Katherine Heigl, una romántica
La actriz, que desde el jueves protagoniza Bajo el mismo techo, es la heredera de Julia Roberts y Meg Ryan en el género que combina risas, lágrimas y amor
NUEVA YORK.- Podría ser su altura, 1,75 metros de curvas repartidas en los lugares indicados. Podría ser su sonrisa, bella, aunque no exactamente perfecta, o podría ser su talento para pasar de la comedia al drama con la aparente naturalidad de un suspiro. Puede que todas esas cualidades reunidas hayan puesto a Katherine Heigl primera en la carrera por el puesto de la nueva reina de las comedias románticas de Hollywood. Pero lo que es seguro es que ninguna de sus contrincantes quiere tanto al género como ella que desde este jueves aparecerá en Bajo el mismo techo que Warner presenta en los cines locales.
"Hay tantas cosas que me gustan de este tipo de películas. Recuerdo haber ido a ver Có mo perder a un hombre en diez días, y me resultó muy entretenida. Los diálogos inteligentes e ingeniosos entre dos personajes interpretados por personas hermosas. Es un viaje divertidísimo de emprender. Es como un cuento de hadas de nuestro tiempo y me encanta eso. Me parece que me gusta tanto porque con estas comedias tenés el final feliz garantizado", dice la actriz que por estos días lleva el pelo rubio platinado y está vestida al tono. Del saco beige que esconde un poco sus formas de sirena del Hollywood de antaño hasta las botas a la rodilla que cubren sus piernas larguísimas, el accesorio que más llama la atención en la actriz es una especie de birome que cada tanto lleva a su boca y del que sale humo. Se trata de un cigarrillo electrónico, un moderno artilugio para quienes quieren dejar de fumar. Algo que la actriz intenta desde que su hábito la transformó en blanco fácil para los blogs chismosos que la catalogaron de fumadora compulsiva ensuciando un poco la imagen prístina que las heroínas románticas tienen que sostener. No fue el único golpe que recibió. Los rumores respecto a sus actitudes de diva y de su falta de gratitud con los productores de la serie Grey´s Anatomy, que la hizo famosa en todo el mundo, la persiguen tanto como los paparazzi cuando sale a pasear con su hija Naleigh, una nena de casi dos años que adoptó en Corea. A ella todo ese revuelo no parece importarle demasiado.
"Yo estuve en este negocio por más de veinte años antes de que mi carrera despegara, antes de que cambiara y se convirtiera en lo que es hoy. Así que yo sé lo que es que te presten cero atención y tener que rogar para que te den un trabajo y finalmente no conseguirlo y tener que aceptar papeles que no te interesan demasiado para poder pagar las cuentas. Yo sé qué se siente y cómo es la vida real y, por eso, puedo mantener la perspectiva cuando los medios me atacan. Sin embargo, veo a todas esas jóvenes actrices a las que todo les llega tan rápido y cuyas existencias son documentadas de manera constante. ¿Cómo hacés para acordarte que sos como todos los demás? No lo sé", se lamenta Heigl, que debutó en cine a los catorce años interpretando a la hija de Gerard Depardieu en Mi papá es un héroe .
Trailer de Bajo el mismo techo
Desde aquel tiempo hasta hoy, su protección frente al extraño mundo de Hollywood y su relación de amor-odio con las jóvenes actrices fue su mamá Nancy, que ahora ayuda a producir sus películas y hasta le encontró el guión de Bajo el mismo techo e insistió en que lo hiciera. Y ella, como buena hija que es, lo leyó y estuvo de acuerdo.
Ser padres hoy
En la película que se estrena este jueves en todo el mundo, Heigl interpreta a Holly, una dedicada chef cuya vida cambia de un segundo al otro cuando su mejor amiga muere en un accidente de coches dejándola como tutora de su bebita de un año. Entre el duelo por la pérdida de su amiga y el terror de tener que asumir el papel de madre, Holly se entera de que en realidad deberá compartir la responsabilidad y la casa con Messer (Josh Duhamel) el mejor amigo del padre de la niñita. Así, las escenas dramáticas, aunque sin golpes bajos, se entremezclarán con los pasos de comedia provocados por un par de adultos desconcertados con el enigma de mantener viva, sana y feliz a una beba en pañales siempre rebosantes.
"Me pareció muy interesantes esa combinación de temas muy profundos con la liviandad típica del género. Siempre estoy ansiosa por ver el resultado final de lo que hago y más en este caso porque mientras rodábamos, sentía que mi mente estaba en veinte lugares al mismo tiempo. Me ocupaba de algunas tareas de producción y además acababa de adoptar a mi hija, así que estaba realmente emocionada por ver el resultado final. La verdad es que me encantan las películas y la televisión. Veo mucho de todo. Soy una espectadora de corazón", admite la actriz que todavía recuerda qué sintió la primera vez que paso de público a participante en un rodaje.
"Era una nena y era buenísmo estar en un set. Lo mejor era el servicio de catering. Había siempre una mesa repleta de la peor y más rica comida todo el día a tu disposición. Era el sueño hecho realidad de cualquier niño de once años. Era genial. Además a mí siempre me había gustado jugar a los disfraces, así que tener todo un set a mi disposición para hacer un personaje como los que hacía en mi cuarto era increíble", recuerda Heigl, que en Bajo el mismo techo comparte la mayoría de las escenas con un bebe que en realidad son tres. Es que para interpretar a la bebe Sophie, el director Greg Berlanti -productor y guionista televisivo de series, como Everwood y Brothers & Sisters- decidió contratar a las trillizas Alexis, Brynn y Brooke Clagett. Así, las escenas se realizaban sin perturbar demasiado la rutina de las nenas. Algo de lo que la protagonista sabe bastante.
"Mis padres eran bastante ingenuos respecto de Hollywood. Mi familia no tenía nada que ver con el mundo del espectáculo y no tenían ideas preconcebidas sobre cómo sería todo. Mi mamá era siempre muy protectora y lo cierto es que nos presionaban. A los chicos los presionan para trabajar más y por más tiempo. Y ella no permitía que eso me sucediera a mí porque se trataba de respetar que todavía era una nena. Agradezco que haya sido así porque yo vi qué es lo que sucede cuando los padres no se ocupan de sus hijos como es debido", dice la actriz, y se ve que el tema la entusiasma porque casi sin respirar y con apenas una calada de su cigarrillo a pilas continúa: "Muchos se sienten intimidados por los directores o los productores y no pueden decirles que no. A mi madre nunca le pasó eso. Ella no tenía interés en Hollywood, pero en seguida se dio cuenta de que esto era algo que yo amaba. Es que, antes de la actuación, yo no tenía nada que me interesara de verdad. No me gustaban los deportes y en el colegio no me iba bien. Mi carrera fue un experimento que salió bien".
Heigl se ríe, contenta, segura de ser la protagonista de su propio cuento de hadas con final feliz.
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