La cultura moderna, a través de la lente
La atractiva propuesta de Harun Farocki
Uno de los descubrimientos de esta edición del Festival de Cine Independiente ha sido el cine del alemán Harun Farocki. El realizador se vale de las imágenes colectivas creadas por las culturas, las economías y las guerras para hacer una devolución cinematográfica de tono casi científico, con la que intenta desarticular la construcción de la imagen, los mecanismos de los hacedores de determinadas imágenes, y de este modo hacer participar al espectador. "Cuando miramos los objetos, las personas que los produjeron permanecen inimaginables. El espectador que entiende esto se vuelve inimaginable para sí mismo. Este es el punto de partida para una nueva imagen del hombre", dice Harun Farocki.
Este analista de la cultura moderna tiene una filmografía ampliamente desconocida para América latina. De sus 80 films realizados en distintos metrajes y diferentes soportes se muestran nueve en este festival. Y hoy, a las 18, en la sala Hoyts 8 del Abasto, se presentará el libro "Crítica de la mirada", un compendio de textos escritos por el propio Farocki que publica el festival. De paso por Buenos Aires, este berlinés de descendencia india dirá que el desconocimiento de su obra se debe especialmente a cuestiones de idioma, o de subtitulados. Pero coherentemente con aquello que quiere significar, su cine está en las antípodas de lo comercial. Sus ensayos no son efectistas, aunque en una de sus películas sobre los efectos físicos del napalm, "El fuego inextinguible" (1969), él mismo exponga su brazo al fuego de un cigarrillo. "¿Cómo hacer un film sobre el napalm?", se pregunta Harun Farocki. "Cuando le mostremos fotografías de las víctimas del napalm usted cerrará sus ojos. Cerrará los ojos a las fotografías. Después cerrará los ojos a la memoria. Y después cerrará los ojos a los hechos", responderá fuera de cámara.
Uno de los temas centrales en su obra fílmica y literaria es cómo el mundo es atravesado por la cámara. Las implicancias de aquello que puede estar detrás de una imagen aparece en el film "Imágenes del mundo y epitafios de guerra" (1988) y en "Videogramas de una revolución" (1992), en donde repasa el registro audiovisual de la caída del dictador rumano Ceaucescu. Pero el espíritu científico de Farocki lo lleva a diseccionar la producción de imágenes no sólo desde la tecnología de la guerra, sino desde el mismo nacimiento de una imagen. En "Trabajadores saliendo de una fábrica" (1995), Farocki señala con sorpresa que una de las primeras imágenes en movimiento fue la de estos trabajadores dejando felizmente en masa la fábrica de los Lumiére. No es por azar que en la programación del festival esta película se muestre junto con "La solicitud de empleo" (1997), sobre las técnicas del llamado "self management" para ser exitoso en la obtención de un trabajo. El contraste de las épocas es singular. Si en la primera película ninguno de los trabajadores giraba su cabeza para ver el día de trabajo que dejaba atrás, en la segunda, un grupo de entrenadores enseña a otro las estrategias a seguir para poder ser aceptado en un trabajo.
En la desarticulación de las imágenes, Farocki no podía dejar de lado la publicidad y los mundos del consumo. En "Naturaleza muerta" parte del análisis minucioso de la composición de las pinturas holandesas del siglo XVII para llegar a la publicidad contemporánea y mostrar cómo hoy, por ejemplo, se busca fotografiar un queso. Pero los disparadores del consumo masivo son analizados por Farocki en "Los creadores de los mundos de compras", en donde el director alemán consigue borrar su presencia e inmiscuirse en las reuniones de quienes planifican los shoppings, siguiendo los deseos del consumidor en la materialización de la imagen del propio deseo.
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