La catástrofe ambiental que nadie quiere ver repetida

"De la misma forma que el 11 de septiembre de 2001 modificó profundamente nuestra política exterior, creo que este desastre va a modificar por muchos años nuestra visión sobre el ambiente y la energía", declaró Barack Obama el 14 de junio de 2010, durante una de sus visitas a la zona del golfo de México afectada por el gigantesco derrame de petróleo que siguió al estallido de la plataforma Deepwater Horizon, el 20 de abril de ese año.

Ni el actual presidente de Estados Unidos ni los candidatos a sucederlo (la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump) hablaron explícitamente del tema en los últimos días, pero sí lo recordaron los ambientalistas, que aprovecharon el lanzamiento de la película que recuerda este hecho para advertir sobre los riesgos de una eventual repetición de la catástrofe. El estreno mundial se produjo durante una de las galas del Festival de Cine de Toronto (TIFF 2016) el 13 de septiembre último, en medio de las protestas de un centenar de ambientalistas que imaginan lo peor.

La película que lleva el nombre en nuestro idioma de la plataforma afectada, Horizonte profundo, se estrenará mañana en la Argentina.

Los ambientalistas de Toronto querían llegar hasta el teatro Príncipe de Gales, donde unas 2000 personas compartían con el elenco y los realizadores el lanzamiento mundial, para amplificar el reclamo que surgía de sus carteles artesanales y sus consignas: la extensión del oleoducto Dakota (cuya construcción en la zona cercana a la frontera entre Estados Unidos y Canadá se frenó preventivamente hace un par de semanas) puede contaminar el agua de consumo y de riego de una vasta zona. Allí se encuentra la reserva sioux Standing Rock, dentro de un ecosistema expuesto a serios riesgos si la obra se mantiene, según alertaron los manifestantes.

La protesta no superó las vallas ubicadas por la policía a unos 300 metros de la sala, pero sirvió para refrescar la memoria y evocar todo lo que ocurrió en 2010 entre el 20 de abril (momento en que la plataforma Deepwater Horizon estalló y se hundió en el golfo de México) y el 5 de agosto, día en el que concluyó con éxito la primera fase de la operación de sellado de la fuga de petróleo. El desastre dejó 11 muertos y extendió en esa zona la mayor marea negra de la historia estadounidense. La mancha llegó a tener una superficie de 9100 kilómetros cuadrados, equivalente al tamaño de la isla de Puerto Rico, consecuencia del vertido a las aguas del golfo de casi cinco millones de barriles de crudo.

"No tuvimos que hacer prácticamente nada para darle a la película una conexión visible con los hechos reales. Tomar contacto con las familias de las víctimas fue algo muy complicado, poderoso desde lo emocional, pero muy honesto. Queríamos que supieran antes que nadie qué clase de película íbamos a hacer", contó el director Peter Berg (El reino, Hancock), que pudo recuperarse con esta película del enorme fiasco de crítica y de público de Battleship: batalla naval.

Berg convocó a Mark Wahlberg, a quien ya había dirigido en El sobreviviente, para interpretar a Mike Williams, un electricista que sobrevivió al hundimiento de la plataforma y enfrenta sus devastadoras consecuencias mientras procura el reencuentro con su familia.

"Es una película de acción -adelantó Wahlberg en Toronto-, pero al mismo tiempo funciona como homenaje a quienes perdieron la vida en la tragedia y a los que lucharon para enfrentarla. Mike fue uno de esos héroes. Hizo su trabajo y logró salvar a algunos de sus compañeros. Le agradezco haber estado muy cerca de mí durante todo el rodaje." El verdadero Williams fue consultor de la película y acompañó a Wahlberg en el estreno mundial de Horizonte profundo, que llega mañana a los cines argentinos presentada por Alfa Films.

El elenco protagónico también está integrado por otro veterano del cine de acción, Kurt Russell, Gina Rodriguez, Kate Hudson y nuestro próximo visitante John Malkovich, al que le toca jugar de villano personificando a un ejecutivo de British Petroleum, la empresa que alquilaba la plataforma y que debió afrontar todo el costo político y económico del desastre.

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