vértigo y el espíritu por momentos visionario, en otros paranoico, siempre lúdico y finalmente melancólico de la historia.
Así, cabalgando entre el documental furioso sobre el rock y una trama de ficción (se trata de una tragicomedia y de una historia de amor), el film de Winterbottom excede el mero ejercicio de nostalgia para concretar una impecable reconstrucción (y reivindicación) de un fenómeno sociocultural que le valió a la ciudad el merecido apodo de "Madchester".
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