Werner Herzog, el perseguidor de sueños imposibles, viaja a Japón
El alemán Werner Herzog es uno de los cineastas más prolíficos, diversos, talentosos y sorprendentes del último medio siglo de historia del séptimo arte. Desde que comenzó su carrera, a mediados de la década de 1960 ha hecho más de 70 cortos, medios y largometrajes, películas dentro de Hollywood, excéntricos y fascinantes documentales de autor y proyectos para televisión.
Ha rodado épicas históricas que hoy ya son auténticos clásicos como Aguirre, la ira de Dios, El enigma de Kaspar Hauser o Fitzcarraldo, ha trabajado con estrellas de la talla de Nicole Kidman, James Franco, Robert Pattinson, Christian Bale, Nicolas Cage o Tim Roth, ha dirigido trabajos sobre figuras de renombre como Mikhail Gorbachev o sobre las historias de vida de condenados a muerte en los Estados Unidos, ha filmado en la Antártida, en las profundidades del mar o sobre la NASA en el espacio. Pero nunca había concretado una película en Japón.
Hasta ahora. Es que el el viernes, el servicio de streaming MUBI, especializado en clásicos y en películas de autor, propone un evento insoslayable para aquellos cinéfilos argentinos que siguen de cerca la trayectoria del maestro germano (las funciones de sus films son de los primeras en agotarse tanto en el Bafici como en el Festival de Mar del Plata).
Durante todo el día estará disponible sin cargo en esa prestigiosa plataforma Family Romance, LLC, una historia que Herzog rodó casi sin presupuesto, ocupándose incluso de manejar él mismo la cámara, en Japón. Y no sólo eso: la proyección contará con una presentación previa por parte del creador de Queen of the Desert y Encounters at the End of the World, y luego se podrá ver una entrevista pública de 15 minutos en la que expondrá sobre las muy particulares características de este trabajo, que tuvo su estreno mundial nada menos que en la Sección Oficial (fuera de competencia) del Festival de Cannes de 2019.
Family Romance, LLC es una valiosa y provocadora película de ficción, pero con fuerte raigambre documental, que narra la historia de la compañía del título, que ofrece como servicio a sus clientes la participación de actores que se hacen pasar por familiares o amigos que regresan después de mucho tiempo o que están disponibles para cumplir cualquier otro sueño o fantasía que que el usuario quiera concretar.
El protagonista (un notable Yuichi Ishii, quien es además el creador y responsable de esa empresa que existe con gran éxito en la vida real) es el encargado de liderar varias "misiones" o encargos, pero el principal (el corazón del relato) es cuando la madre de una niña de 12 años lo contrata para que se haga pasar por el padre, al que no ve desde que era una beba. El problema es que relación se torna demasiado intensa, afectiva y el acuerdo comercial entra en crisis para todas las partes.
Así, el film logra la proeza de ser al mismo tiempo una emotiva historia de amor y una ácida crítica a la artificialidad de la sociedad de consumo. No es la primera vez que un cineasta alemán se siente atraído por los aspectos menos convencionales de la cultura japonesa (hace dos décadas, por ejemplo, la directora Doris Dörrie había filmado allí Sabiduría garantizada), pero Herzog lo hace con una vitalidad y un desprejuicio que contagia. Es que, según él mismo contó, rodó apenas 300 minutos en total para un corte final que terminó en una hora y media. Es decir, lo hizo en tiempo récord, aprovechando al máximo el limitado material disponible, sin importarle demasiado algunas desprolijidades que pudieran surgir de una filmación tan vertiginosa, íntima y artesanal. "Sabía perfectamente lo que quería y, cuando una toma estaba bien, no tenía la necesidad de volver a hacerla por las dudas. El contenido dicta la técnica y no al revés", indicó en un encuentro con la prensa en Cannes 2019 al que asistió LA NACION.
Herzog es una de las personas más queridas y admiradas en el ambiente artístico por su espíritu camaleónico, su ductilidad y su falta de prejuicios a la hora de abordar historias sobre proyectos quiméricos y sueños imposibles: a su extraordinaria carrera como director habría que sumarle muchos otros aportes: es un apasionado e inteligente polemista y escritor, ha prestado su voz (con ese inglés tan particular con acento alemán) a varios episodios de Los Simpson y, en su faceta de actor, se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los malvados de The Mandalorian, la popular serie de Disney+ ligada al universo de Star Wars.
Con respecto a su espíritu siempre inquieto, Herzog indicó: "Siento que sigo inventando en cada película. Cuando me piden un consejo para estudiantes de cine les digo lo mismo: '¡lean!'. Leer hace la diferencia. Todos los mejores directores que conozco (desde Terrence Malick hasta Errol Morris) son grandes lectores. Yo leo todo el tiempo, incluso a poetas clásicos griegos o chinos. Son la mejor inspiración que tengo. Un director que no lee y cree que lo principal es un tuit no será nunca más que un mediocre. Hay que respetar a cada actor: en las pruebas de Fitzcarraldo, Klaus Kinski necesitaba mucho tiempo para entrar en personaje; Mick Jagger, en cambio, caminaba cinco pasos y se convertía en un monstruo. No entendía cómo era capaz de hacerlo. No me interesa el método del Actors Studio, descreo de los dogmas, los manuales, las técnicas y las escuelas de cine. Hay que darle el espacio y el entorno ideal para que cada actor sea el arquitecto de sus propias escenas".
Family Romance, LLC, la más reciente película de Herzog, luego de su estreno online abierto para todo el mundo seguirá estando disponible, pero ya solamente para los abonados al servicio de MUBI, por lo que habrá que estar atentos y reservarse lo antes posible un asiento virtual para durante este lapso de 24 horas disfrutar de la nueva apuesta de ese artista inclasificable que, a los 77 años, sigue buscando nuevos e imprevisibles caminos siempre dominados por la curiosidad y la experimentación.
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